Los sanjuanes San Juan Bautista es, sin duda, uno de los Santos que más advocaciones o devociones infunde entre el pueblo. Son numerosas las localidades que tienen como "patrono" al Bautista. En El Andévalo son varias las que, cada 24 de Junio, celebran esta festividad religiosa, impregnada de un alto grado de misterio, esoterismo y superstición. El agua y el fuego han jugado siempre un papel primordial en esta noche del solsticio de verano. Las muchachas sin novio esperan la noche mágica de San Juan para encontrarlo. Los ganaderos hacen pasar a sus bestias por las hogueras para librarlas de hechizos y enfermedades. Alrededor del "pino" o "mastro", el pueblo vive como en uno de los más puros aquelarres de épocas pasadas. Un gran misterio se encierra en todos los actos profanos. La luna, la noche, el fuego... la música y la danza... se mezclan en esta noche mágica de San Juan. San Juan, no hay quien lo dude, tiene algo de especial... y el pueblo lo demuestra en sus cantos y en sus actos, tanto religiosos como profanos. Durante la noche, el culto a lo misterioso.... Durante el día, la devoción, el culto al Santo. He aquí algunas de las tonaíllas que se acostumbran a cantar en esta noche de San Juan (aunque hoy en menor medida, habiendo sido sustituidas por las populares sevillanas). Son estrofas, generalmente octosílabas, de cuatro versos: Ya pronto viene San Juan,/ la fiesta de las mujeres, la que no le salga novio,/ qu’espere al año que viene. Día de San Juan alegre,/ día triste para mí, porque Juanilla se llama/ la prenda que yo perdí. Día de san Juan alegre/ cuaja l’almendra y la nuez; también cuajan los amores/ de los que se quieren bien. San Pedro como era calvo,/ le picaban los mosquitos, y su padre le decía:/ -Ponte el gorro, Periquito. El día trece de Junio,/ San Antonio, el primero, el veinticuatro, San Juan,/ y el veintinueve, San Pedro. El día trece de Junio,/ San Antonio se renueve, el veinticuatro San Juan/ y San Pedro el veintinueve. San Juan no trajo la luz,/ sino que vino a anunciarla; lo mismo qu’el aire tiembla,/ cuando por mi calle pasas. Cinco Juanes en una casa,/ cómo se pueden llamar, Juan “el chico”, Juan “el grande”,/ Juanito, Juanillo y Juan. Juana se llama la niña,/ y Juana se ha de llamá, si no se llamara Juana,/ a mí me daría igual. Dicen que los Juanes son/ dulces como el caramelo, y yo como soy golosa, por un Juanillo me muero. Tres carditos borriqueros/ yo lie en un papelillo; en todos puse tu nombre,/ y al final salió Juanillo. San Pedro y Cristo bajaron/ por una escalera abajo; San Pedro se resbaló,/ y Cristo dijo: -¡Carajo,este hombre se mató! Ya mataron la culebra,/ la que estaba en el cantillo, la que por su boca echaba/ rosas, claveles y lirios. En esta calle hay un pino,/ y en el pino un tomate, y en el tomate un espejo/ donde se mira mi amante. En esta calle hay un pino,/ y en el pino una laguna, donde se lavan las guapas,/ porque fea no hay ninguna. En el pino del Almendro/ Juana t’espero esta noche, qu’en las cuatro esquinas vamos/ a bailar y tomar un ponche. Las muchachas d’este pino/ no llevan falta de amores; lo bailan por divertirse/ y alegrá los corazones. Creyendo que me querías/ en tu puerta planté un pino; ahora que ya no me quieres,/ cojo el pino y me lo llevo. Estando bailando el pino/ de amor me diste palabra; hasta el árbol fue testigo/ de una promesa tan falsa. En el mar hay una parra/ que llega del sarmiento al cielo, y allí se van a viví/ los que no tiene consuelo. San Juan y la Madalena/ jugaban al escondé, San Juan le tiró un zapato/ porque no jugaba bien. Calabazas para mí,/ hay muchos que andan sembrando, calabazas para mí,/ ya yo las tengo con flores, ahora las riegas pa ti. Todos los Juanes son tontos/ lo digo porque lo sé, yo tuve un amante Juan/ y por tonto lo dejé. No te cases Juan con Juana/ que las Juanas son hechizos; las Juanas tienen más conchas,/ que púas tiene un erizo. Una Juana y otra Juana/ y otra Juana que son tres, caramba con tantas Juanas,/ un convento he de poné. A tocá la pandereta,/ mal haga el que m'enseñó con el cacho de pellejo/ tengo la muñeca abierta He aquí algunos de los estribillos que se usan para concluir las cancioncillas anteriores: Ole, ole,/ por dónde vas a misa, ole, ole,/ que no te veo. Ole, ole,/ por ese empedraíllo, ole, ole,/ que han hecho nuevo. Eco, eco,/ que tengo un chaleco, eco, eco,/ de tiras bordás, eco, eco,/ que no me lo pongo, eco, eco,/ hasta el día de San Juan. Ole, ole,/ que viva San Juan, ole, ole,/ que viva San Pedro, ole, ole,/ que viva la gracia, ole, ole,/ que tiene mi pueblo. Ole, ole,/ que por tu ventana, ole, ole,/ que por tu balcón, ole, ole,/ que tú estuviste, ole, ole/ de conversación. Ole, ole,/ que mira tú pa mí, ole, ole,/ no me des más calabazas, ole, ole,/ que yo me las comí, ole, ole,/ cuando salí de casa. Ole, ole,/ por dónde vas a misa, ole, ole,/ ramo de flores, ole, ole,/ por el empedraíllo, ole, ole,/ de mil colores. El Mastro de El Almendro ha contribuido bastante a que estas coplillas no se pierdan. Enhorabuena. |