El Cerro de Andévalo - Huelva

LA INQUISICIÓN, o mejor dicho, el Santo Oficio de la Inquisición, ha sido, y es muy posible que siga siendo en el futuro, uno de los temas de la Historia de España que más tinta haya derramado, porque todavía hay infinidad de historiadores, literatos y ensayistas que tratan de explicarse cómo esta institución –represiva y policíaca, se quiera o no- pudo mantenerse, desde 1478 (Reyes Católicos), hasta 1834 (regencia de María Cristina de Borbón, en nombre de su hija Isabel II), enfrentado con la sociedad, potencialmente víctima del mismo.
Empezó persiguiendo a los judíos conversos, y posteriormente la emprendió contra los moriscos, iluminados, brujos, supersticiosos, homosexuales, heterodoxos, masones, librepensadores, etc.
No pretendo entrar en sus abominables métodos. Sólo decir que en muchos casos condenaba a muerte a sus víctimas, pero las relajaba (entregaba) a la autoridad civil para que las ejecutara, porque decían que la iglesia es enemiga de la sangre. ¿Cabe mayor hipocresía?
Voy a citar cronológicamente a los Inquisidores Generales que hubo en España.
De muchos de ellos apenas si hay datos biográficos.

TORQUEMADA, fray Tomás de Torquemada (1420-9 Hijo de don Pedro Fernández de Torquemada y de doña Mencía Ortega, una distinguida familia de origen converso de la pequeña localidad de Torquemada (Palencia).
Muy joven ingresa en la orden fundada por Santo Domingo de Guzmán (dominicos), y a los 35 años es nombrado prior del convento dominico de la Santa Cruz de Segovia.
Alto, delgado, egoísta, y ambicioso, pero no de dinero (rechazó ser nombrado arzobispo de Sevilla, con lo que económicamente eso representaba).
Por recomendación de Isabel la Católica, el papa Sixto IV le nombró primer Inquisidor General de Castilla y Aragón en 1483. Animado por los Reyes Católicos, organizó la Inquisición (que había sido fundada en 147.
En los 11 años siguientes creó y organizó todos los resortes de la misma.
Mientras Torquemada dirigió la Inquisición (18 años) fueron ejecutadas – generalmente vivas y en la hoguera – y en ceremonias públicas (llamadas autos de fe) más de 10.200 personas.
En 1484, el papa Sixto IV lo elogió y felicitó por haber “encaminado vuestro celo a esas materias que contribuyen a la alabanza de Dios y a la utilidad de la fe ortodoxa”.
Retirado desde 1494 en el convento de Santo Tomás de Ávila, falleció el 16/9/1498

Saludos para todos.

Estimado y admirado Cerreño, permíteme este comentario en tono irónico sobre la longevidad de la Inquisición. Si tenemos en cuenta el posicionamiento de la Conferencia Episcopal Española en el siglo XXI, ¿cual no sería el fundamento, arraigo, y proteccionismo de esta execrable institución?. Me he preguntado cientos de veces como esa sanguinaria institución no ha sido condenada, con sus principales protagonistas, y alejada del seno de la Iglesia.

Doctores tiene la Iglesia, y algunos asesinos también.

622.- La Inquisición, querido amigo, cumplía varias funciones en una.
Por un lado hacía de policía, cosa que habría sido costosísima hacerlo por medios civiles, pagados por la Corona.
Por otro lado, lo primero que hacían era apropiarse de todos los bienes del inculpado, cediendo una pequeña parte a la Corona. De ahí se deduce que rara vez el presunto reo resultaba ser inocente; por este y otros motivos que iremos viendo, La Iglesia llegó a ser más fuerte económicamente que la propia Corona, a la que prestaba dinero a cambio de otros tipos de beneficios.
Y por último, como colmo de la hipocresía, entregaba a los reos que el Santo Tribunal había sentenciado, para que los ejecutaran los poderes civiles.
Para mi, tal como conocemos a la Iglesia, lo esperitual es un subterfugio para acumular bienes materiales.
Dices que doctores tiene la Iglesia, y yo añado, y no todos son doctores en Teología.

Saludo cordial.

622.- Ampliando mi comentario anterior, y como apoyatura de lo que digo, valga este otro dato.

Arnaldo, abad de Brescia dijo: “Afirmo la imposibilidad de salvación para los clérigos, los obispos y los monjes propietarios de terrenos. Sus bienes deben pasar a uso único de los laicos”.
Fue tal la presión de la jerarquía eclesiástica, que su doctrina fue condenada en el II Concilio de Letrán, en 1139, y dos años más tarde, ratificada en el de Sens. Al insistir, tuvo que enfrentarse al papa Adriano IV, quien, con la ayuda del emperador Federico I ´Barbarroja´, lo entregaron al brazo secular, donde fue condenado a morir en la hoguera. Sus cenizas fueron esparcidas en el Tiber.
¿No dice la Iglesia que no debemos tener apego a lo terrenal?

Así trataba la Iglesia a quienes se atrevían a discrepar de sus planteamientos.

Seguimos con los Inquisidores Generales:

Diego de Deza, fray (1443 – 1523) Fraile dominico, preceptor y confesor del príncipe Juan; obispo de Salamanca, posteriormente arzobispo de Sevilla y protector de Cristóbal Colón.

Sucesor de Torquemada, obró con suma dureza pero sin llegar a los excesos de rigor de su predecesor.
Colocó como Inquisidor de Córdoba a Diego Rodríguez de Lucero para que acabara con los desmanes del anterior, pero Rodríguez de Lucero, persona poco recomendable, incurrió en otros mucho peores, lo que dio lugar a que el marqués de Priego y el conde de Cabra escribieran al Inquisidor General Deza, que ni siquiera se dignó responder, pese a que el cabildo catedralicio y las autoridades civiles acusaron al inquisidor Rodríguez de “matar, robar y ynfamar a todas e a cualesquiera personas”, y que las pruebas presentadas por éste contra sus víctimas eran “todas falsamente fabricadas”
Llegó a intervenir el papa Julio II, ya que no lo hacía el Inquisidor General quien, ante las muchas denuncias y la calidad de quienes las formulaban, acabó dimitiendo, por orden del Rey Católico.
En 1508, Rodríguez de Lucero fue detenido y sus víctimas excarceladas.

Juan Enguera: Obispo de Vich (Tarragona). Dadas las querellas entre el rey Católico, Fernando II y su yerno Felipe I “el Hermoso”, el primero había escrito al Papa pidiéndole que nombrara a un inquisidor separado para Aragón. Esto ocurrió en 1507 cuando Cisneros fue nombrado Inquisidor General para Castilla, y el obispo Juan Enguera, para Aragón. Ambos cargos permanecieron separados hasta la muerte de Cisneros.

Saludos para todos.

Cisneros, fray Francisco Jiménez de (1436 – 1517) Nació en Torrelaguna (Madrid), en el seno de una familia noble, aunque sin fortuna. Estudió en Salamanca y en Roma, cursando Teología y Derecho. Cuando ocupó el puesto de provincial del convento franciscano de San Juan de los Reyes (Toledo), cambió su verdadero nombre, Gonzalo, por el de Francisco.
Muy piadoso y muy firme en sus convicciones. Isabel la Católica, informada de sus grandes cualidades, le nombró su confesor y principal consejero.
En 1495 fue nombrado arzobispo de Toledo.
En 1507 obtuvo el capelo cardenalicio a instancias del Rey Católico, al tiempo que le nombraba Inquisidor General.
En 1508 fundó la universidad de Alcalá de Henares.
En 1516 Fernando el Católico, pese a las pretensiones de Adriano de Utrech (el futuro papa Adriano VI) y las intrigas del séquito del infante Fernando, le nombró en su testamento regente y gobernador de Castilla, hasta la llegada de su nieto Carlos de Gante (luego Carlos I de España y V de Alemania).
El cardenal Cisneros falleció en Roa (Burgos), el 8/11/1517 cuando viajaba al encuentro de Carlos I.
Hay autores que han dicho de él que “podemos estar seguros de que no tuvo piedad con aquellos que buscaban acuñar dinero con la sangre de los conversos”

Saludos.

Seguimos con el orden cronológico de los Inquisidores Generales en España.

Adriano de Utrech: (1459 – 1523) Adriano Florensz, su verdadero nombre, nació en Deel, localidad próxima a Utrecht. Cursó estudios filosóficos y teológicos en la universidad de Lovaina, donde se dedicó a la docencia y llegó a ser nombrado canciller, hasta que el emperador Maximiliano I le eligió como tutor y preceptor de su nieto Carlos de Gante (futuro Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano).
En 1515 vino a España para hacer valer los derechos sucesorios de su pupilo ante su otro abuelo, Fernando el Católico, (V de Castilla y II de Aragón).
Muerto el Rey Católico, Adriano representó a Carlos ante el cardenal Cisneros.
Convertido ya en Carlos I, nombró a Adriano obispo de Tortosa e Inquisidor General.
En 1517 alcanzó el capelo cardenalicio.
En 1519, Carlos I tuvo que marchar por algún tiempo a Alemania para poder ser nombrado emperador tras la muerte de su abuelo Maximiliano I, y dejó como regente en España al cardenal Adriano de Utrecht.
En 1522, ausente todavía el rey, y recién muerto el papa León X, el cardenal no pudo asistir al cónclave convocado en Roma en enero, por la obligación que tenía como regente de permanecer en el territorio que regía. Pese a ello, y para su sorpresa, fue elegido Papa (Adriano VI). Su papado, como puede verse, fue muy corto (1522-23).
Como Inquisidor General extendió las competencias del Santo Oficio al Nuevo Mundo (1519).


Alfonso de Manrique: Cardenal arzobispo de Sevilla. Sucedió como Inquisidor General al también cardenal Adriano de Utrecht, en septiembre de 1523. Extendió la jurisdicción inquisitorial, no sólo a judaizantes, falsos conversos y moriscos, sino también a luteranos y sodomitas, cuyo castigo le encomendó el papa Clemente VII.
En 1529, el eramista (seguidor de las teorías de Erasmo de Rótterdam) Manrique, cayó en desgracia y se le confinó en su sede de Sevilla, donde murió en 1538.

Saludos para todos.

INQUISIDORES GENERALES:

Juan Pardo de Talavera: Cardenal arzobispo de Toledo.
Desempeñó el gobierno de Castilla en ausencia del emperador, su gran protector.
Una de sus primeras víctimas fue el hidalgo Diego de Uceda, probado cristiano viejo. Fue arrestado, torturado y sentenciado, pese a lo evidente de su inocencia. (Auto de fe de Toledo, 1529)


García de Loaisa: Dominico, confesor del emperador Carlos, efímero sucesor del cardenal Talavera, ya que murió en 1546.

Fernando Valdés: Arzobispo de Sevilla desde 1556, era un personaje implacable y ambicioso que veía la heterodoxia en todas partes.
En 1556 objetó el nombramiento de Constantino Ponce de la Fuente, humanista de Alcalá, de origen converso, que había sido capellán de Carlos V entre 1548/1555. Sus escritos fueron tachados de heréticos y murió dos años más tarde en las celdas inquisitoriales.
Coincidió en su cargo con dos monarcas: Carlos I y su hijo Felipe II. Quedó puesto de manifiesto el carácter intolerante de Valdés, especialmente durante el largo proceso seguido contra el arzobispo de Toledo, Bartolomé de Carranza (entre los años 1559/1576). Intervino el Papa Pío V, y por orden suya, presentó la dimisión en 1566, muriendo dos años después.
Junto con Torquemada, fue uno de los más duros Inquisidores Generales.

Diego Espinosa: Obispo de Sigüenza y presidente de los consejos de Castilla y de Italia. Las medidas por él aconsejadas motivaron la cruel revuelta morisca de 1568. Murió en 1572

Pedro de Córdoba y Ponce de León: Obispo, fallecido meses después, sin llegar a tomar posesión del cargo.

Saludos para todos.

MAS INQUISIDORES GENERALES:

Gaspar Quiroga: Cardenal arzobispo de Toledo y presidente del Consejo Supremo de Indias. Durante su mandato se produjo la anexión de Portugal. Murió en 1594

Jerónimo Manrique de Lara: Obispo. Ocupó su cargo sólo unos meses, hasta 1596

Pedro Portocarrero: Obispo. Asistió en septiembre de 1598 a la muerte de Felipe II, en El Escorial. Renunció al puesto a principios de 1599, por orden de Felipe III, falleciendo el mismo año.

Fernando Niño de Guevara: Cardenal. Consejero de Estado, que también dimitió por orden del rey a principios de 1602.

Juan de Zúñiga: Obispo de Cartagena, accedió al cargo en 1602, y murió en diciembre de ese mismo año.

Juan Bautista de Acevedo: Gobernador del Consejo de Castilla y Patriarca de las Indias. Falleció en julio de 1607

Bernardo de Sandoval y Rojas: Cardenal arzobispo de Toledo y consejero de Estado, que ocupó el puesto de Inquisidor General en septiembre de 1608. Era tío del duque de Lerma, valido del monarca.
Murió a finales de 1618

Luís de Aliaga, Fray. Dominico, confesor real, que se vio obligado a renunciar al puesto por orden de Felipe IV, en 1621. Contribuyó a la expulsión de los moriscos. Falleció en 1626.

Andrés Pacheco: Arzobispo y consejero de Estado, ocupó el cargo de Inquisidor General en febrero de 1622 y murió en abril de 1626

Antonio Zapata: Arzobispo de Burgos y Patriarca de las Indias. Ocupó el cargo de Inquisidor General en enero de 1627, y renunció al mismo, en 1632, por orden del rey. Murió en 1639

Saludos para todos.

!!!!Que a todos nos cojan confesados!!!!

Alonso de Sotomayor, fray. Dominico y confesor del monarca, asumió el cargo en junio de 1632, y hubo de abandonarlo en 1643, por decisión de Felipe IV. Falleció en 1648

Diego de Arce y Reinoso: Accedió al cargo en septiembre de 1643. Era consejero de Estado y obispo de Tuy, Ávila y Plasencia. Murió en septiembre de 1665

Pascual de Aragón: Cardenal arzobispo de Toledo, designado por la reina viuda regente, pero renunció al cargo -sin llegar a ejercerlo- por insinuación de la propia reina.

Juan Everardo Nithard: Jesuita, confesor de la reina. Fue promovido al cargo de Inquisidor General en octubre de 1666, pero acabó renunciando por orden de la reina, en 1669, siendo enviado a Roma, donde murió en 1681

Diego Sarmiento de Valladares: Sucedió al anterior hasta su muerte en enero de 1695

Juan Tomás de Tocaberti: Dominico. Ocupó el cargo desde 1695 hasta su fallecimiento en junio de 1699

Alfonso Fernando de Cortazar y Aguilar: Arzobispo y Consejero de Estado, que murió en septiembre, sin llegar a tomar posesión del destino.

Baltasar de Mendoza y Sandoval: Obispo de Segovia. Ocupó el cargo desde octubre de 1699 hasta 1705, año en que dimitió por orden de Felipe V. Confinado en su sede de Segovia, murió en 1727

Vidal Marín: Obispo de Ceuta. Ocupó el cargo de Inquisidor General, desde marzo de 1705 hasta su fallecimiento en marzo de 1709.

Antonio Ibáñez de la Riva-Herrera: Arzobispo de Zaragoza, electo de Toledo y Gobernador del Consejo de Castilla, si bien permaneció poco tiempo en el cargo (entre abril de 1709 y marzo de 1710).

Amigo 728, está demostrado que a este Santo Tribunal poco le importaba si estabas o no confesado. Le interesaba más si tenías pocos o muchos caudales. Esto último perdura todavía.

Saludos para todos.

Francesco Giudice: Italiano. Intrigante adversario del político y escritor Melchor Rafael de Macanaz.
Cardenal romano y consejero de Estado, que se vio obligado a renunciar en 1716, acabando sus días en octubre de 1725, siendo muy discutida su actuación.

José de Molines: Auditor del Tribunal de la Rota, en Roma. Inició su nuevo cargo de Inquisidor General en 1717; pero capturado por el ejército austriaco, falleció al año siguiente, sin llegar a tomar posesión del empleo.

Diego de Astorga y Céspedes: Obispo de Barcelona, fue nombrado para el desempeño del oficio en marzo de 1720, pero acabó renunciando al mismo, tras haber accedido al arzobispado de Toledo, y posteriormente al cardenalato romano. Murió en febrero de 1724.

Juan de Camargo: Obispo de Pamplona, consejero del Santo Oficio, y comisario general de la Santa Cruzada de España. Permaneció en el empleo desde julio de 1720 a mayo de 1733, año de su muerte.

Andrés de Orbe y Larreategui: Obispo de Barcelona, arzobispo de Valencia y gobernador del Consejo de Castilla. Permaneció en el cargo de julio de 1733 hasta su muerte, el 4/10/1740

Manuel Isidoro Manrique de Lara: Obispo de Jaén, arzobispo de Santiago y consejero de Estado. Desempeñó el cargo desde enero de 1742 hasta febrero de 1745

Francisco Pérez de Prado y Cuesta: Obispo de Teruel y Comisario General Apostólico de la Cruzada de España. Lo ocupó desde agosto de 1746 hasta 1759

Manuel Quintano Bonifaz: Obispo de Farsalia (Grecia). Se mantuvo como Inquisidor General hasta 1779

Felipe Beltrán: Obispo de Cuenca, en cuyo mandato se produjeron por última vez las quemas en persona (había dos formas: en persona y en efigie; en persona era el propio reo, y en efigie una caricatura o semejante que sustituía a la persona que, generalmente estaba en paradero desconocido). Murió en 1783

Saludos.

Hombre, cuanto tiempo

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PEQUEÑO SALTAMONTES: Te reto a que copies y pegues tú los nombres de los siguientes Inquisidores Generales.

Esos datos los he sacado de:

Los secretos de la Inquisición (Edward Burman)

La Inquisición Española (Cecil Roth)

La Inquisición (Pilar Huertas)

Historia de la Inquisición española (Martin Walker)

Ves que te estoy facilitando información para que lo hagas. ¡Adelante!

Un reto de empollon de libro y pupitre...
Uf casi q rozas el honor del gañafote como me llaman algunos.
Mira te reto yo a otra cosa, sin mirar en internet.¿Que son los trincallos?
Te lo he puesto facilito no te quejes... y es mucho mas comun y entretenido que la inquisicion... ademas tiene que ver con el Cerro que es para lo que esta este foro!!!

Pequeño Saltamontes: ¿Es tu inteligencia mayor que las del trincallo?
La del saltamontes en el aire y la trincallo en el agua, deben ser por un estilo.
Como no estoy dispuesto a que continuamente te salgas por la tangente y no des respuestas coherentes. te digo que si sigues así, no seré yo quien te siga la corriente.
O sea, que la sabiduría es de empollones, ¿verdad? Según tú, entonces, Sócrates, Séneca, Aristóteles, Descartes, Platón, etc. son simples empollones.
¡Padre, perdónalos porque no saben lo que dicen!

Probablemnte, ademas de empollones y perros eran inteligentes.
¿Por cierto los conocistes?
Pq estas tan seguros de que eran los mejores...
yo podria darte mis propias teorias sobre la mente humana, pero teniendo en cuenta que el mundo esta globalizado a mi no me tomarian tan en serio como a ellos.
Por cierto, sabes que sus teorias estaban basadas en simples ciegos, en los efectos de drogas y momentos locos...
Ya se pierde un poco la seriedad ¿no?... y ya que sacas el tema hay un tal jesucristo que hizo milagros, ¿tambien te lo crees?.
A veces lo que se lee o lo que se ve por la tele no suele ser verdad.
Por cierto, tu a ellos no te pareceras en al vida.Ellos se cuestionaron muchas mas cosas que tu, y seguramente empollarian menos que tu, a ellos les llevo al exito la duda, las preguntas y los experimentos.
No creas que las anecdotas historicas sirven para mucho, es mejor pensar en el futuro que en el pasado.
Y existen dos tipos de personas sabias, las que viven y las que leen a los que vivieron.
y creo que tu has dejado claro a que grupo perteneces.

A ti, pequeño saltamontes, en este foro, menos guapo e inteligente, te han dicho de todo. ¡Cuanta razón tienen!

Pequeño gañafote, que pesao y que paleto eres, tío. Eres más simple que el mecanismo de un sonagero. No sé como Un cerreño te aguanta tantas tonterías. Yo te había madao ya a tomar por donde amargan los pepinos.

Claro que si, tu encima seras feliz con lo que te dicen en un foro...
¿Que te han dicho a ti en este foro?, eres tan ficticio como Benjamin Linus.
Sigue fantaseando con que eres una persona interesante pq escribes en un foto que tarde o temprano la vida te despierta de los sueños.
Por cierto por lo menos as perdido la triste neutralidad conmigo.
Si digo que soy inteligente en el foro es tan simple como que lo soy y lo demuestro de muchas maneras posibles, es mas, me atreveria a decir que lo soy mas que tu sin temor a equivocarme.
Otra cosa es que no me gusten ni las iglesias ni las bibliotecas, pero eso no resta inteligencia, solo sabiduria...
Haber si puede ser que la vida te enseña algo que no venag en los libros...

Agustín Rubín de Ceballos: Obispo de Jaén y Gran Cruz de la Real Orden Española de Carlos III. Por cierto, un monarca que humilló a la Inquisición, con cuyos Inquisidores Generales no siempre mantuvo buenas relaciones, pero sin atreverse a liquidarla. Murió Rubín de Ceballos en 1792

Manuel Abad y la Sierra: Obispo de Astorga. Personaje de talante liberal, que renunció al cargo, en 1794, por orden real.

Francisco Antonio de Lorenzana: Cardenal arzobispo de Toledo, de ideología reaccionaria. Debió abandonar el cargo en 1797, también por orden del monarca.

Ramón José de Arce: Arzobispo de Burgos y de Zaragoza, patriarca de las Indias, consejero de Estado, director general de los Reales Estudios de Madrid y Caballero de la Gran Cruz de la Real Orden de Carlos III. Permaneció en el puesto hasta 1808.
En su tiempo se dictó una sentencia de muerte en la hoguera -a causa de la gravedad de sus desviaciones- contra el cura de Escó (Zaragoza), no cumplida al negarse éste y los consejeros de la Suprema a firmarla. De todas maneras, no hubiera podido llevarse a cabo por el fallecimiento del reo.

Francisco Javier de Mier y Campillo: Obispo de Almería. Permaneció en el cargo desde 1814 hasta 1818. El 5 de abril de 1815, publicó un edicto que pretendía revitalizar al Santo Oficio, dadas, a su juicio, “las corrientes perniciosas que infestan a nuestra amada patria, y que la juventud bebe como el agua, este pestífero veneno que halaga sus pasiones y sentidos”. Dimitió

Jerónimo Castillón y Salas: Obispo de Tarazona (Zaragoza). Último Inquisidor General.


La orientación del Gobierno de turno, se fue haciendo cada vez más anticlerical.
El 15 de julio de 1834 se publicaba un decreto por el que se abolía definitivamente el Santo Oficio, siendo María Cristina de Borbón reina gobernadora, viuda de Fernando VII; y siendo primer ministro Juan Álvarez Mendizábal (al no haber aceptado el cargo José Miguel Ricardo de Álava) y desempeñando la cartera de Gracia y Justicia Nicolás María Garelly.

Este decreto de la reina gobernadora está rubricado de la real mano de María Cristina de Borbón “en nombre de mi excelsa hija doña Isabel II, oído el Consejo de Ministros”

Puede observarse que el poder del Santo Oficio empieza a disminuir con la llegada de los Borbones (Felipe V), ya que en Francia su poder era muy limitado, no así en la España de los Austria.
Entre otras cosas, lo prueba el hecho de las dimisiones o ceses provocados por los distintos monarcas.
Cuánto poder y cuántos abusos no cometería la Inquisición, si a los reyes absolutistas e ilustrados les parecían excesivos los métodos represivos de la iglesia. No hay que olvidar que a los procesados, lo primero que se les hacía era desposeerles de sus bienes, que pasaban al Santo Oficio en su inmensa mayoría.
También reparemos en que muchos Inquisidores Generales venían de ocupar altos cargos en la administración.

PD. Quedan exentos de leer estos comentarios, aquellos que manifiestan que se aburren al hacerlo. "No se ha hecho la miel para la boca del asno"

Se acabó la Inquisición pero seguiré con temas relacionados con la Iglesia.

Gracias por llenar de letras el foro.