Chucena - Huelva

Publicado en prensa por Manuel Contreras el 05/04/2011.

Una destitución forzada, un sustituto inadecuado, unos dirigentes altivos e inexpertos y una sucesión de escándalos. Así se destroza un partido

«Que Zapatero hundiera a España entraba dentro de lo posible. Pero lo realmente difícil, lo que no podríamos haber imaginado nunca es que fuese capaz de hundir en sólo dos años al partido en Andalucía». Con tono abatido, un dirigente socialista mostraba ayer su estupor ante la crisis interna desatada en el PSOE andaluz tras la repentina dimisión de Luis Pizarro, y que coloca al partido en una situación sin precedentes.
Ciertamente, la guerra civil que estalló ayer en el socialismo andaluz es el legado que José Luis Rodríguez Zapatero deja en el mayor granero electoral del partido, el imperio demoscópico en el que nunca se ponía el sol del PSOE. Zapatero abrió la caja de Pandora con la nefasta operación para desalojar a Manuel Chaves de su plácido virreinato andaluz, ejecutado en abril de 2009. Desde entonces, las luchas intestinas por el poder han ido socavando la cohesión del partido ante la pasividad —cuando no connivencia— de la dirección federal, sin que Zapatero interviniera a pesar de que cada encuesta que aparecía en los medios de comunicación anunciaba un descalabro mayor.
La historia es conocida y podrá figurar en los manuales como ejemplo de lo que no se debe hacer en política. El plan inicial consistía en forzar la salida del hoy vicepresidente tercero y su sustitución por la dirigente jiennense Mar Moreno, pero Chaves exigió como última gracia autonomía para designar a su sucesor en la Junta de Andalucía. Zapatero se la concedió, y Chaves eligió para ocupar su sillón a Griñán, amigo personal y compañero imprescindible en las veladas cinematográficas de los viernes en Sevilla. A partir de ese momento comenzó la debacle: el plan de Chaves era que Griñán se limitase a gobernar y su equipo continuase dirigiendo el partido, pero el nuevo presidente andaluz pronto se dio cuenta de que sin el poder orgánico tenía las manos atadas. Exigió ser secretario general del PSOE-A en lugar de Chaves, y éste sólo cedió cuando Griñán amenazó ante Zapatero con dimitir.
Griñán ganó el cargo, pero perdió un amigo. Desde entonces —marzo de 2010— la relación entre ambos dirigentes ha ido deteriorándose al mismo ritmo en que el PP de Javier Arenas abría una histórica brecha en las encuestas. El modelo de Griñán —confiar el grueso de la gestión de la Junta a tecnócratas sin experiencia política y el control del partido a jóvenes ambiciosos y un tanto altivos— encrespó a los antiguos dirigentes. Y en las últimas semanas la estrategia de la Junta de Andalucía en el escándalo de los ERE —la vieja guardia chavesianareprocha a Griñán haber dejado a los pies de los caballos a sus antecesores— y, sobre todo, la operación diseñada por Chaves y Pizarro en Jerez a espaldas de la dirección regional hicieron saltar por los aires la paz consensuada entre ambos sectores hasta después de las elecciones municipales.
¿Qué ocurrirá ahora? Hasta las municipales, probablemente nada. Un mal resultado, sin embargo, alentaría las tensiones internas y dejaría a Griñán en una situación casi insostenible. No parece que el actual presidente andaluz despierte, por otra parte, un encendido entusiasmo en la dirección federal del partido, especialmente en el ámbito de Rubalcaba. Así las cosas, no es de extrañar que diversas fuentes socialistas especulen ya con un eventual adelanto electoral al próximo otoño en el que Griñán no sería candidato. Se apunta a Rosa Aguilar, que ni siquiera es militante socialista, como alternativa.
En definitiva, aquella prejubilación de Chaves mal resuelta por Zapatero ha derivado en sólo dos años en la mayor crisis del socialismo andaluz desde la defenestración de los guerristas, en los años 80. La diferencia es que en aquella crisis en el PSOE mandaba Felipe González y las encuestas sólo polemizaban sobre las dimensiones de su mayoría absoluta. Hoy no se sabe quien manda en el partido y los sondeos se empecinan en anunciar, casi con trompetas apocalípticas, el fin de una era.

En mi opinión un análisis sublime. Sobre todo cuando dice: “confiar el grueso de la gestión de la Junta a tecnócratas sin experiencia política y el control del partido a jóvenes ambiciosos y un tanto altivos” a lo cual yo añadiría tecnócratas sin experiencia política y con escasa formación y en cuanto a lo de un tanto altivos no; muy pero que muy prepotentes.

Estoy de acuerdo contigo Rosaliadecastro. Habrá que tener esperanzas en que nuestro pueblo despierte y que, si no por nosotros mismos, por el futuro de nuestros hijos, tome la decisión adecuada para levantar esta tierra desgraciada y maltratada por sus gobernantes.

Es igual la ideología política de cada uno, no será cuestión de política sino de limpieza. Hay que limpiar profundamente y seguramente habrá que tirar hasta los muebles.

El mensaje para las autonómicas (y por extensión para las municipales y nacionales), por parte de los que no vivimos de la política sino de nuestro trabajo, debe ser: "A cualquiera menos al PSOE". Tenemos opciones, de izquierdas o derechas, de centro o andalucistas, pero, indudablmente, el PSOE hoy en día no es una opción, es má bien una decepción.

Esta es sólo mi opinión personal.

Lo verdaderamente grave de todo este asunto no es que si Zapatero, que si Griñán, que si Chaves, etc. No creo que eso tenga la mayor importancia. La gravedad se pone de manifiesto cuando uno indaga e investiga a cada una de las personas que forman parte del entramado político que han elabaroado. ¿De dónde provienen? ¿Qué cargos han tenido? ¿Qué se habla de ellos en sus entornos cercanos? ¿Qué opinan los expertos? ¿Y la literatura política qué expone al respecto? ¿Qué administran? ¿Existe realmente lo que administran? Son vidas paralelas ambiciosamente dedicadas a un mismo fin desarrollen sus carreras "políticas" en Cádiz, en Huelva, en Jaén o en el pueblo más recóndito de Andalucía.

La solución es muy compleja. Es como tratar de recomponer una tela de araña sobre la que ha caído una pequeña piedra.

Precisamente hoy 06/04/2011 Fernando Iwasaki escribía al respecto un muy buen artículo de cual extraigo dos párrafos:

Cada uno tiene sus patrones de conducta política. Si uno los adquirió leyendo, será siempre distinto a quien los aprendió militando. En términos automovilísticos, sería como tener el carné sin haber aprobado el teórico. ¿Cuántos políticos profesionales no han leído ni siquiera a los teóricos cuyas ideas creen que representan? Por eso no es posible interpretar los últimos rifirrafes del PSOE andaluz desde la doctrina socialista. Y la verdad es que me apena, porque nadie siente más vergüenza ahora mismo que esa minoría ilustrada de la izquierda andaluza que sabe que la «crisis de poder» y la «crisis de hegemonía» no tienen nada que ver con Pizarro, sino con Gramsci.

Para colmo de males, su gestión ha coincidido con el estallido de la corrupción, cuyos capítulos por entregas irán destapando un albañal tras otro. A los tribunales les corresponderá dilucidar si existía o no una trama diseñada desde las esferas más altas del poder, aunque los casos que vamos descubriendo son tan chuscos, que todo indica que hubo cientos de espontáneos rapiñando su parte de la tarta, con independencia de cualquier plan maestro, si lo hubiera. Y como todo es susceptible de empeorar, la prensa continúa recibiendo «dossiers» a través de las vías más diversas: funcionarios rebotados por el decretazo, empresarios que han dejado de recibir cariño y ex-cónyuges que saben demasiado. ¿O acaso alguien creía de verdad que las delaciones se limitarían a los fumadores?

Pd: urk todo bien, gracias. Cada uno está en su derecho de realizar ciertas acciones; del mismo modo cada uno está en su derecho de realizar ciertas otras si llegase el momento. Lo malo es no saber a que te puedes enfrentar. Hay cosas que se solucionan con dinero pero hay otras que el ni el dinero ni el poder político puede comprar. Ahora que cada uno interprete lo que quiera.

Sobre la formación escribía hoy 11/04/2011 Francisco Robles en prensa lo siguiente:

El Bachillerato de los Griñaninis

Esperanza Aguirre ha llegado tarde con su propuesta del bachillerato reservado a los alumnos más brillantes. Ese elitismo propio de la derechona cavernícola, como diría un progre a sueldo, llega con décadas de retraso al panorama educativo español. En Andalucía, alias imparable, ya se inventó ese sistema hace tiempo. Y los frutos saltan a la vista: los griñaninis que ni estudian, ni trabajan. Esos griñaninis y esas griñaninas son el estandarte del griñanismo que ha sucedido al chavismo que consiguió igualar por abajo a la inmensa mayoría de la sociedad andaluza. Todo el mundo a vivir del PER, de la subvención, de los cursos convocados por las asociaciones empresariales o por las cúpulas sindicales, de los ERE y de las ayudas fraudulentas de la Unión Europea…

El discurso que el mester de progresía utiliza para derribar estas propuestas que pretenden impulsar la excelencia en determinados institutos públicos se cae como un castillo de naipes en cuando se le aplica el principio de la coherencia. Si tan convencidos están de la necesidad de una educación igualadora, ¿por qué llevan a sus hijos a selectos colegios privados? Algunos lo hacen en el propio coche oficial, como si aún viviéramos en aquella España del Parque Móvil de Ministerios. Una España en blanco y negro que se parecía demasiado a esta Andalucía virreinal donde el Régimen señala con su dedo omnipotente a los receptores de los privilegios que le sirven para mantener la red clientelar.

En Andalucía no hay bachilleres de excelencia pero sí hay parados con perspectiva, como decía el líder sindical de Delphi antes de pasarse al PSOE. Aquí no se fomenta el esfuerzo en el estudio, sino la picaresca para apuntarse en un ERE fraudulento. En vez de gastarnos el dinero en institutos de calidad para que los hijos de los pobres tengan las mismas oportunidades que los niños del Régimen, la Junta hace la vista gorda ante el abuso de las ayudas que concede la UE. El mismo Griñán que va de culto por la vida se rodea de los jóvenes peor preparados, de aquellos que han sido incapaces de terminar una carrera que dejaron a medias para dedicarse a medrar en el partido. Es el legado que dejará cuando se vaya: un partido formado por viejas glorias pizarristas y por los griñaninis que quieren relevarlos asumiendo todos sus defectos pero ninguna de sus virtudes.

La progresía a sueldo de la Junta y de sus empresas paralelas le zurra a Esperanza Aguirre por proponer un bachillerato mal llamado elitista y segregacionista. Y calla ante la carrera que llevan los hijos de Chaves. Los mismos que defienden la escuela pública inscriben a sus hijos en los centros más selectos, ora laicos, ora religiosos. La hipocresía del progre, vulgo 'hiprogresía', no tiene límites. Y encima se permiten el lujo de darnos lecciones de ética como si estuvieran por encima del bien, del mal y del regular.

El D a la hora H o H y media (como decía el gran Love en los Juancojones) tengo que ver a los susodichos volver a la vida real. Llegará, llegará...