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20-01-14 18:48 #11814036
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PODEMOS
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Podemos: potencialidades e incertidumbres
Lunes 20 de enero de 2014, por Mar


Manuel Garí | Público

Economista y activista social

Ya era hora. Fue mi primer pensamiento al leer el Manifiesto “Mover ficha. Convertir la indignación en cambio político”. Mínimo común múltiplo, fue el segundo. Es el primer nivel de acuerdo político posible entre unos firmantes que, siendo plurales, buscan un estadio superior común (en nuestra metáfora matemática el “menor número natural que es múltiplo de todos ellos”). Firmantes heterogéneos cuyo perfil, sin embargo, se asemeja en una cuestión: objetan el modelo político de la Transición e impugnan el sistema económico. O sea, aspiran a la democracia sin límites y a una sociedad justa de iguales y libres (como en las matemáticas solo aplica a “números enteros positivos, sin decimales ni fracciones y nunca a los números negativos o complejos”).

Llevar más allá actualmente ese acuerdo no es posible, correría el riesgo de ser excluyente. Recortarlo lo convertiría en estéril e inoperante para hacer avanzar un proyecto solvente y útil. Pero como en las matemáticas, después de un múltiplo hay otro mayor y así hasta el infinito. El quid de la cuestión es empezar a descifrar múltiplos comunes y no autoimponerse límites en la búsqueda.

Podemos, la iniciativa encabezada por Pablo Iglesias en la que se concreta el Manifiesto, es el inicio de un camino nuevo a transitar conjuntamente por esas casi 60.000 personas, que han expresado su apoyo en las primeras 24 horas, y las que mañana se sumen. Se trata de una experiencia novedosa sin manual de instrucciones, por tanto ilusionante pero no exenta de incertidumbres y riesgos. Y tareas, muchas, a resolver. La apuesta es muy alta. En el fondo, nada menos que crear una nueva hegemonía alternativa frente al neoliberalismo y una nueva hegemonía en lo que se viene denominado izquierda ya que con la existente el fracaso está servido y todo ello para construir una nueva mayoría social alternativa, capaz de acabar con este estado de cosas.

Una treintena de personas de izquierdas han actuado como catalizador de un nuevo proceso, cuya reacción puede generar un cambio político en la sociedad, al menos de momento en la desnortada izquierda. O no. Ello depende de la capacidad de sumar y vincular nuevos compromisos, de crear un movimiento imparable. Las minorías, como los catalizadores, necesitan de más sustancias para que haya proceso y nuevo producto. Sin gentes, muchas y empoderadas trabajando, no hay cambio. Podemos sacar dos lecciones de la historia reciente en el Estado español:

1) Nunca más izquierda sin gentes.

2) Nunca más tribunos de la plebe por mucha plebe que arrastren.

De momento, los promotores de Podemos han desbloqueado una situación que parecía condenada a repetir las planas experiencias electorales de convocatorias anteriores, sin que el espíritu rupturista nacido el 15 M y las masivas movilizaciones posteriores desde las mareas, a la PAH y la lucha de la limpieza viaria y jardines de Madrid o el estallido de Gamonal encontraran continuidad y correlato en el plano político. Nadie puede representar al movimiento social, pero sí defender sus aspiraciones. Eso y no otra cosa es lo que, en suma, debería significar Podemos.

Por tanto, el primer reto que tiene ante sí el grupo promotor de los firmantes es cómo convertir la simpatía virtual en apoyo real y este, en compromiso activista; en actividad organizada que actúe como multiplicador de la iniciativa. Y ello, de inmediato, planteará la cuestión de estructurar operativamente la diversidad, canalizar la participación democrática de quienes se comprometan y establecer unas reglas del juego claras y públicas que aseguren las condiciones de inclusión, cooperación y participación en las decisiones.

El segundo examen para Podemos es que sea percibido como una candidatura útil en esta variopinta y plurinacional realidad estatal que tenemos. En concreto debe lograr recabar apoyos importantes arraigados en todo el territorio que constituye el distrito electoral único de las elecciones al Parlamento europeo, y no solo ni fundamentalmente por razones electorales. La colaboración entre las izquierdas de todo el Estado español es un requisito imprescindible para asegurar el derecho a decidir y poder cercenar las limitaciones que impone a los pueblos la vieja Constitución de la Transición, pero también para que la izquierda rompa con las ataduras mentales que le pueden seguir unciendo a esta. Cataluña va a ser el primer gran test. Luego seguirán otros.

No acaban ahí las cuestiones a resolver por parte de Podemos. Debe comunicar mejor que lo viene haciendo la izquierda pero diciendo algo que merezca la pena, que no sea el vertedero de lugares comunes en el que se ha convertido el “debate” programático de todas las fuerzas institucionales e institucionalizadas. Ello requiere de la inteligencia que desplieguen los promotores, de que concreten las propuestas programáticas de forma eficiente, inteligible y útil. Ello requiere que se construya un relato alternativo al del poder y el dinero. Un relato desde abajo para las gentes de abajo. El Manifiesto es un primer paso pero Podemos deberá construir un discurso autónomo común. Para pasar de las propuestas generales a las más concretas y para idear y contar ese nuevo relato se necesita de la participación activa de millares de activistas que elaboren las respuestas, que construyan una nueva sabiduría colectiva. Pero no solo las ideas y propuestas importan, también las formas cuentan, por ello sería conveniente que Podemos no acabe repitiendo gestos y ritos de los viejos partidos al uso y, al contrario, genere nuevos modos y nuevas emociones.

El 15 M fue una enmienda a la totalidad a todos los partidos políticos del sistema. El “no nos representan” fue general. Sin excepciones. El movimiento de las plazas y luego las mareas establecieron reivindicaciones y propuestas, pero, además supusieron un grito ético, aspecto este pocas veces considerado. Un grito contra la miseria moral de la “clase” política, del régimen de la reforma, del sistema económico, de la existencia cotidiana. Este elemento ético será uno de los de mayor permanencia en el tiempo de los surgidos en Sol y en las plazas de cada lugar. Una de sus mejores aportaciones, una de nuestras mejores herencias.

Toda crítica a la realidad y todo proyecto alternativo, deben tener detrás una dimensión ética. Podríamos situar en dos planos la ética necesaria. Por un lado en el de la propuesta sobre el modelo de sociedad, de democracia, de economía, de metabolismo sociedad/naturaleza; podríamos calificarla de ética de los objetivos y contenidos. Tenemos que recoger y poner en relación las aportaciones eco socialistas, eco feministas, demo igualitaristas comunitario / colectivistas basadas en la solidaridad y la participación activa de las gentes en su destino.

Por otro, existe el plano de la ética de la acción en la sociedad, en la lucha de clases, en el conflicto político, pero también en la forma de debatir, organizarse y decidir en el seno de las organizaciones sociales y políticas; podríamos denominarla como una ética de los modos y procedimientos, en la que debe imperar la fraternidad y la lealtad entre iguales y libres que luchan por una nueva sociedad.

De ir adelante y sustanciarse en una candidatura electoral, son muchos los retos políticos, organizativos, mediáticos y financieros que tendrá que resolver Podemos para lograr influir en el voto de una parte significativa de la población, de manera que se abran nuevas posibilidades para las clases subalternas en las siguientes confrontaciones y sobre todo para que tengan defensa los “sin” –la mayoría machacada- y altavoz político la indignación y la rebeldía. Los promotores de Podemos han adquirido una gran responsabilidad y van tener que escuchar a mucha gente algo así como “no nos defraudéis, no, precisamente vosotros no”. De ir adelante, su primer triunfo será que el movimiento social y las gentes de abajo vean en Podemos algo diferente al resto de opciones al uso porque lo perciban como decente hacia fuera y por dentro. Para que Podemos sea recibido como la expresión política de las aspiraciones de las plazas antes que nada debe hacer patente que es una proposición decente y diferente.
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26-01-14 23:21 #11823732 -> 11814036
Por:No Registrado
RE: PODEMOS
Nacho Álvarez Peralta |eldiario.es

Durante los últimos meses las oligarquías económicas y políticas se esfuerzan por trasladar insistentemente una idea a la opinión pública: lo peor ya pasó. Así, la crisis económica ya habría tocado fondo y la crisis política –condensada en el hundimiento del bipartidismo– estaría comenzando a superarse.

La realidad sin embargo es tozuda. Mientras persistan el elevadísimo desempleo, los recortes salariales, la emigración de nuestros jóvenes y la pérdida de derechos, la inmensa mayoría de la ciudadanía seguirá viviendo en crisis. Mientras perdure “la vieja política”, el actual régimen de representación permanecerá impugnado. De hecho, las últimas encuestas siguen reflejando una enorme indignación popular: según datos de intención directa de voto, únicamente el 12,5% de los encuestados votaría al PP, el 12,9% al PSOE y el 9,9% a IU. Lo verdaderamente relevante es que el 19,4% se abstendría y el 20,8% aún no lo ha decidido o no lo sabe. Es más, la fidelidad de voto (factor por el que se pondera, entre otros, la intención directa de voto para ofrecer las estimaciones del resultado electoral que habitualmente vemos en las encuestas), arroja un hundimiento duradero y estructural: ha pasado del 70-80% para los votantes de PP y PSOE entre 2000-2009, a oscilar actualmente en torno al 45% en ambos casos.

En definitiva, la situación política sigue siendo completamente excepcional. Los electores tradicionales del bipartidismo y, particularmente, los electores de izquierdas, han dado la espalda a los partidos mayoritarios para, en buena medida, pasar a integrar ese 40% de población que carece de referente político en este momento. Las razones son de sobra conocidas: PSOE y PP han gobernado al servicio de los intereses de las oligarquías económicas y financieras, incumpliendo sus programas electorales, socializando los costes de la crisis e imponiendo con ello un sufrimiento generalizado. Y lo han hecho además en un contexto atravesado por numerosos y gravísimos casos de corrupción.

Una primera respuesta a esta crisis política ha venido de la mano de la movilización ciudadana contra los recortes sociales y la pérdida de derechos. El autismo social de los gobiernos de Zapatero y Rajoy ha evidenciado la necesidad de ir más allá de la protesta, generalizándose en los distintos movimientos la convicción de que sólo una alternativa política –un frente amplio, unitario y plural contra las medidas neoliberales– podrá desatascar la situación actual. Se ha extendido de este modo entre diversos sectores sociales el convencimiento de que la superación de la crisis pasa por la construcción de un nuevo referente político que refleje la indignación popular, catalice las aspiraciones de ruptura democrática y dispute la mayoría social.

Izquierda Unida, por su programa político y por su imbricación en las luchas sociales, estaba (y está) llamada a jugar un papel central en la articulación de dicha alternativa (que, desde luego, excede su perímetro). Sin embargo, el tiempo transcurre sin que veamos movimientos relevantes en el seno de la coalición. El paulatino ascenso en las encuestas electorales ha proporcionado a los dirigentes de IU una innegable comodidad, permitiéndoles confiar en que la supuesta pasokización del PSOE haría el trabajo por sí solo. No obstante, dicho ascenso, además de resultar limitado para disputar la mayoría social, comienza a frenarse. Es más, la posibilidad de reeditar en las futuras elecciones generales el acuerdo de gobierno actualmente vigente en Andalucía con el PSOE –en esta ocasión a escala estatal–, parece constituir la apuesta velada de parte de estos dirigentes.

Ahora bien, la política, como la naturaleza, tiende a ocupar los espacios vacíos. La izquierda social del Estado español demanda desde hace meses –en ocasiones a gritos– un vector capaz de remover la situación actual y desencadenar un proceso de refundación de la izquierda. Si la dirección de IU ha decidido dejar pasar ese tren, será necesario (e inevitable) que otras iniciativas lo intenten.

En este sentido, Podemos –la iniciativa política nucleada en torno a la figura del profesor Pablo Iglesias–, puede jugar un papel interesante. Su nacimiento no deja de ser contradictorio, desde luego. Este proyecto pretende encauzar la ola de indignación social que nació con el 15M, aunque eso no le ha impedido quebrantar uno de los principios fundacionales de dicho movimiento: el rechazo a los liderazgos individuales así como a las decisiones “ cocinadas” a espaldas de quienes tienen que ser los "representados".

A pesar de ello, entendemos que una iniciativa como esta no debe ser juzgada tanto por sus orígenes como por la dinámica que sea capaz de desplegar en un momento dado. Si la autodesignación de Pablo Iglesias como candidato a las elecciones europeas permite poner su resonancia mediática y su liderazgo social al servicio de un proyecto de cambio democrático, bienvenido sea. Al menos tres elementos permitirán decir, pasadas las elecciones europeas, que la iniciativa resultó útil para el proceso de refundación de la izquierda y para la conformación de un frente amplio contra las políticas neoliberales.

En primer lugar, si esta iniciativa logra situar en el debate político general propuestas relativamente relegadas –como la impugnación a las políticas de la Troika, la dación en pago retroactiva para evitar los desahucios, el cuestionamiento del pago de la deuda, la reforma fiscal progresiva, la reconversión ecológica del modelo productivo, o la necesidad de derogar las últimas reformas laborales para facilitar el crecimiento de los salarios– habremos dado un importante paso adelante.

En segundo lugar, Podemos –recordemos, un "movimiento de ficha" por arriba– debiera ser capaz de desencadenar un proceso de organización política por abajo (con la constitución de comités de apoyo, o colectivos similares). El 15M puso de manifiesto un cambio radical en la forma de concebir la acción política: no habrá identificación con un proyecto colectivo en ausencia de participación activa y democrática de la gente que debe conformar dicho proyecto.

Por último, en tercer lugar, Podemos debiera ser una iniciativa que contribuya a sacudir las posiciones que hasta ahora han mantenido otros actores políticos de la izquierda. Aunque su nacimiento no se presenta "en competencia" con IU –sus promotores señalan que el objetivo es movilizar a quienes, situados en la abstención o en la indefinición, carecen de un referente electoral en este momento–, su desarrollo debiera cuestionar la orientación estratégica de la coalición. En concreto, la iniciativa Podemos podría servir de punto de apoyo para que se refuercen aquellas posiciones que, dentro de IU, plantean la necesidad de avanzar hacia un verdadero proceso de refundación de la izquierda que permita articular una "Syriza española" y terminar con la subalternidad respecto al PSOE.

Estos tres elementos –programa, método y alianzas– son tan viejos como la "vieja política" con la que los promotores de Podemos pretenden acabar. Pero desconocerlos, o ignorarlos, conllevará desilusiones que pesarán sobre las fuerzas sociales, sindicales y políticas que luchan por recuperar y ampliar los derechos perdidos. Del mismo modo, este trinomio resulta plano –y en ocasiones mortecino– si no rompe con la mera aritmética de la estrategia partidaria convencional y desencadena el intangible político más valioso: la ilusión. En cualquier caso, será necesario que la capacidad de emocionar se ponga al servicio de un proyecto común (y no del ensimismamiento personal), y que además se supedite a las decisiones colectivas de quienes finalmente integren la iniciativa de Podemos. Son muchas las manos y los corazones que deben contribuir al éxito de un proyecto como este y, aún más, las que deben sumarse para la necesaria refundación de la izquierda.
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27-01-14 11:38 #11824105 -> 11814036
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Borrado por Foro-ciudad.com
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28-01-14 11:38 #11825630 -> 11824105
Por:No Registrado
RE: PODEMOS
Podemos o jodemos Tio no sabs pronunsiar la jota.
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28-01-14 18:28 #11826195 -> 11824105
Por:No Registrado
RE: PODEMOS
Bla BVla Bla Bla pero sacacala de la boca un poco
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28-01-14 21:30 #11826551 -> 11826195
Por:No Registrado
RE: PODEMOS
Seguramente podremos llenar ríos con los artículos que en tan solo una semana han surgido en toda la prensa progresista en relación a la necesaria unidad de la izquierda ante las elecciones europeas. Se está generando un ambiente de presión para que IU coja el guante lanzado inicialmente por Pablo Iglesias y entre en el proceso de Podemos. En ese sentido van la mayoría de los tiros, y ya se han gastado muchas balas. Pues bien, con este artículo no pretendo ser un perro verde, un paria o un ratón “colorao”, aunque de hecho los argumentos que voy a plantear se dirigen “aguas arriba” de ese río que, enarbolando únicamente la unidad de la izquierda, pretende arrastrar a IU hacia Podemos.

Cuando el fin es acabar con el bipartidismo parece que la unidad de la izquierda (sin incluir al PSOE, claro) es el único medio para realizarlo. Pero: ¿nuestro fin es acabar con el bipartidismo? ¿es el bipartidismo el único pilar del régimen nacido de la transición? ¿puede la dominación de clase sobrevivir al bipartidismo? En este sentido pienso que el bipartidismo funciona, aunque sea de manera no intencionada, como el señuelo que hace correr irreflexivamente a los galgos en pos de la unidad de la izquierda. Nuestro fin no puede ser exclusivamente acabar con el bipartidismo, y más si en ese camino pasamos por encima de otras cuestiones estratégicas, cual si la superación del mismo fuera una etapa necesaria en la historia de la emancipación de la clase trabajadora en el estado español. En este sentido, Podemos debe relacionarse de forma política y no sectaria con Izquierda Unida, pero no puede obviar lo que significa para la izquierda y para el movimiento social y sindical en Andalucía el cogobierno de la mano del PSOE, el mismo partido que cambió el artículo 135 de la Constitución, en base al cual el Gobierno Rajoy justifica todos los recortes y regresión de derechos.

Cuando Podemos hace el llamamiento a la unidad a IU, debe de introducir una serie de condicionantes de tipo político. La gestión de los recortes en Andalucía es un lastre demasiado pesado para cualquier iniciativa de izquierdas, no por una cuestión de pureza ideológica, sino por una cuestión de credibilidad política, virtud demasiado denostada últimamente y lamentable no solo en las altas esferas, pero que está en el corazón de la reconstrucción de cualquier iniciativa de izquierdas. Cuando IU cogestiona las políticas de austeridad y recortes en Andalucía, lo que le está diciendo a sus votantes de izquierdas y base social es que no hay horizonte más allá de la gestión blanda del programa saqueador de las clases dominantes. La lección para la clase trabajadora es terrible: no hay otra forma de hacer política. Hoy nos obligan desde Madrid, mañana nos podrán obligar desde Bruselas. Este problema no tiene nada que ver con cuestiones meramente teóricas, porque cuando los trabajadores y trabajadoras -ya sean del Parque de las Ciencias de Granada, de los 4500 docentes interinos despedidos, de las trabajadoras de la ayuda a la dependencia despedidas, de las 850 administrativas represaliadas en el sector educativo, de los y las despedidas en los centros de acogida, de los trabajadores de Delphi, etc.- se ponen de huelga y se movilizan en defensa de sus empleos, lo hacen frente a las delegaciones gestionadas por el PSOE e IU o directamente frente a sus sedes partidarias. Quienes luchan se movilizan contra los recortes vengan de donde vengan, y en la medida en que tiemblan sus condiciones vitales no se tragan el anzuelo de recortes buenos “made in” Sevilla y recortes malos “made in” Madrid. De forma que pasar por alto en el debate sobre Podemos e IU la gestión del cogobierno andaluz es un error inaceptable. Hacerlo supone no comprender que para lograr imponer un programa de oposición a la Troika van a hacer falta algo más que unos comicios electorales, puesto que esto sólo podrá realizarse desde la calle y con el apoyo de una mayoría social movilizada, parte de la cual hoy grita en Andalucía frente a las instituciones capitaneadas por Susana Díaz y Diego Valderas.

Para que Podemos represente una regeneración política de la izquierda y pueda plantear un programa de superación del capitalismo, es necesario que sea una candidatura creíble, no sólo en las formas, sino también en el contenido. En ese sentido es menester que una nueva fuerza política de la izquierda se caracterice por hacer lo que dice, por lo que en Podemos no deberían tener cabida partidos que aplican los recortes y las políticas de austeridad de la Troika. Por lo tanto, una de las formas de relacionarse con IU debería ser la de poner como condición sine qua non para cualquier tipo de unidad electoral la ruptura del cogobierno andaluz, clarificando la relación con el social liberalismo. Este es un elemento político que debería de estar hoy en el centro del debate, y no los lugares comunes a los que se llega cuando se solicita la unidad de la izquierda sin más. Existen, por supuesto, otros nudos gordianos de la política española y europea que hacen que la relación política de Podemos con IU deba enriquecerse con otras cuestiones que ahora no tienen cabida en este texto, pero que no por ello son de menor calado: el derecho de autodeterminación de las nacionalidades oprimidas y el impago de la deuda ilegítima. Elementos políticos, éstos, que valen tanto o más que la superación del bipartidismo y que no podemos relegar a una etapa posterior, como si no hubiera relación entre unos y otros.

La “necesaria” unidad de la izquierda no es un escenario en el que todos y todas nos ponemos una venda, escurrimos el debate, pero vamos de la mano. Hace falta decir para qué esa unidad, puesto que lo que se pretende es que el Gatopardo esta vez se equivoque y cambie todo, no para que no cambie nada, sino para imponer una lógica política desde abajo y a la izquierda: cambiar todo, para que todo (o casi todo) cambie. Y ese sentido a IU hay que decirle que: o se está gestionando las políticas de miseria y barbarie del capital o se está en la calle construyendo las resistencias frente a las mismas. No se puede estar en los dos sitios, porque este tipo de trastornos bipolares de la izquierda no son comprensibles por la mayoría de la población, por lo que suponen un verdadero obstáculo para la regeneración política (no sólo en el sentido electoral) de la izquierda y para la popularización de un programa rupturista.
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29-01-14 21:15 #11828043 -> 11814036
Por:No Registrado
RE: PODEMOS
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“Siempre animo a la gente de IU a luchar a este lado de la barricada”
Miércoles 29 de enero de 2014, por Mar


La Marea

La figura mediática del politólogo Pablo Iglesias ha provocado que la mayor parte de los focos se vuelvan hacia él a la hora de referirse a la candidatura Podemos, de modo que muchos de los activistas y militantes que la rodean han quedado, aunque en parte voluntariamente, eclipsados. Una de ellos es Teresa Rodríguez (Rota, 1981), responsable de participación ciudadana de la plataforma y sindicalista con una larga trayectoria de lucha social a sus espaldas.

Rodríguez comenzó su militancia política hace ya más de 15 años, en la protesta contra las bases de la OTAN en Andalucía -una de ellas situada en su mismo pueblo-, para continuar en el movimiento estudiantil y en la defensa de los derechos de los inmigrantes. Tras pasar por Izquierda Unida, bastante desencantada, ingresó en las filas de Izquierda Anticapitalista, donde milita hoy, además de ser miembro activo de la marea verde y del sindicato USTEA.

¿Por qué decidió dar el paso y formar parte de la candidatura Podemos?

Fue un proceso colectivo. Lo valoramos como una iniciativa interesante en el momento en el que estamos, en una situación de absoluta guerra social, de excepción. Y nació un proceso nuevo, ilusionante, que está siendo respaldado por los datos. Ya hay unos 50 círculos de Podemos, de espacios en las redes sociales para generar asambleas constituyentes, en todo el Estado español y el extranjero. Y hoy por hoy llevamos más de 83.000 firmas recogidas. Esto corresponde tanto al proceso de removilización que estamos viviendo desde el 15-M como a una cosa más antigua, que es la desafección por los procesos colectivos y sus organizaciones tradicionales y la aparición de nuevos sujetos. La iniciativa parece que está respondiendo de momento a las expectativas. Ahora toca que nos pongamos a escuchar, a debatir y a elaborar un programa y unos procesos de participación que respondan a las expectativas que se han generado a nivel mediático, que es la parte más complicada.

En la presentación de la candidatura en Madrid, usted afirmó que la lucha en las calles estaba consiguiendo “victorias parciales y débiles” y que había que generar “ilusiones nuevas”. ¿Hay mucho de marketing en la política actual?

Hoy por hoy, en la sociedad del espectáculo en la que vivimos, efectivamente la política tiene mucho que ver con el marketing, pero yo hacía referencia más bien a procesos no sólo electorales, que están muy mediatizados, sino a la necesidad de agrupar las luchas parciales que se dan. Soy activista social desde el año 98, con el movimiento antiglobalización, y he vivido muchos repuntes, pero hoy estamos en una situación que tiene condiciones objetivas particulares, como es esta fuerte crisis.

Día a día vivo con gente que pelea por cosas concretas, que tienen que ver con el empleo, con los desahucios, con los despidos, con los ataques al medio ambiente o con los derechos de las mujeres pero que, cuando consiguen victorias, éstas son débiles y fugaces. No hay un planteamiento global, una necesidad de unificar todas las luchas, de hacer un tsunami de todas las mareas que hemos intentado siempre podenciar.

También desde el punto de vista político hay necesidad de generar propuestas a contraataque, que no sólo sean la defensa de los derechos que nos quedan, sino de plantear otra manera de salir de esta crisis. Básicamente se trata de animar a la gente de los movimientos sociales y de resistencia en todos los espacios a participar en política y a hablar de qué modelo de sociedad queremos construir juntos para intentar convencer a la mayoría social que debería ser la beneficiaria de esos cambios profundos que se pueden y se deben dar.

Se le suele echar en cara a Podemos que no es un proyecto creado desde la base. Hay iniciativas que sí están trabajando desde hace tiempo en este sentido, como son el Frente Cívico, Alternativas desde Abajo o el Procés Constituent. ¿Por qué no se ha intentado trabajar desde esos colectivos?

Creo que estamos en un momento de experimentar y que hay que ser valientes y audaces. Para mí, Pablo Iglesias, en este caso, en la rueda de prensa de presentación lo expresó con bastante honestidad. Se ha hecho de esta manera como fruto de las debilidades de los procesos que estamos intentando construir a paso de hormiguita desde hace años. Todos estos procesos desde abajo, que son fundamentales y que hay que tener en cuenta, son un poco el esqueleto de lo que pudiera ser Podemos, y hay que cargarlo de músculo, y éste no sabemos muy bien de dónde viene. No tenemos claro qué es lo que activa la fibra muscular del movimiento para hacerse fuerte y grande.

En este caso, decía Pablo que fruto de las debilidades de las organizaciones de la izquierda tradicional y de todos sus procesos de confluencia, que tienen años, surge la necesidad de generar desde arriba una luz y un mensaje de esperanza, de que se puede unificar todo, de momento en torno a un discurso mediático. Que ahora, ya digo, viene el momento duro pero también ilusionante y bonito de construirlo por abajo.

En definitiva, consideran que a nivel de base la cosa está estancada.

Es un poco como las resistencias sociales; se dan en espacios muy concretos, se ven poco entre sí, se coordinan de forma muy precaria. Lo mismo ocurrió con el propio 15-M, que era capaz de generar por abajo un movimiento absolutamente masivo pero luego era incapaz de coordinarse a nivel estatal. Las coordinaciones eran siempre complejas y difíciles, fruto también de la desconfianza que se ha generado durante muchos años hacia los procesos colectivos. Y bueno, si damos con la tecla en esta ocasión, seguramente será por un proceso de ensayo-error, pero parece que, de momento, al menos las expectativas nos dicen que vamos por el buen camino.

¿Por qué cree que IU no es capaz de asumir de momento ese papel aglutinador?

Desde mi punto de vista, las expectativas electorales de cara a los próximos procesos les hace considerar que son autosuficientes. Además, creo que hay una cierta falta de generosidad a la hora de visualizar en qué momento nos encontramos, que es un momento en que la gente, además de luchar en la calle, tiene ganas de participar en política, más allá de las estructuras que ya se le daban o más allá de ser la comparsa de algo que ya está creado.

En cuanto a su labor de responsable de participación ciudadana, ¿qué se está haciendo?

Afortunadamente de momento la cosa va casi sola. Se están generando los círculos, esos círculos van a dar lugar a asambleas constituyentes, éstas irán tomando decisiones que tienen que ver tanto con el programa como con la candidatura. Y mucho trabajo se está llevando a cabo desde el punto de vista técnico, de las herramientas informáticas con las que contamos. El programa participativo se hará a partir de una wiki.

Y bueno, nos dimos hasta el 8 de febrero para recoger las firmas y el proceso va mucho más adelantado de lo que esperábamos. Poco a poco, cuando la cosa esté más consolidada por abajo, con los círculos que se generen ya de forma efectiva, empezaremos a coordinar la toma de decisión colectiva sobre programas y candidaturas.

Defienden que Podemos no es un partido, pero con esta creación de los círculos se está generando también una especie de militancia. Al final, ¿acabarán transformando la estructura en un partido?

La verdad es que, de momento, no está escrito el final de la historia. Estaremos generando este proceso hasta las elecciones europeas y entre todos decidiremos si efectivamente queremos presentar esta candidatura. Después ya veremos. Las expectativas y el punto de partida no era ni un partido ni un frente de partidos, sino generar un proceso y después con lo que nos quede entre todos ver qué hacemos, ver con quién podemos contar.

Nuestro objetivo es un movimiento más amplio. Por eso la fórmula de partido no respondía a este modelo. Primero es un método, un proceso de participación y debate político de la gente que lucha y no encuentra en la oferta de las organizaciones existentes su espacio de participación, y luego ya decidiremos qué hacemos con el proyecto. Si este proceso tiene una característica indiscutible es que es abierto.

Otra de las críticas más frecuentes es que Podemos estaría basado en un excesivo personalismo entorno a la figura de Pablo Iglesias como figura. ¿Usted lo cree así?

Insisto en las declaraciones bastante honestas de Pablo diciendo que el proceso se abre en torno a una persona por la propia debilidad de la organizaciones ya existentes. Si algo debemos ser los que formamos parte de este proceso, es honestos y sinceros. Efectivamente, es un proceso que no responde a la forma idílica en la que hubiéramos pensado en construir un proceso de convergencia, que hubiera sido desde abajo, con las luchas sociales coordinándose entre sí y empezando a preocuparse por los problemas y las luchas de los demás, para después dar un salto a lo político. Para mí eso habría sido el itinerario perfecto.

No ha sido así la historia porque partimos de una debilidad fuerte tanto en el campo de lo social como en el campo de lo político. Si es abriendo el proceso de esta manera como se conforman iniciativas nuevas e ilusionantes, y que puedan de alguna manera generar mayorías sociales nuevas, bienvenido sea. En este caso, hay que agradecer a Pablo Iglesias esa iniciativa, esa generosidad a la hora de prestarse.

Podemos le ha tirado el guante a IU para confluir en listas abiertas pero la reacción de su coordinador federal, Cayo Lara, ha sido bastante fría. ¿Cómo valora usted la respuesta de IU?

No hemos hecho todavía una valoración colectiva de los posicionamientos de IU. A mí personalmente no me extraña nada. Desde mi punto de vista, tiene que ver con sus propias dinámicas internas desde hace muchísimos años, donde se toman decisiones en espacios concretos. Por otro lado, están las altas expectativas de votos que tienen para los procesos que vienen.

Me hubiera extrañado y alegrado un cambio de dinámica, pero no sólo en lo que tiene que ver en la participación de la configuración de las candidaturas, sobre listas abiertas o no. El debate no está sólo ahí, sino en delimitar una estrategia que responda al momento para que de verdad sea creíble lo que decía Alberto Garzón en el documento que han presentado por una revolución democrática y social, para romper de una vez con el bipartidismo y con el Régimen del 78.

Para ser creíble diciendo eso, uno tiene que poder decir que no colabora ni apuntala el bipartidismo en ninguna de sus versiones. Yo, particularmente, vivo en una Comunidad Autónoma, en Andalucía, donde eso no se ve en lo concreto. En los momentos en los que menos cosas tenemos que conseguir a través de las instituciones y de la negociación, en momentos de austeridad incuestionable y de recortes, es el momento en el que de verdad estas fuerzas que deberían presentar una alternativa están adquiriendo más espacios de gestión de la austeridad.

Por eso, entendemos que hay una contradicción importante que deben solventar. Yo personalmente siempre animo a la gente de IU que conozco a ponerse a luchar a este lado de la barricada. Hay que ser honesto cuando se dice que se enfrenta uno a la austeridad y todo tipo de recortes, mientras se colabora con las fuerzas del régimen, con el bipartidismo del 78.

Por otro lado, hay una lucha interna dentro de IU para cambiarla. ¿Se han planteado en algún momento entrar en la federación para cambiarla desde dentro?

En mi caso, igual que en el de muchos de los que forman parte de este proceso, ya he tenido esta experiencia y en los momentos en los que vivimos, tan duros, la gente tiene cosas más urgentes que hacer que intentar cambiar la estructura de una organización que difícilmente es modificable. Hay que parar desahucios, impedir despidos, luchar contra recortes. Me parece más urgente que intentar cambiar las estructuras de partidos y no estar dando respuesta a esto.
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30-01-14 13:48 #11828932 -> 11828043
Por:No Registrado
RE: PODEMOS
eL CAMBIAR LAS ESTRUCTURAS DE LOS PARTIDOS ES UNA MILONGA QUE NOS QUIEREN COLAR LOS POLÍTICOS PARA PERPETUARSE EN EL latrocinio.
Hay que acabar con esa nefasta casta.
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02-02-14 01:16 #11832791 -> 11828932
Por:No Registrado
RE: PODEMOS
De acuerdo Rubalcaba acuestate ya
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12-02-14 12:36 #11856327 -> 11828932
Por:No Registrado
RE: PODEMOS
Date: Wed, 12 Feb 2014 09:12:40 +0100
Subject: MAÑANA JUEVES 13 DE FEBRERO Presentación de la iniciativa PODEMOS en Sevilla. 18.30.Paraninfo Pablo Olavide.ANIMATÉ A VENIR Y DIFUNDE.
From: jorgee.jimenez@gmail.com
To:

MAÑANA JUEVES 13 se presenta en Sevilla la iniciativa PODEMOS a las 18.30h en el PARANINFO DE LA UNIVERSIDAD PABLO OLAVIDE tenemos el acto de Presentación en SEVILLA.

¿Qué es PODEMOS?
Somos personas convencidas de que ante la situación de urgencia social, es el momento de dar un paso adelante y de que dándolo nos vamos a encontrar con mucha más gente. Los de arriba nos dicen que no se puede hacer nada más que resignarse y, como mucho, elegir entre los colores de siempre. Nosotros y nosotras pensamos que no es tiempo de renuncias sino de mover ficha y sumar, ofreciendo herramientas a la indignación y el deseo de cambio. En las calles se repite insistentemente "Sí se puede". Nosotras y nosotros decimos: " Podemos"

Porque PODEMOS, porque somos mayoría, es el momento de gritar fuerte a los que nos engañan nos roban y nos empobrecen que se vayan, que junt@s PODEMOS y lo vamos a conseguir, y se ha demostrado en la respuesta social que ha seguido a la presentación de la iniciativa, casi 100.000 firmas de apoyo en tan solo tres semanas.... La primera cita será construir una candidatura del sentido común de los y las de abajo,de la gente contraria a las políticas de austeridad de la troika y de todos los gobiernos que recortan, para las elecciones europeas pero ese es solo el primer paso, porque queremos más.....

Acércate MAÑANA JUEVES las 18.30 al Aula Magna de la Universidad Pablo de Olavide, donde estarán Pablo Iglesias, Iñigo Errejón (profesor políticas Universidad Complutense), Teresa Rodriguez (Marea Verde), MIguel Urban (activista social), Juan Torres (catedrático de Economía Sevilla), Luis de los Santos (abogado y activista de Sevilla), Carmen Yuste (activista de Sevilla) y Angela Larra (activista de Sevilla), presentando esta iniciativa, que puede ser tuya también, y eso esperamos.


¿Cuál es la PROPUESTA?
Se encuadra en el manifiesto político MOVER FICHA.Convertir la indignación en cambio político.
https://ww.podemos.info/es/manifiesto

Adjuntamos el cartel del acto, y un enlace a la web de PODEMOS para que os informeis si no conoceis la iniciativa.

¡¡¡Junt@s PODEMOS!!!

https://odemos.info/
Puntos:
14-02-14 00:06 #11867005 -> 11856327
Por:No Registrado
RE: PODEMOS
Rubalca os adora
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14-02-14 12:56 #11867403 -> 11867005
Por:No Registrado
RE: PODEMOS
El que ha abierto este hilo debería aclararnos qué pretende: porque si es otra milonga más de los socialistas, vamos listos.
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14-02-14 20:36 #11868043 -> 11867403
Por:No Registrado
RE: PODEMOS
Esto no tiene nada que ver ni con PSOE, ni co PP, ni con IU, ni logicamente con los Independientes. no soy quien ha colgado lo de PODEMOS, pero me siento totalmente identificado con ellos, sin ir mas lejos ayer estuve en una de sus asambleas que van dando por todo el estado la de ayer fue en Sevilla en la Pablo de Olavides donde se tuvo que dar dentro y fuera debido a la asistencia que hubo. No piden carnet a nadie solamente que quieran vivir en un sistema mas justo para todos , y no para unos pocos, y si te preocupa algo puedes metere en facebook y tendras mas informacion . En Huelva ya hay un circulo de PODEMOS
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14-02-14 21:14 #11868099 -> 11868043
Por:No Registrado
RE: PODEMOS
Gonza Donaire

Cerca de la casa donde pasé mi adolescencia en Jaén hay una pintada de un colectivo anarquista que dice “El miedo es lo que da alas al hombre libre”. Más allá del machirulismo verbal explícito, cada día que pasaba por delante de aquella cita me dejaba un creciente regusto amargo que con el tiempo fui traduciendo en palabras.

Porque no y no, el miedo no genera libertad alguna, sino todo lo contrario: es la semilla de la que brotan las formas más básicas de autoritarismo. Es el miedo a los demás lo que nos empuja a intercambiar libertad por seguridad en el mercado de abastos del contrato social. A mí pocas cosas me dan más miedo que el miedo que nos tenemos los unos a los otros. He ahí uno de los mecanismos motores de la sociofobia creciente, del sálvese quien pueda, de la ley de la selva que deshilacha tejido social, que disuelve comunidad, que privatiza nuestras vidas, que convierte lo común en individual y los organismos vivos en meros átomos.

El antídoto y la vacuna contra el miedo no es otro que su reverso: la ilusión. No basta con repetirnos una y otra vez que estamos faltos de victorias a las que agarrarnos, por pequeñas que estas puedan ser (cosa que, por cierto, está afortunadamente cambiando a salto de Gamonal, Marea Blanca y tantas otras). La clave no está tanto en ganar, como en salir a ganar. Abandonar el derrotismo estructural y salir a por todas. No queremos las migajas del pastel, ni la nostalgia de lo que ya no volverá. No queremos el 13% de los votos. Lo queremos todo y lo queremos ahora. Y para tenerlo, tenemos que salir a por ello. Y para eso, tenemos que creernos que es posible aspirar a todo.

Miguel Romero solía recordarnos que la adhesión o mera simpatía popular con los proyectos transformadores se alimenta de dos procesos, no siempre complementarios aunque deseablemente compatibles: las victorias conseguidas en el pasado y/o la posibilidad de ganar en el futuro inmediato. En estos tiempos de derrota, de derrumbe, de recomposición, de estafa y de proceso constituyente desde arriba; en este despertar de la larga noche neoliberal, poco tenemos de lo primero y mucho necesitamos de lo segundo.

Pero para eso tenemos que ganar antes una batalla cultural: romper el monolito thatcheriano del No hay alternativa. Si el neoliberalismo es la fase hegemonista del capitalismo, su principal victoria es haber convencido a amplias capas de la población de que el fin de la Historia era esto, que no hay más opción que la que ya tenemos, que posible y existente son sinónimos, que cualquier alternativa a este mundo que conocemos está avocada a la barbarie, a la pobreza, al fundamentalismo y a la guerra. O el capitalismo con su barbarie, o la barbarie a secas. Guatemala a regañadientes como única alternativa posible al Guatepeor que nos muestran a diario los medios de información. El mal menor como único horizonte porque, según nos repiten continuamente, más vale barbarie conocida que invasiones bárbaras por conocer.

No hay mayor crisis que nuestra incapacidad colectiva para imaginarnos futuros alternativos a la mera continuación (y profundización) de lo que ya conocemos y sufrimos a diario. Nos imaginamos antes una invasión alienígena o un meteorito estrellándose contra la Tierra que un horizonte alternativo creado por nosotras mismas. El fin de la vida humana parece una opción más realizable y cercana que el fin del Capitalismo. Ahí está gran parte de nuestra derrota y de la victoria de los de arriba.

Convencernos de que las cosas pueden hacerse de otra manera, y que podemos ser nosotros y nosotras los protagonistas de ese cambio, es la puerta que tenemos que abrir antes de tan siquiera discutir sobre a dónde vamos o cómo o con quién queremos hacer ese camino. La ilusión por que las cosas puedan ser mejor es el antídoto contra el miedo a que puedan ser aún peor. Y solo con ilusión no basta, claro. Pero sin ella no podemos ni empezar. Es condición necesaria, pero no suficiente, que diría aquel. Hablamos de ilusión ilusionante, no de ilusión ilusa. Hablamos de potencia, al fin y al cabo.

Todo esto para decir que la iniciativa Podemos está recibiendo muchas críticas, algunas de ellas razonables y compartidas. Pero que, sobre todo, está despertando ilusión en mucha gente. Ilusión por que las cosas puedan hacerse de otra manera, ilusión por ganar, por salir a ganar, por ir a por todo. Y eso vale más que cualquier programa electoral, escaño o bandera. Eso es, o al menos podría llegar a ser, el principio de todo lo demás.

PS: me he animado a darle forma a varias ideas que me rondaban la cabeza desde hace un tiempo tras leer esta entrada de César Rendueles, en la que dice algo muy parecido (aunque, claro, lo dice mejor) y con la que estoy muy de acuerdo.
Puntos:
14-02-14 22:23 #11868190 -> 11868043
Por:No Registrado
RE: PODEMOS
No es necesario crear una asociaición como ese podemos. Aqui lo quwe hace falta es echarle cajones a la cosa y tirar a la basura a los politicos como hicieron en Islandia.
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