Guadalajara - Guadalajara

La remití en su día pero nadie me la contestó de lo que deduzco que no llegó porque quizás me excedía en líneas pero lo que viví desde el mismo pueblo que lo vuelvo a enviar hoy era tan trágico que fue una suerte para mi contar con las palabras como aliado , aunque no llegase a donde hubiera debido llegar. Y magia y gracias a los foros ciudadanos hoy puede llegar el mensaje a Bono. A ver si hoy lo atiende , él que quizás quiera ser el nuevo presidente o esté en ello.
La carta estaba condicionada a lo que se quería hacer en ese momento y yo proponía mis propias inquietudes e ideas. Pero si los intermediarios no pueden entregar las cartas a tiempo pues la comunicación entre pueblo y dirigentes se corta. Y eso pasó. Pero hoy hago realidad la carta del ayer porque la tenía bien archivada.


MARES DE OLVIDO Y DE IMPRUDENCIA

El terreno está caliente y todavía quedan rescoldos entre las cenizas de la gran tragedia que ha asolado el norte de Guadalajara en su paraje del Alto Tajo. Vidas humanas irremplazables y un extenso bosque, único e inigualable, de más de 13.000 hectáreas.
La causa última fue una barbacoa de un grupo de excursionistas que se llamaban ecologistas, pero hubo muchos más factores, relacionados con la política llevada a cabo . Quisiera dejar constancia de estos hechos, para que puedan evitarse en el futuro situaciones parecidas. Aunque cada bosque tendrá sus peculiaridades y características propias.
El primero de todos, y desencadenante de los que se van añadiendo, radica en la infrautilización de esas masas forestales. Eran pinos resineros con todo su jugo íntegro, sin explotar.
Conozco el tema porque mi padre trabajó en muchos cuarteles de pinares, que así se les denominaba. Estos cuarteles llevaban cerrados unos veinticinco años , aproximadamente. Mientras funcionaron, los mismos resineros se encargaban de la limpieza de las brozas y matojos que no les hubieran dejado trabajar de otro modo si no. Otro detalle significativo era el relacionado con el fuego. No se hacía fuego en el monte. Los trabajadores, como fue el caso de mi padre, no volvía a casa a comer y se llevaba la comida . Pero en los veranos íbamos a llevársela al pinar y comíamos con él. No se hacían barbacoas, llevábamos la comida en un termo para poder comer caliente pues un trabajador de este tipo, necesitaba el mayor aporte energético. Solía ser cocido de judías o de garbanzos, casi siempre, con su tocino, chorizo y carne correspondiente.
Pero un día se decretó el cierre de los pinares y los resineros debieron irse a buscar el pan a otros lugares. Una reconversión como se han sucedido muchas en la historia.
Según oí decir a mis abuelos , un pinar necesita ser andado, desbrozado y limpiado de malezas.
Si ya no se utilizaba para la recogida de la resina debió ser aclarado para que las copas de los árboles no pegasen unas con otras.
De la función del trabajo pasó a la meramente paisajística y de recreo. Proliferaron las zonas de meriendas y barbacoas hasta límites incongruentes. El bosque se había llenado de desaprensivos y domingueros. No se entendía el por qué de ese cambio de mentalidad y el poco cuidado de ahora con el fuego, cuando antes , en tiempos de funcionamiento de los cuarteles ,hubiese sido una temeridad su uso indiscriminado.
Quedó de manifiesto que no hubo medios disponibles y eficaces para atajar el fuego, que se restó importancia a las consecuencias y no se actuó con la responsabilidad necesaria ante el incendio del sembrado inicial.
Una vez que el incendio llegó a las puertas de un monte espeso y rebosante de resina, unido por las copas , por las ramas y la maleza de la zona baja, junto con el grave periodo de sequía; ya que la cuenca del Tajo estaba bajo mínimos históricos y el gobierno de la nación había decretado su trasvase, no se hizo con ello, sino agudizar el problema. Las consecuencias han sido las lógicas por tantas causas encadenadas que lleva arrastrando la zona desde hace ya tiempo.
Ahora nuestros políticos están estudiando un paquete de medidas para evitar otra nueva catástrofe. Para estas tierras ya es tarde, pues en parte se debió a su política y mala gestión. Si lo que quieren es aplicarlo como modo de prevención para el resto tendrán que estudiar cada caso y situación correspondiente a cada lugar.
Si quieren hacer algo por todo lo que se ha destruido les aconsejo la repoblación masiva con todos los medios que no hubo antes, incluido el ejército, que suele actuar en casos similares y que ha propugnado Zapatero desde que estuvo en la oposición . Ahora , Señor Bono, le toca a usted hacer todo lo posible y cumplir con su propia tierra.
Ya sabemos que tardarán más de 200 años en desarrollarse los nuevos pinares, pero si para entonces continúa la civilización , nuestros sucesores, podrán disfrutar de esos árboles y servirles de ayuda, tanto como a nosotros; y podrán aprender de los fallos que cometimos. El terreno es excepcional aunque fue una pena que no se valorase y se cuidase como merecía.

Carmen García / Tardajos (Burgos)