Cojáyar - Granada

Hola Cojayeros esta noticia se pubico en el periodico Ideal de Granada el pasado dia 16 de Agosto enace directo.https://ww.ideal.es/granada/20090816/provincia/hora-bruja-alpujarra-20090816.html

Antes de seguir leyendo este artículo, busque su amuleto preferido y colóquelo a corta distancia. Muy próximo. O mejor, haga como a los niños les hacen en Soportújar y cuélguese un amuleto de hueso del cuello para inmunizarse de posibles maleficios. Bajo estas líneas encontrará un recorrido por la cara más oculta de la Alpujarra, preñada de ánimas y viva en apariciones, magia blanca, magia potagia y magia curandera y otras hierbas para sanar y para el amor. Historias de magos y sobre todo, brujas. Muchas brujas con sus aparejos de sortilegios y pociones, de marmitas y maldiciones. Vayan calentando sus escobas.
El tradicional aislamiento de la Alpujarra y sus altas tierras ha propiciado que a lo largo de los siglos se alimenten muchísimas leyendas que cobran vida entre los pobladores de la comarca. La combinación secular de una tierra al sur de la piel de toro enclavada entre valles y flanqueada por las cumbres de Sierra Nevada y la brisa del Mediterráneo que recibió tras la Reconquista pobladores cantábricos produce un bebedizo combinado de rayos y de centellas, de celtas y moriscos, de tedescos y sarracenos.
Varios siglos después, el municipio alpujarreño de Soportújar ha celebrado esta semana su I Feria del Embrujo. La idea es potente, anécdotas hay a cientos. Es la hora bruja de la Alpujarra, la que llega con las doce campanadas y cobra vida para dar paso a las criaturas. Son los fantasmas, son los misterios y también habrá princesas. En la Alpujarra se dice, se cuenta y se rumorea que hay tesoros escondidos en casas antiquísimas y en lo más hondo de ciertos parajes rurales, encantados, por supuesto.
Tesoros moriscos
Dice la leyenda y cuentan en la Alpujarra que hay tesoros en el Barrio Hondillo de Lanjarón, junto a las ruinas del fuerte árabe de Juviles. También en Bubión, por la zona del Tajo del Diablo de Capileira. Por el camino de Cojáyar que va a Turón, en Mecina Bombarón, en Montenegro, en Mecina Alfahar. Y también en Ugíjar, Nevada, la Sierra de la Contraviesa, Alcázar de Venus, Tímar o Soportújar. En cualquiera de estos lugares se encuentran escondidos tesoros de oro y piedras preciosas que enterraron los moriscos antes de marchar a costas africanas o a ser asesinados por orden de Felipe II. Solo hace falta creérselo. O encontrarlos.
Dice la leyenda y cuentan en la Alpujarra que la Pisada del Gigante de Juviles, incrustada en la vertical de un enorme tajo, la hizo un gigante que residía en una cueva de grandes proporciones. El gigante se alimentaba de lo que criaba en su finca y jamás quiso que nadie se acercara a su cueva porque escondía en sus adentros un enorme tesoro.
Dice la leyenda y cuentan en la Alpujarra que en plena Sierra Nevada, en la Laguna de la Caldera, son muchas las personas de Trevélez y Capileira que se acuerdan de la sirenita. Dicen que se introduce por unos misteriosos huecos de las playas granadinas para llegar por un ojo de mar hasta la citada y altísima laguna donde se le puede ver en silencio y en las noches de luna llena contemplando las estrellas.
Dice la leyenda y cuentan en la Alpujarra los ancianos de Almegíjar que los agricultores del precioso lugar tenían por costumbre almorzar comida caliente en pleno campo para no perder tiempo en ir y venir. Las mujeres se encargaban de llevar las viandas en preñados cestos. Un día de muchísimo viento una mujer delgada se dispuso a realizar la tarea de dar de comer a su esposo, que recogía aceituna junto a un cerro. Pues bien, dicen que de repente se levantó un viento huracanado que alzó a la mujer por los aires, y como si de una hoja se tratase, llegó a aterrizar sana y salva a trescientos metros de su punto de partida. Cosas de ánimas, benditas o malditas.
Dice la leyenda y cuentan en la Alpujarra que en la Casa de la Pólvora de Pórtugos hace un siglo apareció una persona en forma de luz para rogarle a un familiar que cumpliese con unas mandas que él no había podido satisfacer al Cristo de la Expiración de Órgiva. Muchas cosas misteriosas pasan desde entonces en este lugar que goza de excelentes energías positivas.
Un cáliz de oro
Dice la leyenda y cuentan en la Alpujarra que en las cuevas que hay entre dos cerros de la Sierra de la Contraviesa, en Olías, anejo distante de Órgiva, un pastor se acercó una vez con su rebaño y vio cómo de una oscura caverna salía un hombre que bien parecía un cura. Éste le dijo al ganadero que le pidiese un deseo. El pastor le contestó medio asustado que lo único que quería era un recipiente para extraer agua de las pozas de las rocas. La historia cuenta que aquella misteriosa persona, le entregó un cáliz de oro que fue depositado por el pastor en la iglesia.
Dice la leyenda y cuentan en la Alpujarra que en una finca de almendros de Murtas, en el paraje denominado El Cerrillo de Catalina, cuyo propietario fue hasta hace unos años el recordado músico y trovero Andrés Linares, se ha apreciado algo insólito: unos ruidos extraños que brotaban de la misma tierra y unos humos blanquecinos que, y tal como pasaba en un paraje rural de Pórtugos, parecían venir del mismísimo infierno.
Fernández y González en su libro 'Los confines de la Alpujarra' habla también de la existencia de un fantasma legendario en la Alpujarra, que no es otro que el de una señora de rara belleza que murió trágicamente durante la sublevación morisca. Ella se aparece, llorando, en las noches de plenilunio por los campos de la Alpujarra oriental.
Los alpujarreños la ven. Y le llaman la Dama Blanca.