Se esta dando en Orgiva un curso a los parados de Cultivo de Plantas aromáticas y medicinales y otro en Lanjarón sobre Capacitación Forestal.
Podrían ser interesantes, pero creo que los únicos realmente beneficiados por el tema son los que imparten el curso.
A la mayoría de los parados les perjudica gravemente pues necesitan disponer de recursos, que no tienen, para el propio desplazamiento al curso, a veces bastantes kilómetros, en una zona donde la idoneidad de horarios del transporte público brilla por su ausencia.
Los cursos son meramente teóricos.
Y yo ceo que deberían ser prácticos.
Es decir, Plantas aromáticas y medicinales. Bien Fenomenal. Una idea muy buena.
¿Pero no sería mejor si la idea fuera práctica en lugar de teórica?
¿No sería mejor que, en estas zonas rurales, se ayudara a los parados a preparar su finca, vallarla contra los jabalíes, arar, abonar, poner las plantas… una vez crecidas enseñarle a secarlas o cogerlas frescas etc., pero sobre el terreno de cada cual, y luego preparar la comercialización de todas en conjunto y que el parado obtenga directamente el conocimiento y el beneficio a la vez que se fomenta realmente un tipo de cultivo con salida en las zonas deprimidísimas?
Yo estoy segura de que sería mejor solución, se reactivaría el cultivo, el parado podría trabajar en sus tierras, y obtendría una rentabilidad que debe remitir después, también, en las arcas públicas.
Es decir que las ayudas sean materiales, no teóricas.
Que se organice, desde el estado, la práctica y su cadena comercial. Luego, si realmente es rentable, el parado deja de serlo, deja de cobrar y empieza a contribuir devolviendo poco a poco, con sus impuestos y cuotas lo que el estado les ha adelantado.
Hoy por hoy, los cursos teóricos son a fondo perdido.
Y la Capacitación Forestal también, ¿No sería mejor que fuera práctica?
