Villaescusa de Haro - Cuenca

LOS TIRITITEROS

Ambiente festivo total. Han venido los “tirititeros” a la Puerta del Cerezo. En la explanada del antiguo Ventorro están los dos carromatos con todos los bártulos alrededor: las palanganas con agua, los cacharros de comer, ropa tendida en cuerdas, críos con relejes en la cara correteando alrededor del estropicio montado; la cabra, el mono, dos perros, mujeres con escotes poco usuales en el pueblo y los hombres de pelo pringoso y raya marcada por la brillantina.
Corre la voz. Ya lo saben todos. Esta noche hay cine en la Puerta del Cerezo. Hay que preparar las pipas y la gaseosa y apurarse en ser de los primeros para colocar las sillas en buen lugar.
Es agosto. Las eras están llenas de “mirasoles” listos para ser machacados por manos ligeras para extraer las pipas .
La gente se dirige a las eras. Esta actividad la realizan las familias y todos los ayudantes voluntarios que hayan venido a veranear, ya que no requiere mucho aprendizaje realizar esta labor, que además puede servir para sacar la mala baba al golpear la torta con rabia y un buen masaje relajante de pies al labrar la parva de pipas para que sequen.
El ambiente de la mañana está animado por el traqueteo de las ruedas de las galeras que transportan los girasoles a las eras desde el campo, por el sonido del palo que golpea la piña, por el griterío de los chicos que juegan como cada mañana en la era del médico, que a su vez será campo de fútbol por la tarde, y por el aparato de megafonía de los tirititeros que alternan las canciones de Joselito y Antonio Molina, con el anuncio de su función:

- María, María, esta noche función: se proyectará la película más famosa de todos los tiempos, “Ben –Hur”, con la increíble actuación de su personaje principal, Charlton Heston, se admitirá la voluntad...

- “Por qué has pintao tus ojeras, ay flor del lirio real, por qué te has puesto de cera, ay campanera, por qué será”...

- Para pequeños, grandes, abuelos y abuelas, padres y madres...esta noche función...

- “Yo no maldigo mi suerte, porque minero nací, y aunque me ronde la muerte, no tengo miedo a morir” ...

Las mujeres, al salir a comprar a la tienda dan un rodeo por la Puerta del Cerezo para cerciorarse de la novedad. Se paran entre ellas y murmuran mirando de reojo a las mujeres de corpiño apretado que dejan entrever su canalillo sin aparente vergüenza.

Los mayores, hoy, tardan más en aparecer por las eras a dar su vueltecilla para ver trabajar a la gente más joven. Se paran en corrillos y se acercan disimulando a los carromatos para observar a los animales, que tienen más pinta de hambre que de comer mucho, y todo lo demás...

Los chiquillos van y vienen sin parar, cruzando la carretera de la era a los carromatos , chillando y riendo cuando observan de cerca los movimientos del mono.
- Mira, mira, parece un indio tapándose la boca a golpes...
- ¡Qué feo es!... ¡Eh, que me mira enfadao!...-Sale corriendo el chiquillo gritando y riendo...-Se toca el culo, mirad, mirad...

Los tirititeros preparan una especie de carro alto con ruedas. En un soporte colocan el aparato de música, la parte superior se queda vacía para el número de la cabra. Toca la vuelta al pueblo. Sirve para anunciar la función y su vez recoger unas pesetillas, a voluntad, por disfrutar de la agilidad de la cabra al mantener sus cuatro patas encima del armazón.

- Madre, madre, esta noche me das un duro para la función...
- ¿Qué dices un duro? Les echas una peseta y van que arden, que somos muchos en casa, y peseta a peseta...Además, han venido pidiendo y les he dado ropa vuestra para los críos, que tienen críos de todos los tamaños...

Esta tarde las chiquillas no jugarán en los rulos a hacer gachotas. Todas estarán alrededor de la mejor atracción del día: los tirititeros. Ellos mismos, sin función ya les atraen: su manera de vestir, de hablar, cómo montan la máquina de cine, la pantalla...además, ¡han visto cómo una pareja de jóvenes se agarraba de la cintura y hasta se daban un beso!... ¡Madre mía , qué valor! Esta gente vive en pecado mortal, todos revueltos y sin miramiento ninguno...

Llega la hora anunciada. Un reguero de gente va apareciendo con sus sillas en la mano, tomando sitio bien cerca de la pantalla de tela blanca colgada en la parte alta de la pared.

Comienza la función. Palestina, año 30. Roma somete con dureza a sus moradores, los cuales esperan la llegada de un Mesías.
Judá Ben- Hur, príncipe rico que comercia con especias...
¡Qué guapo, Charlton Heston!, con esa cara angulosa, a veces desdibujada por el aire en la sábana utilizada como pantalla, y unas rayas negras de la tan usada cinta proyectora... ¿Y la escena de la carrera de cuádrigas contra Messala? Villaescusa se estremece ante el sonido y la tensión de tan mítica escena...

Entre las sillas, esa noche, las parejas no se tienen que esconder entre las sombras de la carretera para rozar sus manos disimuladamente. No faltan tampoco el corretear de los chiquillos que no dejan escuchar el deficiente sonido de la proyección, y el cli-cli de las pipas que se acentúa cuando se tensa la acción. Hay quien se queja del elevado moño de la que ocupa el lugar delantero, o del que se levanta sin rubor, colocándose delante del proyector, porque le han entrado ganas de ir a vaciarse al campo... Pero la gran mayoría tiene el cuello levantado hacia la pantalla. Sobre todo los más madrugadores a colocar sus sillas, que por ocupar un sitio tan cercano tendrán al día siguiente tortícolis aguda.

Una de las mujeres de corpiño apretado pasa la lata entre los espectadores para recoger “la voluntad”.Los hombres se muestran generosos...

Acabada la función, todos regresan a sus casas comentando pormenores de la película...

Al día siguiente, bien temprano, los tirititeros han desaparecido de su lugar, no sin dejar rastro: en la explanada del Ventorro han quedado restos orgánicos de los animales, restos de comida...y ropa que algunos del pueblo reconocen porque la entregaron con la mejor voluntad.
Además de estos rastros materiales, han dejado también, tema de conversación para machacar piñas con tesón hablando de los tirititeros.

Me ha encantsdo tu historia, aunque soy joven todavía recuerdo cuando venían los del "cine de la sábana" a la Puerta del Cerezo, nos comprábamos un "Drácula" y éramos más felices que nadie, y eso que la película a lo mejor la habíamos visto un millón de veces.Lo dicho, me ha gustado mucho.

A mi también me ha gustado mucho,suelo leerlas todas.
Me gustaria saber si tienes alguna sobre la fuente, las balsas, los barrancones, incluso de san lorenzo,pues creo que antiguamente iban alli a lavar la ropa y la lana de los colchones,no se pero tengo mucha curiosidad en conocer que costumbres tenian nuestras abuelas.

Me alegro que menciones "El Ventorro",porque estoy segura, que muchos jóvenes, no habrán oído nunca hablar de él, ni siquiera donde estaba.
Por el nombre, supongo que en algún tiempo, sería una venta o posada,
de todas formas si alguien sabe explicar algo más, a mí particularmente, me encantaría saber de este antiguo edificio.

Yo jamas lo había oido nombrar, por pura curiosidad a mí tambien me gustaría saber qué era y también donde estaba ubicada, supongo que en la puerta del cerezo pero si lo podeís concretar mucho mejor. Gracias anticipadas.