Villaescusa de Haro - Cuenca

Un par de huevos. El feminismo que me enseñó mi abuelo
Había una vez una chica que vivía en pueblo que se llamaba Villaescusa de Haro. Era muy feliz porque todo el mundo la quería: su padre, su madre, sus vecinas, sus abuelas ye especialmente su abuelo.
Era tan fuerte y tan valiente como los chicos con los que jugaba. Le gustaba subirse a los árboles y corretear por el campo buscando sitios desconocidos. Su madre le ponía pantalones porque como estaba todo el día jugando a juegos de chicos se daba golpes en las rodillas. Las tenía siempre con heridas cicatrizándole. A su abuelo le encantaba verla vestida de aquella manera como si fuera un chico.
Un día cuando venía de jugar con otros chiquillos del vecindario, su abuelo estaba sentado en una silla, tomando el sol en la puerta de la calle. Cuando la vio, se sonrió muy orgulloso y le dijo levantando el puño: “Lo único que te falta es un par de huevos así de gordos. Qué pena que no los tuvieras”
La chica preguntó a su madre por qué ella no tenía huevos y su madre se enfadó mucho por tal pregunta, Y se enfadó más todavía con el abuelo de la chica. Sin embargo él, cuanto más furiosa estaba la madre, más risa le daba. Eso de los huevos debía ser muy divertido porque su abuelo la miraba riéndose y guiñándole el ojo con un gesto de complicidad.

La chica quería a su abuelo más que a nadie en el mundo. Y quería hacer cosas para que estuviera contento y orgulloso de ella. Aunque no importaba lo que hiciera, su abuelo siempre la apoyaba en todo, Incluso si reñía con su hermana o desobedecía a su madre. Después de cada pelea o de cada conducta merecedora de un castigo, la chica corría a buscar refugio en los brazos de su abuelo. Su madre corría detrás con la zapatilla en la mano para darle una paliza, pero cuando ya estaba a punto de cogerla, el abuelo levantaba la garrota y decía: “Alto, a la chica no le pega nadie”. La madre o la abuela lo tenían que dejar por imposible, porque, aunque estaba paralítico y no podía levantarse de la silla, era el que más mandaba en la casa.
Siempre encontraba la manera de defender a su nieta de los demás miembros de la familia. Le dejaba hacer lo que quisiera:
-No le dé usted chocolate a la chica que luego no cena – decía la madre.
-Mujer, ¡no cenar porque ya se ha cenado…!
- Pero tiene que cenar su cena, no el chocolate de usted.
- Me vas a decir a mí que el chocolate es malo. ¡Qué sabrás tú!
La madre la apartaba, pero al menor descuido, ella volvía a subirse en las piernas del abuelo y él, a escondidas, le dejaba mojar bizcochos en su taza.
¡Era tan bueno su abuelo!
Ella quería que estuviera contento. ¿Qué sería eso de los huevos?
Decidió preguntárselo a su padre. Pero con mucho cuidado para que no se enfadara como había pasado con su madre,
-Padre, el abuelo dice que no tengo huevos.
- Sí, es una pena.
Esa fue toda la respuesta que obtuvo, No le había aclarado mucho pero no se atrevió a seguir preguntando. Lo intentaría con su abuela.
La abuela fue un poco más explícita pero tampoco la sacó de dudas. LE dijo que eso era porque era una chica y las chicas no podían tenerlos Y desde ahora mismo, dijo, dejas de jugar con los chicotes. Ya es hora de que empieces a jugar a las casas y a las muñecas y sólo con las chicas. Y que no me entere yo de que te subes a ningún árbol.
Afortunadamente, su abuelo la siguió apoyando en sus juegos con los chicos del barrio. Seguía correteando con ellos de un lado a otro y aprendiendo a montar en bicicleta como ellos.
Su primo Juan María que vivía en Madrid se había dejado una bicicleta y con ella practicaba a fuerza de caídas en el corral. Hasta que un día, después de caerse y levantarse varias veces, con las piernas llenas de rasguños, consiguió mantenerse sobre las ruedas y dar varias vueltas.
Ese día su abuelo dijo:
- ¡Pero qué par de huevos tienes!
- ¿Yo , abuelo?
- Sí, tú. Se necesita tenerlos bien puestos para hacer lo que has hecho tú.
Desde entonces, la chica comprendió que eso de los huevos era tanto de las chicas como de los chicos. Se lo había enseñado su abuelo.

Me ha encantado la historia, hay muchas mujeres así en el susodicho pueblo y también muchos hombres sin ellos.

Una historia muy bonita, y con un mensaje de lucha, pero para ser una verdadera feminista hay que aplicar un par de ovarios.
Me gusta como escribes.

"Villaescusa:Gente y Costumbres".
(Otro posible título)
Me ha gustado. Has sido siempre una luchadora.

Tienes razón VEleta. LAs femnistas tendráimos que evitar el sexismo en el lenguaje y usar cojonudo como lo bueno y coñazo como algo aburrido, lomsimo que echarle huevos por echarle valor a la vida es perpetuar esas diferencias...Pero también se puede usar esos estrotipos para desmontarlos. En todo caso se trataba de un cuento y alargarme en lo de los ovarios iba a ser muy largo.
El hecho de que sea un cuento me disculpa la chulería (por lo de chica mu y valiente etc.) Lo demás del cuento, bueno la mayor parte, es autobiográfico. Y si no preguntárselo a mi hermana...

Bueno, veo que se leen los cuentos y las histoiras, así que seguimos con ellas...

Si por favor Luz, seguid con las historias son geniales.

Mil gracias

Mº Luz, ha venido mi tia Amparo unos días a Madrid, y ha leido todas las historas, tuyas y las de Ancarfama: le han encantado. Dice que le da envidia no saber escribir como vosotras, ahora es cuando echa de menos el no haber estudiado porque dice, que aunque tenga todo en la cabeza no sabe expresarse como le gustaría.
Os anima a seguir escribiendo sobre aquellas cosas que no van a volver y que tanto añoramos para que sigan vivas en nuestra memoria, y para que las conozcan ls personas que no han llegado a vivirlas.
Un abrazo

Bueno Amparo, bienvenida al foro. Y bienvenidas también Adela y Paquita. Espro que pronto os solteis con las neuvs tecnologías y además de leer escribais algo.
Pensando en personas que tienen mucho que decir sobre la historia de las mujeres del pueblo como es el caso de Amparo, hemos pensado organizar un certamen de escritos sobre hsitoria de vida de nuestras antepasadas, en el que se valore más que la forma como estén escritos, el contenido, lo que queiran contarnos.
¿qué os parece?
Tenemos que enocntrar a alguien que financie el premio.
LAs historias podrían ir escritas a mano y el jurado podríamos ser ancarfama y yo por el Foro, dos de la Asociación Juvenil, otras dos de la Asociación de mujeres, dos de las tertulias, etc...
Se admiten sugerencias.

Luz, sabes que tienes nuestro apoyo para cualquier cosa que organices. Podemos hablar de ello en la próxima tertulia del día 22 de febrero. Cuenta a todo el mundo de que va a tratar, tú lo explicas mejor.
Por cierto, he presentado vuestros escritos al Delegado de Cultura y estamos detrás de conseguir una subvención para el libro. Como muchos señalan, estaría muy bien que vuestros escritos pudieran llegar a todo el mundo.

LUz, no he consultado a nadie (la verdad sea dicha) pero hablando por mi, no hay ningun problema, te apoyo en la iniciativa , y no creo que hable demás si hablo por el resto de la junta directiva de la Asociación Juvenil, asi que animo y pa´lante!!
Un abrazo