Al Sabio del fútbol, Luis Aragonés Fui, en esto del fútbol, “monaguillo y fraile”, jugador, entrenador y padre de un futbolista de mediocentro de los que le gustaba al “Sabio de Hortaleza”. Un apasionado del fútbol base, partidario de la formación de personas, antes que futbolistas. Admirador del buen fútbol. Del “ferplay”, del “jogo bonito”, del “tiki taka” y del “ziga zaga”. Del fútbol de control, toque y desarrollo. De la posesión y de la recuperación del balón. De los cambios de juego, los pases en profundidad, la triangulación y de las paredes. Del juego ofensivo, partiendo desde la misma línea de gol propia, en corto con el pie y/o la mano del portero, hasta el “pase de la muerte”. De la basculación, la permutación constante, el juego raso y el pase preciso. Del fútbol de la técnica frente a la fuerza. Ése, al que recurrió Luis Aragonés en sus últimos años de Seleccionador Nacional, desterrando la “furia española”, que muy pocos triunfos nos dio. Concepto de fútbol, el suyo y, modestamente, el mío, tan incomprendido como incompresible todavía para muchos (la gran mayoría). Los cuales, buscando el “resultadismo”, prefieren el “catenaccio” y el “amarrategui” italianos, el fútbol fuerza y de contra-ataque inglés o incluso el patadón y tente tieso del patio de colegio, como si del peor rugbi se tratara. Cuando se ha demostrado sobradamente, que teniendo la posesión del balón, se lleva la iniciativa, el control del juego, se generan más ocasiones de gol y, con ello se aumentan considerablemente las posibilidades de ganar el encuentro. El sabio supo entender todo eso mejor que nadie y, fue así, apostando por los que tocaban mejor el balón (Xavi Hernández, Silva, Cesc, Cazorla, Iniesta…) ganó la Eurocopa de fútbol, entre otros títulos, y de honrados es reconocérselo. Por eso y por tantas cosas más, sabio, los que tanto amamos tu inteligente y valiente estilo de juego, siempre te llevaremos en la memoria. Utopia.2 |