Villanueva de Córdoba - Cordoba

Con motivo de las anteriores palabras de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, pronunciadas en relación con la visita que en plan limosnero realizara allá por marzo, el Presidente del Gobierno a Andalucía, los nuevos ricos de esta Comunidad, los que creen que andaluces solo son ellos, y el resto simples números, manifestaban que esas palabras eran una “ofensa” a los andaluces, proponiendo incluso su reprobación en el Parlamento.
La cosa no tendría más importancia, si no fuera, porque precisamente quienes levantaron la voz, fueran aquellos mismos que llevan treinta años ofendiendo, mediante la exclusión social, a aquellos andaluces que no pertenecen a su congregación.
Puede existir mayor ofensa para cualquier ciudadano, no ya solo para los andaluces, que el tener que entregar las llaves de su vivienda por no poder atender el pago de su hipoteca, tener que venderla para poder sobrevivir, o para aquellas familias que tienen a todos sus miembros en el desempleo y sin percibir ingresos algunos, no como consecuencia de la crisis económica, sino porque unos señores, estos mismos que tanto se alarmaron ante esas palabras, llevan treinta años negándoles el derecho a un puesto de trabajo digno, a cambio de enchufar a sus compañeros/as, a los familiares de estos/as, a los cargos públicos de la misma, a las esposas y esposos de los anteriores, a los primos de sus cónyuges, e incluso a los sobrinos y sobrinas, del algún un día fuera el mentor espiritual de alguno de ellos, antes de que decidiera ingresar en la congregación de los nuevos ricos.
Para demostrar aunque solo sea por una vez que son coherentes con lo
que dicen, por qué no empiezan por reprobar a algunos de sus Alcaldes/as y responsables de otros entes provinciales y empresas públicas, y cómo no, a la cúpula de algunas Direcciones Provinciales, como la del SAE en Córdoba, con tan buena disposición siempre para hacer este tipo de favores, teniendo en cuenta además que la fiscalía, aún teniendo conocimiento de ellos, mira hacia otro lado, quedando los ciudadanos en la indefensión, frente a la administración.