Las Lagunillas - Cordoba

La memoria me habla de tí, y te siento como las raices del árbol agarradas al suelo duro. Si me cierras tu puerta, dejas una negra sombra en mi mañana. Cuándo la abres, se cae la valla del tiempo, se calma la vehemencia de los anhelos, y aúnque núnca llegue a la orilla, sé que tú eres el puerto que busco y el florecer de mi primavera...

Eres sombra y luz. Deseo melancólico, que late en lo más profundo de mi. Sueño juguetón que flota sin destino, trasnparente y vaporoso, como una acuarela que se difumina en sus propios colores. Bruma cálida, en la que me gusta andar hasta perderme. Iridiscencia que llena de resplandor la soledad...

Quememos las naves y de cabeza al abismo

Te apoderas de mi voluntad arrasandolo todo, como los temporales caribeños. Y dibujas recuerdos en mí, tan palpables como las cicatrices de una puñalada. Cuándo sueño, sueño con tu olor, me aferro al aroma dulce de tu cuerpo, y te siento dormida, suave. Otras veces, sueño que estás inquieta, perdida, sin caricias, y despiertas mi ternura y te envuelvo en un cálido abrazo, mimandote como núnca nadie ha sabido mimarte...

Vén. Acercate. Aúnque me veas como un cielo sin estrellas, esta vez no seré frio. Dejame que entrelace tu mano, que repita tu nombre. ¿Oyes el silencio?, a veces habla con la soledad. La soledad, es como un manojo grande de silencios. De ausencias. Fria como la escarcha. Brama en el alma como un animal herido. Le falta la luz. No sabe soñar.
Acercate, y dame tu mano. Dejame que rompa los muros, que me abandone sin prisas. Saldré de esta penumbra, envenenada y salvaje. Nos llenaremos las manos de sombras y las arrojarémos al sol...

Acostumbrado a nadie, cuándo te vás, me siento como un lago de silencio con hielo en las orillas y cuándo acaba la lúz y tu no vienes, la noche es más fria y las manos y la boca se llenan de ausencias y de sombras que buscan el alma. Acuno tu recuerdo lleno de emociones, y me pierdo en la resaca de la noche mediterránea. Quizás para convertir el lago en fuego... o me voy al desierto con la música de Kenny G.

Que se ensanche el tiempo para pensarte más horas. Que tus manos dejen pasar las mias buscando tu ternura. Dejame respirar profundamente el aire que tu respiras, el aroma de tu cuerpo. ¿Sabes?, a veces, incoscientemente, te busco en la calma, en el deseo, en las cosas insignificantes. Sin prisa. Abandonandome a las sensaciones. Escucho al tiempo, malcriado e imparable, que se burla y me reta a pararlo.
En la inmensa noche, en el dia claro y alegre, siento mi cuerpo atado a tu rastro, a tu recuerdo. A los anocheceres, a los amaneceres, al silencio, a la trepidación...

Cuándo estás y desnudas tu alma, se me hace irresistible no colarme dentro para beber en el rio caudaloso de tu espiritu. Me llenas de lúz ardiente y me arrebatas hacia un mundo tallado a besos y lleno de ternura. Cuándo no estás, me pierdo errático, por cáminos que no conducen a ningúna parte, salvo a la tita Merkel, que es una y trina y el ojo que todo lo vé.
A veces, te noto espontánea, cantarína, como un rio en deshielo. Y entro a buscarte, a sumergirme en esa profundidad que no termina núnca...

He soñado que me bañaba en tu cuerpo y tu sonrisa. Ha sido un baño tórrido y ardiente en esa playa incendiada, pero de una ternura infinita.
Al despertar, hube de ducharme con un extintor. Y casi me apagué.
Los últimos rescoldos se extinguieron pensando en las medidas antidesahucios. Mano de santo para quedarse entre el pasmo Eterno y un incipiente estado criogénico. Después olia a sueño de amor quemado, con ligero tufillo a crisis. Es como cuándo se te quema la salsa que más te gusta, y que haces con mucho amor.
Y está claro, que la crisis también se vá apoderando del mundo de los sueños. ¡Huyamoooooos...!

Los sueños son así

Llenas mi espiritu de tí. Inundas, embriagadora el desierto del corazón. Rompes mi cuerpo lleno de abandono y te conviertes en fulgor liquido del alba. Yá no hay montes sombrios ni caminos embarrados y oscuros. Ries, vibras, incendias, haces que mi ser deje de consumirse en los latidos del tiempo...

Colina de caramelo, de laderas suaves y dulces, llenas de fragancia, que me gusta morder y chupetear. Hueles a viento cálido del sur, a pétalo de flor carnivora que devora cuerpo y alma.
Boca que busca la otra boca, dientes que muerden los otros labios, brazos y cuerpo que atenazan el otro cuerpo. Amor que llena de amor el otro corazón.
Floreces cuándo quieres, y cuándo quieres mueres también, replegandote en el silencio para volver a renacer, y me prestas tus sueños cuándo pierdo los mios o alguien los mata. Gracias a tí, se donde fluye el amor, donde se baña y se rie, mientras vibra en sus propias fantasias.
Gracias a tí, se también lo que es un agujero negro, un pozo oscuro, que sepulta la frialdad del alma.
Rezumas el jugo de tu encanto a raudales y sueño que rompo la puerta de tu alma, para ver que se esconde en ella...

Ha sido un despertar muy feliz, recien acabado un sueño en el que colgados en tandem de un paracaidas, bailabamos en el vacio, sensual y perversamente, mientras la tierra se hacia más y más grande, y el porrazo más y más inminente. En plena efervescencia, y viendose yá los desconchones de las paredes de las casas, tiramos desesperadamente de la anilla y desesperadamente nos dimos el último con lengua, cruzandonos en ese momento, justo en ese momento, con la Prima de Riesgo.
Mariano, la tienes al alcance de la mano.
Y fuimos a caer en un patatar, quedando maltrechos en el suelo y dejando alucinao al hombre que trabajaba el huerto. Acercose y dijo "Me habeis joio medio patatar, asin que a pagarlo. ¿Y quienes sois vusotros?, no sus sabrá mandao el banco pa que me jodais el patatar y embargarme el terreno ¿no?, porque yo por el patatar mato". Su mirada de desconfianza y su azada en la mano fué lo último que ví, y allí te quedaste, porque en ese momento vino el despertar y la aurora gélida, con su brisa marina trayendo olores de sitios ignótos y soplando en los cañaverales una melodia que no tiene fín.
Con las cortinas revoloteando, sigo sintiendote en esta brisa que envuelve, acaricia y besa el cuerpo y la cara.

Candor furtivo, que conviertes en fuego y deseo, rompiendo mi cuerpo y corazón deshabitados. Llenas de luz las tinieblas del alma y
seduces con una dulzura infinita. Lo incendias todo, y haces que sienta el calor de tus pasos que llegan...

Bebo tu recuerdo, tus palabras, el deseo de sentirte, mientras siguen cayendo las hojas y el cielo se cubre de nubes como flores inmensas. El alma está llena de nostalgia y mis manos se llenan de tu luz, de tu cara, de tu cuerpo...

El día que nace entre silencios de colores. El horizonte que se ensancha. el mar que se despereza. El tiempo y sus horas en carne viva. tus palabras. Tu respirar. Tu sabor. La razón. Los instintos.

Me duelen tus besos. Tu estremecer, como la lúz entre los árboles. Tu vehemencia soñadora y furtiva.
Me robas todo lo que tengo dentro. Y me dejas el alma para que te eche de menos. ¿Se podrá huir del alma?...

Abrazo embriagado los recuerdos. Me abandono a ellos sin prisa. Me lleno de tí hasta los huesos.

El alba que lava su rostro lechoso en el mar. El aire que derrama su olor profundo a salitre y madreselva....
¿Como no voy a echarte de menos?

Hace tiempo que solté las amarras y todo se desvaneció en la noche.
Pero ahora el aire que respiro se llena de recuerdos de instantes fugaces.
Son como flores cogidas una a una. No puedo evitar que mi mano busque el silencio y el calor de tu mano. y que te ofrezca mis horas en carne viva...