Opinion periodista del dia de cordoba De todas formas, el nombre propio -o impropio- de la semana ha sido el del alcalde de Baena y candidato del PSOE, Luis Moreno Castro, veterano político, senador para más señas y máximo dirigente del PSOE baenense, donde lo controla absolutamente todo. La misma noche electoral, pese a lograr diez concejales de 21 y hacerse merecedor para continuar en el cargo cuatro años más, Moreno anunció su marcha, que lo dejaba, que no era plan eso de gobernar en minora. Hasta ahí todo correcto. Sólo unos días más tarde, Moreno se desdice y anuncia que sí opta de nuevo a la Alcaldía, protagonizando así uno de los mayores ridículos de la postcampaña que se recuerdan en la provincia. Luis Moreno no ha reparado en que fue él mismo el que se despojó de cualquier legitimidad moral para ser alcalde al anunciar su renuncia y, con su vuelta, está justificando un acuerdo entre fuerzas tan dispares como PP e IU para frenar esta situación grotesca e impropia de un político de su experiencia. Además, con su regreso, Moreno Castro deja la sensación de que en su partido y entre sus concejales sólo se sabe obedecer y que cuando ha habido que tomar decisiones importantes, como quién relevaba al propio Luis Moreno, no han tenido capacidad para ello. Pero que nadie se asuste por eso que algunos llaman pactos antinatura, porque las combinaciones PP-PSOE o IU-PP, y viceversa, en algunas localidades podrá generar que algún dirigente provincial se rasgue las vestiduras, pero poco más, puesto que el sabio vecindario sabrá interpretar esos acuerdos, si es que llegan a producirse. Que aquí pronto se olvida que cada municipio tiene sus rasgos peculiares y exclusivos en términos políticos que justifican conveniencias casi inexplicables desde el exterior. O dicho en román paladino cordobés: ca uno es ca uno y en los pueblos cordobeses hay gente pa tó. |