MELANCOLIA....... Como veo que las fiestas os hacen tener más añoranza si cabe de vuestro pueblo, me atrevo a poneros un escrito de un paisano vuestro, muy querido por mi, en el que se refleja creo, el sentimiento y la melancolía de todos vosotros sobre todo emigrantes. Espero lo disfrutéis, y aparte de mi respeto y amor hacia el autor , pedirle perdón por hacerlo público, pero he omitido aquello que se pudiese considerar personal, y pienso que es para compartirlo. Gracias. ............. ........... “ En una furgoneta “Decauve”, embutimos “todos” nuestros muebles, prendas, cacharros de cocina, chorizos, pan, un jamón y un queso (nunca se sabe donde vas), una carta de recomendación de Don Jose “Peseta el cura”, ¿Para quién? -Para quien sea, había que enseñarla hasta en el supermercado, era nuestro pasaporte, también cargué con mis tesoros: una jaula con un grillo y su hojita de lechuga, un puñado de cromos de fútbol añejos y grasientos de haber pasado por mil manos, un puñado de bolas de barro (y mi favorita de porcelana), y un cuaderno de dibujo con colorines Alpino, con el que siempre había soñado y que sirvió como soborno para que marchara tranquilo. Cabían también: mis padres, mi hermana, mi tío que conducía, nuestras tristezas y miedos por dejar el pueblo y todas las ilusiones por descubrir que habrá tras las montañas que se veían más allá de Terrinches, era mi primera salida del pueblo, nunca había tenido la oportunidad de salir, sin contar las excursiones a Mairena, y alguna vez a las fiestas de Villorro. No tenia edad para que mi vida dependiera de mi decisión, y tampoco me pidieron mi sentir. Mi fragilidad y subordinación fueron fácilmente utilizables por la cultura de la desconfianza y el desasosiego, “no había más remedio”, no me lo creí hasta que no estaba encima de la furgoneta y entonces es cuando te entra la ansiedad y la zozobra. Es cuando ves por la ventanilla a tu abuela, de negro pañuelo en la cabeza y, a prácticamente todo el pueblo a lo largo de sus calles llorando y diciendo adiós, en aquellos tiempos era un ritual que se repetía casi a diario, antes que nosotros, unas semanas antes fue mi amigo Vidalete el del “Birria” y familia. Atrás quedaba nuestro “pobre” pueblo pobre, y nos íbamos al Levante prospero y feliz, a ser devorados por las salvajes leyes del mercado y la competitividad injustamente, “a la ley de la selva os trajimos, hijo perdóname”..... .....Nosotros los pequeños acabamos o acabaremos de adaptarnos a este gran cambio, pero quien realmente da pena son los mayores, nuestros padres, que siempre por nuestro bien por nuestro ¡¿progreso!?, los ves sumisos, silenciosos y mudos, una haciendo punto y otro un solitario, pero con la ilusión lejana de volver camino al huerto o con el escriñio al horno. Se han acostumbrado al sufrimiento pero sigo viendo en sus ojos turbios el reflejo de todo su pasado y a su vez esa inmensa ternura e ilusión de volver “pal” pueblo a morir donde les vio nacer. “......... Tierno y precioso. Salud, para todos. Consuelo
|