en las encuestas está la clave del pucherazo de Cospedal https://ww.dclm.es/noticia.php?id=21416 El pasado domingo el diario 'El País' nos mostraba un sondeo-tracking de la empresa Metroscopia, realizado durante los últimos meses en toda España, donde a falta de año y medio para los comicios autonómicos ya se empiezan a vislumbrar pronósticos por provincias. La encuesta refleja la intención del voto para unas elecciones generales, pero su extrapolación para unas autonómicas es inevitable. En Castilla-La Mancha se produce el mayor desplome del Partido Popular en España, que pasaría de 14 a 10 escaños, recuperando el PSOE nada menos que 4. Resulta evidente que el hecho de que la caída del Partido Popular sea más acentuada en una región como la nuestra, tiene mucho que ver con la dureza con la que la ciudadanía está sufriendo los recortes de la crisis y donde la forma de gobernar del partido de la derecha: el autoritarismo, el nepotismo y la corrupción, se han dejado sentir especialmente. Tampoco hay que hacer un gran ejercicio de análisis político para suponer que los ciudadanos de nuestra región tendrán muy focalizado en la presidenta regional, que es también el segundo cargo orgánico más importante en el partido, esta desafección que muestra la encuesta. No es por tanto aventurado concluir que si la encuesta se centrara en unas elecciones autonómicas en Castilla-La Mancha la debacle sería aún mayor y la ventaja del PSOE, que goza en nuestra región de mejor cartel que en el ámbito nacional, más holgada que lo que nos muestra Metroscopia. No hace falta ser Arriola, el sociólogo-milagro del PP, para intuir un cambio de gobierno en Castilla-La Mancha. Cospedal lo sabe, sabe que tendrá menos votos que el PSOE. Pero tener menos votos no significa perder las elecciones. Con la adecuada dosis de ingeniería electoral y una "cara dura" marca de la casa, se puede conseguir una distribución de escaños que proporcione un cierto margen para "perder y no perder". Es muy sencillo, se baja la representación en las Cortes por provincia con la excusa del ahorro en las instituciones, así se impide la entrada de terceros partidos, se coloca un número par de representantes en las provincias "no afines" y un número impar a las que la probabilidad de victoria sea mayor. De esta manera, se consigue estrechar los márgenes en caso de derrota, hasta el punto de obtener más escaños incluso en ese supuesto. Un ejemplo que viene al caso bastará. Si en la provincia de Ciudad Real se disputan 11 escaños (como hasta ahora), el partido ganador, aunque sea por un solo voto, obtendría 6 escaños y el segundo más votado 5. Si en esta provincia el número de escaños es 6 (como se pretende) un partido tendría que superar a otro en más de un 15% para obtener ventaja en escaños, o sea, 4 a 2. Con esa misma ventaja en el supuesto de 11 escaños la ventaja es aún mayor, 7 a 4. Es decir, con 6 escaños en disputa, si el PSOE no ganara al PP en más de 25.000 votos empataría en número de escaños con el PP en esta provincia (3-3), esto es, un montón de votos de diferencia que no valdrían para nada. Por el contrario, si el PP supera al PSOE en la provincia de Guadalajara por un solo voto y esta provincia (como se pretende) tiene un número de escaños impar (5 por ejemplo), el PP por un solo voto obtendría un escaño más y una ventaja crítica para hacerse con el gobierno. Con este juego se puede llegar incluso a perder de más de 60.000 votos en toda la región y aún conservar el gobierno, si se sabe jugar adecuadamente con la asignación de escaños por provincia. Las encuestas, que el PP tiene, han propiciado todo este movimiento estratégico-bananero de Cospedal con la modificación del Estatuto de Autonomía en el Congreso y no el ahorro del chocolate del loro que supuestamente propicia, eso ha sido la cortina de humo. |