Chóvar - Castellon

La pregonada honradez de Rajoy: denunciado por trampas como registrador, doble vida y ahora por sobresueldos
El Partido Popular ha salido en tromba a defender la “honradez” de Mariano Rajoy frente a las acusaciones del tesorero Luis Bárcenas, que asegura le pagó “sobresueldos” en “b” cuando era ministro. Sin embargo, el pasado de Rajoy revela otros “incidentes” de ocultamiento a lo largo de su trayectoria profesional, privada y política: ya fue acusado por un abogado y un periodista de hacer “trampas” como registrador de la propiedad en varias localidades españolas y un ex dirigente gay del partido denunció en un libro que llevaba una “doble vida” cuando era soltero.

Según los sondeos internos que ha realizado el PP, el mayor activo que le queda al partido, tras el desplome electoral causado por la crisis económica, el colapso laboral y el escándalo de corrupción del “caso Bárcenas”, es la imagen de “honradez” de su presidente. Descontados los militantes y cargos públicos del partido, que muestran una fidelidad perruna muy similar a la que los simpatizantes del PSOE evidenciaban hacia Felipe González y Alfonso Guerra cuando estaban en el poder y antes de descubrirse los escándalos de su hermano Juan Guerra y la fortuna del ex presidente del Gobierno socialista, aún quedan varios millones de pensionistas que siguen fiándose únicamente de esa imagen de honradez de Rajoy, que sus silencios proyectan detrás de su rostro asustadizo, temeroso y dubitativo. De hecho, esta semana han salido al unísono a resaltar la “honradez” de Rajoy dirigentes como Ruiz Gallardón, Cristóbal Montoro, Carlos Floriano y Martínez Pujalte en una acción concertada dirigida desde Moncloa y Génova

Sin embargo, su pasado dice todo lo contrario. El abogado José Luis Mazón, denunció que Rajoy y el registrador Francisco Gaspar Riquelme Rubira, que en marzo de 1990 sustituyó al hoy jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, en el Registro de Santa Pola, “amañaron” el traspaso por encima de la ley: “debe haber un pacto oculto entre Riquelme y Rajoy porque únicamente se le puede reservar la plaza si cobra una parte de los honorarios, cosa que el presidente del Gobierno siempre ha negado”. Por ello, Mazón acudió a la Oficina de Conflicto de Intereses del Ministerio de la Presencia, “un órgano que dirige una persona afín a Rajoy y que evidentemente no me aclaró nada”. Mazón insistió en que lo único que ha manifestado públicamente, haciendo uso de su derecho a denunciar anomalías en los poderes públicos, es decir que tenía sospechas “

Riquelme denunció al abogado Mazón por injurias, pero el caso fue enterrado por la justicia y ningún partido político quiso husmear ni investigar este asunto en el Congreso o el Senado. Sin embargo, el caso adquirió tanta notoriedad pública, que el diario “El País” se vio obligado a censurar a su periodista Miguel Angel Aguilar, porque en un artículo dejaba entrever que Rajoy había cobrado también fraudulentamente de los registros de Villafranca (León) y Padrón (A Coruña) cuando era alto cargo de la Xunta de Galicia. Aguilar insinuaba que Rajoy también obtuvo la plaza del registro de Berga (Pirineo catalán) sin residir en la localidad, quebró la ley de incompatibilidades, no atendió nunca personalmente los registros de Elche y Santa Pola y se conchabó con su “buen amigo”, el también registrador Francisco Riquelme, cuando no era su sustituto administrativo natural. También le preguntaba si era verdad que “se repartía” los beneficios del registro al 50% con Riquelme y si incluso aprovechó su presencia en el Consejo de Ministros para cambiar la ley que le afectaba como registrador.


La facilidad de Rajoy para ocultar cobros, concesiones administrativas o incluso los aspectos más privados de su propia vida fue puesta también en evidencia por el ex dirigente gay del PP, Carlos Alberto Biendicho, que incluso escribió varios capítulos de sus memorias a esta materia, tituladas “Gaviotas que ensucian su propio nido”. El libro, que fue publicado tras su muerte por SIDA, revela que Rajoy llevaba una doble vida cuando apareció por Madrid como diputado procedente de su Pontevedra natal y señala que entonces frecuentaba ambientes gays. De hecho, el propio Biendicho lo saca del armario y recuerda que otras cinco personas, entre políticos, humoristas y periodistas, también revelaron públicamente la presunta homosexualidad del presidente del Gobierno antes de contraer matrimonio, ya tardíamente, con su actual esposa Elvira, conocida familiarmente como Viri

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