Trebujena - Cadiz

Lo que el PSOE no quiere ver

Comparto esta "Esquina" que nuestro paisano publicó en las página de opinión del Diario de Jerez:

josé / aguilar | Actualizado 24.01.2016 - 01:00

Lo primero que ha pedido Pablo Iglesias como condición para apoyar la investidura de Pedro Sánchez es que le nombre a él vicepresidente del Gobierno de coalición. La nueva política ha resultado ser una copia de la vieja: cambiar votos por sillones. Ya no hablan tanto de qué programa se aplica para ayudar a la gente, sino de qué hay de lo mío y lo de mi gente.

Pero dejemos esta nueva caída de disfraz de Podemos que, sin duda, añade un nuevo obstáculo a la alianza socialpodemista con la que sueña Sánchez para llegar a la Moncloa, y vayamos al momento de la gestación del sueño mismo. A pocas horas después de que se abrieran las urnas el 20-D, cuando el candidato socialista perdedor ya anunció que el PSOE no votaría ni a Rajoy ni a nadie del PP. La postura fue ratificada por el comité federal sin discrepancias ni dudas.

Pero eso es lo que conduce directamente a unas nuevas elecciones generales en las que presumiblemente se reproducirán los parámetros más relevantes de la situación actual (falta de mayoría absoluta, primacía del PP, cuatro partidos casi igualados...). Si los dirigentes socialistas quieren evitar otros comicios, inútiles para el país y quizás perjudiciales para el PSOE, no tendrían más remedio que revisar esta posición del comité federal y abrirse a alguna forma de colaboración con el Partido Popular.

Descarto un gobierno conjunto, la gran coalición PP-PSOE, que sería una subversión completa de la cultura política española (desgraciadamente). Pero ¿por qué los socialistas tienen que prohibirse permitir que gobierne el jefe de la lista que más votos tuvo de todas las que concurrieron a las urnas? Primero, no tienen que votar a favor de Rajoy, ni en primera ni en segunda votación. Basta con que se abstengan posteriormente. Segundo, pueden explicarlo sin avergonzarse: lo harían por la estabilidad del país, por sentido de la responsabilidad y patriotismo, para no llevar a los ciudadanos a otras elecciones. Tercero, estarían en condiciones de obligar a Rajoy a revisar algunas de las leyes vigentes, negociar importantes reformas, incluida la de la Constitución. Más aún, el pacto sería para una legislatura corta, el tiempo imprescindible para confirmar la recuperación económica y frenar la aventura secesionista catalana, con los dos partidos ayudados por Ciudadanos.

¿No va a haber ningún barón territorial ni líder histórico del PSOE que se atreva a romper un tabú tan irracional y mezquino?