CURIOSIDADES H I G O S C H U M B O S La Chumbera o Nopal es una planta de la familia de las cactáceas originaria de América donde crece en estado silvestre desde el Norte de EE.UU. hasta la Patagonia. Alcanza una altura de entre uno y cuatro metros y se compone de numerosos artículos carnosos llamados palas, de forma elíptica y provistos de fuertes y punzantes espinas. Al extremo de estas palas aparecen las flores y frutos. Las primeras de color amarillo y los higos chumbos, -en México llamados “tunas”- de forma ovalada y carnosa, color amarillo o púrpura con una pulpa interior gelatinosa, amarillenta, con numerosas semillas duras y un sabor indefinido entre la fresa y el plátano. Algunos recordaréis una canción ranchera mexicana que decía;.. “Me he de comer esa tuna aunque me espine la mano”. Ahora sabemos a qué se referían. Las hojas o palas, de color verde intenso también son comestibles y se consumen en crudo teniendo un gusto parecido al de los espárragos o las judías verdes. Desde América fue trasladada a Europa y existe con gran profusión, y en estado silvestre, en Marruecos, Canarias, Andalucía, Extremadura y el Levante español donde se aprovechan sus frutos, principalmente, en alimentación ganadera. También se instalan como límite o divisoria entre fincas colindantes. Estos frutos, también provistos de finas y trasparentes espinas han de ser recolectados con tenazas o con guantes, ya que, introducidas entre los dedos son muy difíciles de extraer y han de ser desprovistos de la cáscara o peladura con la ayuda de un tenedor y un cuchillo. La pulpa, rociada con azúcar o zumo de limón resulta muy apetitosa, pero hay que ingerirla con abundantes líquidos que faciliten su digestión ya es muy astringente. Son muy ricos en taninos, pectinas y vitaminas A, B, C y K y contienen sales minerales de calcio, magnesio, potasio, hiero y cobre. Sus flores en infusión tienen propiedades diuréticas, descongestionantes y espasmódicas. En nuestra zona, apenas se consumen estos frutos y nada, por supuesto, las hojas. Ya ni siquiera se recolectan para alimentación del ganado por lo que permanecen el campo hasta el final como alimento exclusivo de algunas aves y pequeños roedores. En tiempos pretéritos, que Dios quiera no vuelvan, formaron parte de la alimentación humana. Así es la vida. |