Zarza la Mayor - Caceres

Hace tiempo que no participo en el foro; bien porque no tenía motivos para hacerlo, bien porque no me atraía participar en los temas propuestos. Esta vez me pide el cuerpo, impetuosamente, escribir y publicar lo que ya leerán; aunque sé que voy a recibir críticas y alabanzas.

Empezaré por el título del texto: interrogaciones. Lo que quería, en caliente, era haberlo titulado: indeseables ( de no deseable ); refiriéndome a los hechos causados, y no a las personas causantes ( seguramente, ni las conozco). En frío me decidí por el indicado; es decir, por el número de preguntas que formulo al final del escrito; aunque podría haber sido: noche infernal, escándalo, indefensión, etc.


Empiezo con los hechos. Después de haber llevado una gran alegría por la clasificación de la selección española de fútbol para semifinales del mundial, me acuesto, sobre las doce de la noche, para escuchar en la radio alguna emisora que haga comentarios sobre el partido de fútbol. Apenas acabo de escuchar el “ facilón “: ¡ España jugó guay contra Paraguay !, cuando oigo un rugido ensordecedor procedente de una máquina infernal. Aunque tengo puestos los auriculares, me sobresalto y, de pronto, recuerdo que hay moteros en el pueblo. Al pensamiento me viene, con resignación, lo siguiente: ¡ vaya noche nos espera ! Me quedé muy corto en esa primera apreciación, pues la noche fue de insomnio total.


Quiero decir, antes de continuar, que no tengo nada en contra de los moteros, como tales. Si yo fuera joven, posiblemente, también, lo sería. Conozco a moteros y moteras que son personas educadas, correctas y que les molesta el comportamiento de algunos integrantes de sus clubes y asociaciones. Son ellos los que tienen que erradicar esa lacra y extirpar ese cáncer que denigra a los participantes de esa actividad. Amén de las intervenciones de las autoridades gubernativas y judiciales.


Les quedé en un primer rugido preambular. Los acelerones hacían temblar hasta las tiras de las persianas. Algunos moteros, mamporreros del acelerador, actuaban con premeditación, alevosía y nocturnidad invadiendo la intimidad de los hogares. El allanamiento de morada sonoro era más perceptible pues la noche era calurosa y, al estar las ventanas abiertas, los decibelios penetraban cual elefante en una cacharrería. En la espera de que cesara el ruido atronador, iban pasando las horas sin conciliar el sueño. Ora se oían más cercanas, ora lo hacían más lejanas. Unas veces parecía que ululaban; otras, aullaban cual manadas de lobos dominadores y usurpadores de la noche zarceña. Y yo me preguntaba si la autorización que tuvieran de la Delegación o Subdelegación del Gobierno les permitía cometer tamaña tropelía como era la de tener a todo un pueblo amedrentado y ejerciendo el terror auditivo ( ¡ ojo, que no estoy diciendo que fueran terroristas ! ). El ruido atronador debiera ser perceptible en un kilómetro a la redonda por lo que no entiendo que la guardia civil no atajara tal desaguisado.


Sigo preguntándome:¿ a estos activistas les cuesta el combustible y los neumáticos al mismo precio que al resto de los mortales ? O es que, para ellos, no hay crisis. Con la contaminación acústica y ambiental que producen, ¿ no les parece que debieran pagar más ?


Sigue avanzando la noche con un contratiempo añadido. Con el ruido infernal han despertado a todos los mosquitos de la laguna nueva, de la laguna del moro, de las charcas del ejido y de todos los lugares de donde habitar suelen; y se han dirigido al pueblo decididos a vengar cara su afrenta. Pero no lo hacen con los causantes, embutidos en sus escafandras, sino con el sufrido vecindario que, una vez más, recibe los rigores de sus picaduras. Ante tanto ataque de motos, calor y mosquitos se produce un receso, que no tregua, que me permite oír, nítidas seis campanadas. Entonces pienso: llevo toda la noche despierto y no he oído ninguna campanada. ¡ Cómo iba a oírlas si llevo toda la noche oyendo “ campanazos “ !


Me planteo el levantarme y ponerme ante el ordenador a escribir lo que les estoy narrando. Así hago lo primero; pero lo segundo decido hacerlo en frío para no caer en insultos y descalificaciones, pues no es ese mi estilo. Decido salir a dar un paseo a esperar la salida del Sol. Me alejo como medio kilómetro del pueblo, subo a un otero y me siento, mirando al este, a esperar que amanezca. En la claridad de la aurora se aprecian dos estelas incandescentes, en paralelo, de sendos madrugadores aviones. En lo más alto, la Luna ofreciendo una cara vistosa y placentera al Sol; y la otra cara, no iluminada, hacia el pueblo, como regañándonos por la mala noche que le habíamos hecho pasar. Hay una pequeña bruma que me impide atisbar si saldrá por la sierra alta o por la sierra de la longa. Se muestra perezoso en su despertar; pero, súbitamente, aparecen sus primeros rayos a mitad de la ladera oriental de la sierra alta. En cuestión de segundos se muestra en su plenitud y, al dañarme los ojos, decido mirar para otro lado para captar los sonidos que produce la naturaleza. Oigo el tintineo de las esquilas de las ovejas, las campanas de algunas vacas, el arrullo de las tórtolas, el píar de los gorriones, algunos sonidos más distantes que no sabría si atribuir a cucos o abubillas, una voz que dice: ¡ arre !, un graznido, a mis espaldas, procedente de las cancheras de dan vistas a la explanada de Sequeros, al tiempo que veo a dos mujeres mayores que van paseando a buena marcha. Pero, cuando me estoy relajando de la noche no dormida con la oferta natural, percibo, de nuevo, un alarido desgarrador procedente de alguna máquina infernal, que, aún, sigue vomitando, por alguna calle del pueblo, sus discordantes notas. Me encamino, de regreso al pueblo, con la esperanza de no ver ni oír ningún artilugio ensordecedor. Cuando paso al lado del hotel Peñafiel, veo a una de ellas aparcada sin el guerrero subido a sus lomos. La miro, fugazmente, con desprecio.


Cuando llego, a casa, me dispongo a escribir el presente texto para difundirlo, anónimamente, en el foro; y nominalmente en otras instancias, si fuera menester.


Llegado a este punto, paso a plantear, a esos moteros, los siguientes interrogantes, que dan título al escrito:

--- ¿ Qué Universidad les ha otorgado título que les faculte para interrumpir el leve sueño de los ancianos ?
--- ¿ Qué Academia les ha transferido diploma que les habilite para quebrar el profundo sueño de los niños pequeños ?
--- ¿ Qué Institución, en fin, les ha dado potestad para erigirse en dueños y dominadores de la noche ?
--- ¿ Por qué han de anular, con sus berridos, la alegre melodía del crotoreo de las cigüeñas ?
--- ¿ Por qué han de forzar a los tiernos cigoñinos a lanzarse a prácticas de vuelo nocturnas si cuando lleguen a sus pistas de aterrizaje no están balizadas ? Tengamos en cuenta que, todavía, no han superado la fase de prácticas de vuelo diurnas.
--- ¿ Por qué …



En el transcurso de la redacción de este escrito y durante la formulación de estas preguntas he oído, a lo lejos, varias veces, nuevos bramidos que, a pleno día ( las doce de la mañana del día cuatro de julio de dos mil diez ) no producen el efecto desgarrador que se origina en la quietud y silencio de la noche.


Es mi deseo que se arbitren fórmulas que permitan conjugar el anhelo de los jóvenes con su pasión motera y el propósito de los mayores con su descanso nocturno.


Otra vez que hubo concentración motera en el pueblo con su correspondiente escándalo nocturno, escribí en este foro. Fui respondido con insultos y propuestas como que me fuera del pueblo cuando esto sucediera. Espero que los que me respondan lo hagan con el mismo respeto que yo he mostrado y argumentando las razones expuestas. Creo que tengo el mismo derecho a estar en el pueblo, descansando, que tienen los demás a montarse una fiesta, por lo menos.

¡Buenas maneras de reencontrarte con el foro!
En repetidas ocasiones el cuerpo me ha pedido dejar de participar en él, pero no me ha dado la gana de hacerle el juego a quienes, pocos afortunadamente, lo tienen como válvula de escape para deshacerse de los malos biorritmos que acumulan.
Felicidades por utilizar el verbo como lo haces para denunciar los hechos que cuentas.
Cuando con motivo de alguna competición nacional/internacional o de algún evento organizado por los verdaderos señores de la moto, o sea, los moteros, la televisión, solo muestra imágenes de personas que como herramienta para cometer todo tipo de tropelías y actos contrarios a las más elementales normas de la educación y del civismo usan la moto. Si esto hiere la sensibilidad de los espectadores, que no herirá el tener que sufrir eso mismo en vivo y en directo.
Lo grave no son los actos en sí. Lo grave es que quienes los cometen, están convencidos de que no obran mal y que el derecho a hacerlo, sin más, está incondicionalmente de su parte. De ahí las expresiones “si te molesta, vete del pueblo”, “por una noche no pasa nada”. Explícales que su derecho acaba donde comienza el de los demás. La educación se mama en casa y se complementa en la escuela, de tal forma que si falta alguna de los dos fuentes, pues no hay nada que hacer. Ya no te digo si faltan las dos.
Paciencia, Fontanina.

Hola queridos compañeros del foro, yo al igual que vosotros tambien
he estado tentado en dejar de participar en este foro por motivos
parecidos a los que cuentais en vuestro anterior mensaje, pero como muy bien decis tampoco me ha dado la gana de hacerlo pues
todos tenemos derecho a participar en él y como así es, quiero
hacer uso del mismo. En cuanto a lo que tanto tú SALVATIERRA,
como Fontanina habeis comentado anteriormente teneis toda la razón
del mundo, que los hechos están ahí y que hablan por si solos, ante los cuales nada tengo que decir.
Ahora bien yo soy motero, y jamás nunca se me ocurriria cometer semejante atropello hacia el bienestar y el descanso de los demás del cual yo les estaria privando, como a mi mismo no me gustaria que me lo hiciesen tampoco. Sobre el tema de la educación he de decir
que nada tiene que ver ser motero con ser educado y guardar las
correspondientes formas, precisamente por eso por parecer siempre que
los moteros somos gente que dada nuestra condicón y afición lo
unico que nos gusta es atropellar con todo lo que en nuestro camino
nos encontramos, le puedo decir que no es así, aunque claro despues
de lo ocurrido haber quien les convence a ustedes de lo contrario,
y la verdad esque tienen razón. Las autoridades deberian haber sido
qienes a cierta hora hubiesen atajado el problema o por lo menos
a mi modo de ver, pero parece ser que no fue así y las consecuencias
fueron las que ustedes ya por demás conocen.El comentario de que si
te molesta vete del pueblo, tambien lo vi el año pasado y la verdad
es que bueno sin comentarios pues se supone que al hacer cualquier
fiesta o evento bien sea de unas asociaciones u otras lo que se
pretende es atraer al mayor numero posible de gente y nadie save si
usted vive habitualmente aquí o casualmente le gustan estos eventos
y acude usted para vivirlos pero de una forma más tranquila quizás,
a lo cual tiene usted tanto derecho como cualquier motero que se
precie de serlo y vivirlo a tope, (PERO ESO SI, RESPETANDO SIEMPRE
LOS DERECHOS DE LOS DEMÁS)si así nos preciamos siempre de ser personas civilazadadas, entre las cuales me incluyo.........

SALUDOS DE UN MOTERO.............

Amén! Esta gente siempre se queja de que los medios de comunicación sólo muestran su peor cara, pero a los hechos me remito: la fama se la ganan ellos mismos! Vale que son una minoría los que alborotan, pero son una minoría muy ruidosa y muy molesta! Una lacra que ensucia la imagen de dichos aficionados!

Enhorabuena por el escrito-denuncia!