Villanueva de la Sierra - Caceres

Hace ya un mes que el taciturno y ventoso febrero con sus festivos y desenfadados carnavales, bulliciosos, llenos de “antruejos “, jolgorios, bailes y alegría llegó al final, dando paso a los días más apagados y tranquilos de la recogida, silenciosa y obligatoria Cuaresma.

A mediados de marzo, los plomizos y tediosos días del invierno se desvanecen poco a poco y dan paso a unos días más largos y luminosos, donde el fresco y limpio amanecer se anuncia antes, mientras unos débiles y tímidos rayos de sol, en enconada lucha con los fantasmas de la noche, se debaten y luchan entre la maraña de tinieblas por romper y vencer la larga obscuridad, alumbrar las calles del lugar y dar calor a las yermas y heladas tierras extremeñas, de éste apartado pueblo llamado Villanueva de la Sierra.

La época de la aceituna va llegando hogaño antes de la cuenta a su final. Sólo los cortes de los acaudalados y ricachones Durán y Casasola continúan en febril actividad, amontonándose en ellos, por un paupérrimo y mísero jornal, un sinfín de mujeres lugareñas, y otras venidas de los cercanos pueblos de Torrecilla, el Pozuelo, Santa Cruz y Villa del Campo. Llevan a tan intempestivas y frías horas hasta el “corte”, por necesidad y obligación,a sus más hijos pequeños y también a los de pecho, colocando a estos últimos al amparo, entre sol y sombra, junto al troncón resquebrajado y centenario de un olivo, en pequeñas banastas de castaño envueltos en la suave y acogedora mantilla de lana.

Para colmo de males, tampoco fue un buen año “pal aceite”, y se presumen y adivinan duros tiempos venideros llenos de miseria, escasez y hambruna, y “pa remate”, el “sembrao “, de los trigos, cebadas, avenas y centenos, asentados en la hoja de los Llanos, tampoco dan ánimos a trabajar ni anidan esperanza.

Están bajos, ralos, casi mustios por la falta de las lluvias, y la mies, otrora siempre verde y frondosa, inhiesta y esbelta de antaño, de grandes y doradas espigas, gordas y granadas, preñadas de abundante pan, hogaño están estériles, fofas y vacías.

***

Cristina es una mujer joven, en plenitud de vida, que por fuerza mayor, embarazada, casó a los dieciséis, llena su cabezas de pájaros, sueños, ilusiones y alegrías.

Escasa de estatura, rostro salpicado de pecas, tez morena, quizás un poco bizca de su ojo izquierdo, de cabello corto,negro ensortijado donde alguna cana ya empieza a clarear, no agraciada de hermosura, que apenas roza ahora la treintena.

Su oronda, prominente y picuda barriga denotan su avanzado estado de gestación e indican, un más que inminente y cercano parto.

Aquel día al atardecer, después de una larga y fatigosa jornada de trabajo, la extenuada cuadrillas de mujeres, cestas de castaño al brazo, cansadas, cabizbajas y silenciosas suben y sufren con apuros las duras rampas de la empinada cuesta del “Camino Ropelao,” en busca de sus viejas casas y del acogedor fuego del hogar.

Un cielo de ceño emborregado, encopetado y oscuro, presagio de tormentas, se cierne sobre las laderas y la cima de la adormilada Sierra de Dios Padre.

En sus inexpresivos, hieráticos y curtidos rostros se refleja de manera fiel e inequívoca el rastro imborrable del cansancio y el dolor.

Caminan sin prisas, despacio, con pesarosa y pasmosa lentitud, pero aún les quedan fuerzas suficientes, para abandonar un minuto el camino y recoger las cuatro tarmas de jara, unos cardos secos, unos raigones y unas raíces de olivo con que encender y calentar la chimenea del hogar.

Dos zagales, sus hijos José y Manuel, de entre los tres y seis años ajenos al momento y sin la menor mella ni muestra de cansancio corretean y juegan a su alrededor, aferrándose en ocasiones a los pliegues grises del vasto paño de la saya, acompañados por fuertes y continuados tirones que hacen todavía aún más fatigoso y flagelante el interminable camino; la sofocada mujer está a un tris de tropezar, trastabillar, perder la estabilidad y a punto de caer al embarrado suelo.

Hoy está más agobiada y preocupada de lo habitual y se nota subida de fiebre e intranquila. Siente los fuertes redobles y apresurados latidos del desbocado tam-tam que es hoy su corazón que parece a punto de estallar.

Para colmo,el dichoso crio no para de moverse e incordiar. En su constante y continuo pataleo, denota que está inquieto, le oprime las costillas, los pulmones y hasta le impide respirar.
¡ Qué ganas tiene de salir!

Con pesadumbre y desanimo se escucha ella misma decir en su interior: ¡ Pobrecito niño, sí él supiera la vida tan ingrata y dura que le espera fuera, en medio de estos devastados y olvidados andurriales se quedaría tranquilito donde está!

Después se serena un poco,recapacita y piensa:

¡ Señor, que todo salga bien!, musita entre sus labios afligida, mientras desgrana de forma rutinaria, devota y preocupada, un sentido y sincero “Ave María”.

De improviso y de repente le viene a la memoria, ¡ Vaya por Dios! el recuerdo aún reciente, hiriente y doloroso de su último y no tan lejano parto.

Con los ojos hinchados en sanguinolente rojo, rebosado lágrimas a raudales, revive en su memoria el día no tan lejano del nacimiento de la tan deseada y ansiada niña.

Esta llegó adelantada, hace dos años, un claro amanecer del mes de abril, impregnado el aire de un fuerte aroma y olor a jarales, tomillos y azahar.

Su llegada fue una bendición de Dios, colmando de dicha y felicidad la familia y vecindad.

Voces de alegría, risas y gritos de júbilo salieron de la alcoba y retumbaron con el estruendo y fragor de la tormenta por todas las paredes y sitios de la casa.

Fueron momentos inenarrables e indescriptibles de desbordada y desmesurada ilusión, de plácemes y enhorabuenas, pero está visto y comprobado que la diosa Fortuna, desea que la dicha y felicidad duradera esté reñida y vetada en casa de la gente pobre, sea efímera y dure poco.

La pobre niña, el infeliz angelito, su pequeño y débil corazón se paró y apagó y a las pocas horas dejó de existir por una desconocida y no diagnosticada fermedad.

… ( continuará).

(Para Conchi, quinta del 1952 y para Rocio, que me dá animos para seguir juntando letra a letra, palabra a palabra, frase a frase recuerdos del pasado).

Gracias Sr Izquierdo una vez más por su buén hacer,pués al fin podemos leer algo con maestria,limpieza y decencia.Al menos por hoy,aunque sólo sea por hoy,el foro quea limpio de tanta inmundicia.Gracias una vez más,


jacintoP.SALUDOS.

Bonito relato señor Izquierdo ,no nos mantenga mucho tiempo a la espera ..

Estoy de acuerdo con el Jornalero, presioso relato, Sr. Izquierdo.

También con Jacinto en que en este foro hay mucha inmundicia. Y teniendo en cuenta que él, sea firmando como JacintoP, como Azcue, o como no registrado es quien más mensajes ha enviado a este foro, pues tiene un tanto por ciento muy elevado, el que más, en que este foro sea tal como es.

Saludos.

Castaño

Algunos mas que yo deseariamos que Rocio no dejase de animarle.

Saludos

Veton

Bien por el maestro izquierdo. saludos cordialdes del cafetero.

,.IZQUIERDO, según el Jacintillo éste foro es una inmundicia, claro está, leyendo sus tétricos relatos no se puede pensar de diferente manera, sin embargo, cuando leemos alguno de los tuyos es una verdadera gozada y nos compensa los malos ratos que algunas veces por no decir siempre nos hace pasar el que firma como jacintoP.SALUDOS.

,.Lo dicho chiquito, gracias por haberme hecho recordar aquellos años que aunque pasábamos mucho frio los recordamos con mucha alegria y que también nos acordamos de Cristina y que aún sin conocer a Rocio me uno a ella para darte ánimos y para que sigas uniendo esas letras y poder disfrutar unos minutos, olvidarnos por unos momentos de los bódrios del Jacintillo.

,. Un abrazo fuerte para ti y para Carmen.

Simón R.

querido sr Izquierdo, para empezar quiero mandarle un afectuoso abrazo lleno este de emocion por su dedicatoria, la cual agradezco profundamente y me llena de emocion casi tanto como los hermosos, sentidos e ilustrativos relatos que usted nos regala y que es lo primero que busco cuando entro en este foro, desde aqui le insto a que nos siga ilustrando sobre nuestro pueblo y nuestra tierra, con sus sentidos y vividos relatos.

Gracias por proporcionarnos esos momentos martavillosos con sus recuerdos y gracias tambien por proporcionarme este emotivo momento al ver su dedicatoria.

saludos para usted y su familia. Rocio matillas

ola señor izquierdo e llegado de apañar aceitunas en el sitio del camino la sierra y roció me a llamado llena de alegría por tu relato..
y la verdad que es muy bonito y muy interesante ¡
pues hay que dar noticias agradables que para malas ya se encargan otros
,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,
a coger aceitunas boi ala sierra -----y si no hay aceitunas aceituneras

aceituneras niña aceituneras-------en valencia hay claveles----rosas en Andalucía y en mi tierra extrema dura las flores de la alegría
?? isa bel nació encastilla agustina en ARAGON Pizarro en Extrema dura ¡¡
que es donde e nacido yo SALUDOS