Hola a todos los que participais en este foro.
Para calentar un poco más el foro leed con detenimiento un fragmento de la obra de Gabriel Galán titulada "El cantar de las chicharras".
Me parece impresionante, la belleza del texto y la precisión con que describe esas horas centrales de los días de verano en nuestro pueblo (nuestra comarca).
Por favor, leerla despacio.
Que se queman los lugares,
los azules olivares,
los dormidos encinares
y las viñas, y las mieses, y los huertos,
bajo el hálito encendido
que desciende desprendido
como plomo derretido
de este sol abrasador de los desiertos.
Se han dormido las riberas,
y las gentes de las eras,
y las moscas volanderas,
y los flacos aguiluchos cazadores;
se han dormido en la hondonada
la pacífica yeguada,
la doméstica boyada,
los mastines, el rebaño y los pastores.
En los rígidos pimpollos
de alcornoques y trepollos
se recogen con sus pollos
angustiados pajaruchos montesinos,
y en los céspedes dormitan,
y jadean y palpitan,
se soterran y crepitan
anillados gusarapos mortecinos.
Fuego radian los jarales,
y los grises pizarrales,
y los blancos pedernales,
y los líquenes de oro de los canchos;
se platean los rastrojos,
se requeman los matojos,
se retuerzen los abrojos
y se azulan los aceros de sus ganchos.
¡Todo ha muerto en la comarca!
Hierve el agua de la charca
que el ijar del toro enarca
y acentúa de la alondra las congojas;
vibra el aire en la colina,
zumba el tábano en la encina
e hipnotizan la retina
las metálicas quietudes de sus hojas.
Yo los párpados entorno
bajo el peso del bochorno,
viendo a medias en el horno
de la tierra la agonía del paisaje;
y me sueño con las frondas
con los ríos de aguas hondas,
con las márgenes redondas
de los lagos circuídos de follaje....
La extensión indefinida
de la tierra empedernida
pierde el tono de la vida
que en el seno sólo vive de la idea....
Es es sueño de un despierto,
es la calma del desierto,
es un vivo mundo muerto...
¡Es la ardiente Extremadura que sestea!...
Y la aduermen esta nota
monorrítmica que brota
de mi pobre lira rota,
que la reza bajo el palio de la parra,
y el unísono rasgueo,
y el isócrono goteo,
el peremne martilleo
del monótono cantar de la chicharra.
(...)
Sencillamente, impresionante.