Si alguien se toma la molestia de pasear por las calles de nuestro pueblo en estas calurosas y estrelladas noches de verano se dará cuenta de que comienza a echarse en falta lo que se llamaba el serano.
Hasta no hace muchos años, en cualquier calle o plazuela podías encontrarte con la típica reunión de los vecinos y algún que otro arrimado al corro hablando de lo suyo y de lo ajeno... todos sentados en sus sillas bajas, generalmente con la espalda pegada a la pared.
En definitiva se trataba de matar esas horas que quedaban entre la hora de la cena y la hora de irse a dormir ya tarde para esperar a que refrescara.
¿Tendrá parte de culpa la tele, con su casi siempre programación basura? ¿Será la triste realidad de que el pueblo poco a poco se va despoblando?