Santa catalina.... ojo ladrillo!!!! Subir a Santa Catalina ha sido uno de los placeres mayores que hemos tenido últimamente, dentro de las rutitas que realizamos. Incluyo las que he hecho fuera de la comarca, ya que en ninguna encuentro paisajes tan bonitos como los nuestros... pasión de hija, sera... Sales de Valencia dirección a Cáceres en coche y pasando el puente del Aburrel y la Vihuela de abajo, encontramos un caminito a la derecha que nos lleva a la finca de los Lapones. Nos encontramos con una cancilla cerrada, por lo cual deberemos tener permiso de los dueños para entrar con llave incluida, nosotros vamos con Ramón, su sobrino, así pues, sin problemas, pero no os apuréis ya que volveremos... tenemos que volver... pronto!!!!. Cruzas el primer llano de la finca, pasamos por un abrevadero de piedra para el ganado, parcialmente destruido y un pozo antiguo que se comunicaba con el mismo mediante un sistema de traida de piedra , que todavía se conserva en bastante buen estado. Iniciamos la subida muy, muy empinada, desde el principio, entre carballos y alcornoques, por un camino precioso, que ya nos va preparando, cuando miramos atrás para lo que arriba nos espera, aunque siempre es mucho mas de lo que imaginamos.... Hay que localizar la Ermita y nos guiamos con GPS, ya que hay que atravesar para llegar a ella el único agujero en la montaña de rocas por el que se accede. Durante todo el camino nos acompañan volando bastante cerca unos buitres, que tienen su buitrera justo al lado de la ermita, como posteriormente comprobaremos Y lo encontramos!!!!... que maravilla !!!... que cueva tan bonita !!!, llena de escarpados escalones que con ansia y dificultad subimos para llegar cuanto antes a nuestro destino.... aunque también apetece quedarse un ratito y disfrutar de la maravillosas rocas que envuelven nuestros cuerpos, como una segunda piel. Somos solo seis los ruteros, nuestros compañeros han ido a un funeral, por eso digo que tenemos que volver muy prontito... cuando llegamos, uno a uno, en fila india y cruzamos en agujero, como si de las mismas entrañas de las peñas naciéramos, nos encontramos a la derecha con la Ermita, parcialmente destruida y que , de momento, no puede llamarnos la atencion, ya que primero tenemos que contemplar la belleza inmensa del fantástico paisaje que se abre ante nuestros ojos.... Extasiados miramos el horizonte y vamos enumerando todas las fincas, pueblos, puentes, caminos, cortijos , charcas y regatos que vamos conociendo: mirad||| allá , Valencia, ......que bonito, hasta de lejos es el pueblo mas bonito del mundo ...ejem... la Ermita de los Remedios, la Vihuela y sus cortijos, el puente..... Y tan lejos, tan lejos , que parece que todo el horizonte es nuestro y no puede ir mas allá….... Vamos a descansar un ratito en la Ermita, que todavía conserva la hornacina en la que la Santa estaba expuesta, y es el momento de hacer volar nuestra imaginación y cada uno cuenta o aporta luz sobre las distintas hipótesis que llevaron a un ermitaño a construir allí su Ermita y su choza, y vivir apartado del mundo el resto de sus días. Os contaré mi historia, que solo es una leyenda fantástica, pero quién nos dice que no fue verdad????... nadie podrá asegurarlo!!! Corría el año 1497 y allá por el mes de Octubre, llegaron a nuestras tierras gran numero de señores y viajeros de toda la península, corte de los Reyes Católicos y cortesanos, ya que la boda de Isabel , hija de la reina ,se celebraría por esas fechas en nuestra Iglesia de Rocamador. Entre los muchos viajeros, venían también algunos de los marineros, que surcaron mares infinitos hacia tierras lejanas , en busca de nuevos mundos y vivieron miles de penurias y aventuras. Uno de ellos, llamado Bartolomé., del que poco mas sabemos que su nombre, llegó a nuestro pueblo y disfrutó de todos los placeres mundanos que en la altura se ofrecían al visitante. Al volver hacia su destino, iba pensando y cabilando , sin saber muy bien que hacer con su vida, ya que estaba llegando el momento de parar con tantas agitaciones y reposar. Cuando venía cruzando el puente de Alburrel, montado en su bonito caballo, miró hacia el cielo y vio como una luz potente atravesaba las rocas y deslumbraba sus ojos... como una aparición. Se encaminó hacia la luz y subiendo, subiendo, llego un momento en que tuvo que dejar a su caballo para seguir a pié por el escarpado terreno. Al llegar a la cueva que cruzaba la roca, escalo, no sin dificultad, y cuando pisó la cima miró extasiado el horizonte ,y dijo: Este es mi destino!!!!. Pidió permiso a los dueños de la finca para construir una Ermita en honor a Santa Catalina, de la que era una gran devoto, incluso conocía la Iglesia en la que estaba expuesta su cabeza y dedo pulgar como reliquia, en Siena, la ciudad italiana en la que nació y vivió la santa. Los señores le advirtieron de la dureza de su empresa, sin saber como iba a sobrevivir, pero viendo la decisión del ermitaño y creyendo en su bondad , accedieron a su petición. El arrepentido mundano Bartolomé se fue instalando poco a poco y con sus manos, construyó primero una pequeña Ermita con las piedras de una pedrera cercana, que todavía podemos ver en la finca, y después una choza de piedra , que le serviría de vivienda. La santa la talló con sus propias manos en granito y la acomodó en su hornacina, detrás de su altar. Entonces llegó el momento de plantar su huertito con buen numero de plantas que había traído de las tierras del nuevo mundo. Entre estas plantas venían unas cebollas dulces deliciosas, que daban un olor característico a toda la montaña. Los campesinos y labradores de las tierras cercanas miraban con recelo y desde la lejanía las tareas de su nuevo vecino, sin querer de momento entrar en muchas confianzas. Un día se juntaros seis mujeres de los distintos cortijos, trabajadoras del campo y decidieron subir a la cima, atraidas por el fuerte olor de las cebollas florecientes. Él ermitaño les ofreció probarlas y ellas, con cierto reparo, lo hicieron y adoraron de inmediato el gusto y sabor de las mismas. Cuando llegaron a sus chozas sus maridos no quisieron dormir con ellas y las echaron al campo, ya que no podían soportar su fuerte olor a cebollas. Pero ellas al día siguiente volvieron a subir y comieron otra vez y por la noche lo mismo, y así un día tras otro... los maridos salían a cazar y pescar y nunca traían nada. Empezaron a achacar su mala suerte a las malditas cebollas, por lo que echaron a sus mujeres de sus casas definitivamente. Ellas subieron y pidieron ayuda al ermitaño, que durante un buen rato rezó a la Santa para que ayudara a las seis mujeres , acompañadas de una niña, hija de una de ellas.... Y AHORA LA LEYENDA: La Santa escuchó su plegarias y tiró desde el cielo una soga por la subieron una a una las campesinas... subieron y subieron , hasta que miraron hacia abajo y vieron como sus maridos, desesperados y sin saber cómo vivir sin ellas ,las estaban siguiendo para hacerlas volver.... Pero las mujeres no querían regresar a sus casas miserables a y a sus míseras vidas, por primera vez se sentían libres, y entonces se quedaron en el cielo convertidas en las Pleyades, que son siete estrellas de una constelación y que brillan siempre en las noches claras . Una de ellas es la mas pequeña , que corresponde a la niña que subió con ellas. Abajo, y sin poder acceder a ellas, ni tocarlas, solo contemplarlas, se encuentran su maridos , formando la Constelación de Taurus, castigados por no haber querido a sus mujeres sin condiciones. En la noches claras de luna, el ermitaño pasaba las horas hablando con la estrellas y ellas fueron desde entonces sus únicas mujeres y su mayor placer. Pasados unos años, subieron un día los dueños de la finca a rezar a la Santa y se encontraron el cuerpo sin vida de Bartolomé, mirando hacía el cielo, con los ojos abiertos de par en par y una dulce sonrisa de paz en los labios.. Allí, al lado de la Ermita sigue enterrado, bajo la tierra de la que se enamoró nada más conocer, nuestra tierra, nuestra Valencia y sus campos, y desde arriba sigue velando por nosotros, cuidándonos y protegiéndonos. Y algunas veces en las noches de luna se ve una estrella más cerca de las Pleyades y estas brillan esos días con más fuerza de lo habitual, con un contento especial y diferente......... PD- AHORA LA IMAGINACIÓN DE CADA UNO VOLARÁ, ALGUNOS CREERAN LA HISTORIA Y OTROS DIRÁN QUE ES MENTIRA.... YO, DESDE LUEGO, CREO TODO , ABSOLUTAMENTE TODO, HASTA LA ÚLTIMA COMA, A PIÉ JUNTILLAS... Y SI HAY QUE JURARLO SE JURA... NO SERÉ YO QUIEN TIRE PIEDRAS EN NUESTRO PROPIO TEJADO!!!!. Regatito: El camino no es el mismo que nos lleva a la Cueva de Viriato, este es antes de llegar al cruce de Cedillo y el otro después, ... Las peñas no son las mismas... pero se miran a lo lejos!!! |