Valencia de Alcántara - Caceres

Ya lo sé, queridos, es una película muy antígua dirigida por John Huston, e interpretada por Ridchard Burton, Deborak Kerr y Ava Gardner (imaginad, creo que todos fallecidos ya)
¿Alguno la habéis visto?
¿Que tiene de especial?
Esto que os cito, bellísimo cuando fue recitado por el personaje que hacía de abuelo de D. Kerr.

LA NOCHE DE LA IGUANA

Con qué serenidad la rama del olivo
mira cómo declina la luz del cielo,
sin un llanto, sin dolor, sin desconsuelo,
sin un rezo por el sol que se ha perdido.

Pero el árbol, por la noche ennegrecido,
llega a un día en que el zénit de su vida
se extinguirá por siempre, aunque en seguida
de él, una segunda historia habrá nacido.

Una historia que ya no será angélica.
Un contubernio entre la lluvia y el surco,
pues cuando el tierno tallo trunco
caiga como plomada sobre la tierra,

entre tierra y tallo, en placentera guerra,
una intimidad pbscena se establece,
y otro árbol nace, que sus ramas mece
sobre el deseo destructor de la tierra.

Y otra vez la rama del olivo
mira cómo declina la luz del cielo,
sin un llanto, sin dolor, sin desconsuelo,
sin un rezo por el sol que se ha perdido.

Ay, mi Señor, si pudiera hallar un nido
que me sirviera de próxima morada....,
no únicamente en esa rama dorada,
sino en este pobre corazón estremecido





¿Qué os parecido Regatito, M. Ángeles, Toñi.co.... etc y a todos los amantes de lo bello?

Había enviado otro, pero me pareció triste y lo he borrado, era ELEGIA de Miguel Hernández, bellísimo, también.

Saludos afectuosos. Nívea.

Borrado por su Autor.

Hola. Toñi.co, sí cierto, más que triste, es melancólico.
Te confieso una cosa, cuando más me inspiro es cuando estoy melancólica y debe ser cierto quien dice que la melancolía despierta más los sentidos a nivel de sensibilidads, quizás por ello la mayoría de mi prosa poética tiene esas características, pero también tengo otros que no lo son

Te envío uno de cosecha propia.



FRAGANCIA

¿Por qué sonríes mi rosa?
¿No te entristece pensar
que ya nadie se acercará
para aspirar tu fragancia?

Buscaremos al culpable
que inventó la fechoría
de regarte con algo cada día
hasta que mató tu olor.

Olor que deleitó mi niñez,
olor que enamoró mi juventud,
y también rosa, fuiste tú
la primera flor de amor que recibí.

Es cierto, Nívea, ya no tengo olor
pero sí variado colorido,
y ya no amanece mi tallo dolorido
pues la mano del tirano se alejó.

El olor envuelve los sentidos,
el color deleita la mirada,
y yo he de sentirme admirada
por los ojos de un amor enloquecido.

(A las rosas del libro de la misma autora “Pétalos”)