He sido siempre de las personas que ha pensado que para tener el honor de "ser humano" nunca se te debería plantear el hecho de tener que matar a otro ser humano. Pero como carne. O sea que me parece aceptable (no siempre bien en los modos) que se mate a otros seres.
A tenor de los últimos acontecimientos sucedidos en estos años, pongamosle 5 (por abreviar), me surge el dilema, después de leer el rescatado hilo del 11M que por cierto había pasado por alto en anteriores incursiones, de la pena de muerte.
Y me sorprendo a mi misma llegando a la conclusión de que determinada gente no se merece el aire que respiramos el resto, que somos el motor del mundo, que soportamos injusticias sin llegar a la venganza, que peferimos el diálogo o la indiferencia antes que las represalias.
Pero no puedo evitar que me joroben casos como el del 11M, donde aún no nos ha sido revelada toda la verdad, y para los más curiosos, en internet teneis verdaderos documentos esclofriantes sobre datos "obviados" y poco "aclarados" que enturbian el sentimiento de quien los lee, poniendo los pelos de punta y demostrando lo pequeños e insignificantes que somos, lo indefensos que en realidad estamos, y lo engañados que nos tienen.
Otros casos que repugnan son el de la pobre Marta del Castillo, apenas una niña, que dió con un frustrado inadaptado de los "cataplines", y todavía la estamos buscando.
O el de nuestra paisana, engañada con algo tan serio para los que estamos fuera como una vuelta a sus raices para pasar unos tranquilos días de asueto, alimentando el alma, intentando sinceramente curar heridas en compañía del compañero, que finalmente demostró no serlo, porque si la hubiese querido de verdad todavía estaría con vida.
Se merece todo el mundo de verdad el aire que respira?
Merecemos la extinción o todavía tenemos remedio?
Estoy en un dilema, y es moral. Tú que dices.