Valdefuentes - Caceres

Corrían los años 50 Valdefuentes era un pueblo atrasado, si vida oscuro y sin esperanza para los mayores y sin ningún horizonte claro para los más jóvenes.

La Guardia civil era el máximo poder militar en el pueblo, mientras el civil recaía en el alcalde, que a su vez este desempeñaba la secretaria general del movimiento nacional.

En aquellos tiempos Valdefuentes estaba dividido entres clases sociales.
Los señoritos ricos, las clases medias y los pobres, pobres.

¿Quien eran los pobres? En aquellos años estaban formados por familias cargadas de hijos, que no poseían nada de nada y solo se dedicaban a trabajar haciendo peonadas. Por cierto, cuando salía una de esas peonadas, casi siempre eran pagados con especies y nunca con la deseada peseta.

Hoy aquellos pobre serian llamados esclavos. Siempre estaban rebuscando por el campo. Algunos de ellos, se dedicaron al tras perlo de café y tuvimos en el pueblo uno muy famoso. Este poseía una yegua, la más veloz de la comarca y saltaba por los sitios que no lo podían hacer los caballos de la benemérita.

Entre los guardias civiles había uno de ellos, para más señas hijo de un capitán del mismo cuerpo, de un pueblo cercano al nuestro. Este era un chulo, casado con una hija de…. Y como no podía cogerlo con la manos en la masa. Un terrible día, el personaje de turno, se acercó al vecino, sacó la pistola y le pego cinco tiros a la yegua. ¡Y le dijo, esto para que no te burles más de mí h….p…..
A la Bienve le tiembla la voz cuando habla. ¿Por qué será?

noria d la fuente, yo de pequeña he vivido y criado en el campo era maravillo vivir donde vivia se conocia y se convivia con mucha gente conocida y gente que se desconocia, era bonito vivir el dìa adìa y precisamente yo vivia a pocos metros del paso del comtrabando Pero ............Jamas se me olvidarà una madrugada en la que sentì los tiros de un fusil perdiguiendo a los que hacian el contrabando del cafè que por gusto no lo hacian, para ellos era un trabajo muy desagardable y peligroso, pero era la unica manera de poder sobrevivir.
Por cierto de pequeña despues de lo ocurrido muchas noches me pasè sin poder dormir y muchas me despertaba de madrugada soñando con los tiros esa noche se me quedò tan grabada que no he conseguido que desaparezca de mi mente. bueno en mi mente tengo tantas y tantas historias..........Que alegria¡ por fin llueve, noria d la fuente, salud, alegria y saludos

amiga flor:
¡Eres un pozo de sabiduría! Sobre la historia de los contrabandistas no recuerdo ninguna. Sí conocía una que contaban allá en el pueblo Moraleja cuando estuvimos cogiendo algodón. Pero en nuestro pueblo me ha sorprendido bastante.

Noria, tu historia es muy buena y me ha sobrecogido eso de pegarle cinco tiro a una yegua. Aquel tipo por lo que escribes de él, había que echarle de comer aparte, pues su maldad no tiene paragón alguna. Aunque conociendo a la guardia civil de aquella época no me extraña su comportamiento.

Amiga, me alegro que llueva en el pueblo. El amigo José estaba preocupado por sus ovejas.

Un abrazo

Hola hirojo salud para todos.De pequeña muchas noches he sentido el tropel de caballos haciendo el contrababando del cafè, cafè,que luego los guardias vevian. Recuerdo muchas historias aquellos tiempos eran muy dificiles de sobrevivir y para otros era casi imposible pero se tiraba para adelante con muchas penas aveces recuerdo que habia dìas y momentos que eran divertidos asi como cuando ivan las mujeres al campo a escardar o espigar.Cuando pasaba por la carretera un hombre solo montado en su burro tranquilamente pensando en como se le daria el dìa si conseguiria algun dinerillo para llevar acasa donde su mujer y un monton de hijos le esperavan para ver si podian comprar algo de pan , para poder alimentarse y llenar el estomago que durante el dìa estaba vacio, y asi dormir esa noche con el estomago lleno de sopas de ajo con unas gotas de aceite si habia y si no un poco de manteca
Las mujeres a gritos le decian ¡Pelaoooo! ¡Pelaoooo! asi varias veces asta que el hombre se enfadaba bajava del burro y salia corriedo detràs de ellas y ellas corriendo por los sembrados . El hombre al no alcanzar a ninguna mujer se cansaba y cavizbajo volvia con su burro y cojia de nuevo su camino, y las mujeres tenian risa para todo el dìa.
En invierno si llovia se iban a mi casa al fuego y allì contaban historias y chistes picantes y a las niñas nos mandaban lejos de ellas para asì no enterarnos de sus cosas que nosotras escuchabamos detràs de la puerta pero se reian y gritaban tanto que no nos enterabamos.
Bueno sin darme cuenta he contado una historia real, un gran abrazo desde Valdefuentes