Santibáñez el Bajo - Caceres

Este articulo de opinión es de FELIX BARROSO GUTIERREZ,que en el día de hoy 25/6/2016,a salido publicado en EXTREMADURA PROGRESISTA o DIGITAL EXTREMADURA

Fabián Sánchez Plata se quedó prontamente viudo. Estuvo casado con Maximina Barroso Alfonso (Ti Máxima le decían en el lugar). Le dio tres hijos que, siendo mozos, emprendieron el camino de la emigración hacia tierras catalanas. Al enviudar, siempre venía a echar una mano a mis padres en la matanza familiar. Era fuerte como un novillo, rubio, con ojos azules y coloradote. Le había traído su madre, Ti Felipa Sánchez García, la que se casó con Ti Francisco Plata Sánchez, el día de San Calimero y San Eudócimo, o sea, el último día de julio de 1906.

Lo del apellido “Plata” le venía por su abuelo paterno Tío Casimiro Plata Rodríguez, que procedía del pueblo de Ahigal, donde todavía abunda tal patronímico, aunque quienes lo ostentan nunca se supo que tuvieran los bolsillos atiborrados de tan preciado metal.

Recuerdo haberle oído en una de las matanzas que el día más alegre de su vida fue un 23 de septiembre de 1939, cuando llegó de madrugada al pueblo al haber sido licenciado su remplazo. Ciertamente, el 8 de noviembre de 1938 fue movilizada su quinta y todavía le tocó apechugar en la Batalla del Segre y en la ofensiva de Cataluña. “-Me vini por la nochi -contaba- andandu al pueblu dehdi Plasencia. Llegué cuandu Ti Marcelu “Moraguín”, el tamborileru, andaba dandu güéltah pa,rriba y pa,baju, echandu el pasacállih, que cuasi ni había salíu el sol, qu,esi día era el Día del Crihtu, la fiéhta máh grandi del pueblu. Cumu traía un güen puñau de pérrah jórrah y ótrah que m,habían dau por queal licenciau cumu combatienti del lau de Francu, por m,ajunté con Ti Marcelu y moh juímuh dámbuh a doh pidiendo el aguardienti por lah cásah: el tocaba la flauta y el tamboril y yo cantaba. M,agarré una borrachera cumu no me la he vueltu a agarral en toa la vida”.

Refería, igualmente, que, al ser movilizado, se apuntó a una centuria de la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, por aquello de que la paga era algo superior a la que daban a los simples reclutas en el ejército regular. No es que el nieto paterno de Ti Vicenta Sánchez Gutiérrez fuera un perrero, que él, como hijo de pequeños campesinos extremeños, tenía a gala el compartir su camino, su pan y su vino con sus semejantes. Pero en aquella compañía mixta a la que fue a parar había muchos voluntarios carlistas y catalanes.

Todos ellos hijos de la aristocracia y burguesía catalana, que se habían pasado al bando de Franco con el fin de defender sus privilegios de clase, igual que el oficial que los mandaba. “Ésuh si qu,eran únuh jurríñuh y máh agarráuh que un puñu, que no comían pol no cagal –afirmaba Ti Jabeán, que así es como pasarían a conocerle en su localidad y en otras a las que se trasladaba a mercadear con los productos de su huerta. Y relataba que aquellos catalanes solo pensaban en “matar rojos”, apuntándose voluntarios a las acciones más arriesgadas, ya que, si salvaban el pellejo, recibían un buen pellizco monetario. Como Fabián estaba ya casado y tenía familia, se escaqueaba como podía. Por ello le llamaban “falangista de cartró” (falangista de cartón). “Élluh andaban siempri con aquellu de `la pela eh la pela`, y me pusun `falangihta de cartón” polque m,ehcurría cumu una culebra cuandu había que dal gólpih de manu. ¡Qué c-ñuh, yo tenía una familia y m,habían llevau a la juerza a la guerra, que cuasi ni sabía por qué luchaba!”

Ni el nieto materno de Ti Antonio Sánchez Martín y de Ti Ramona García Palomero era falangista ni tampoco lo es ahora al que han dado en llamar “Falangito”, que no es otro que Alberto Carlos Rivera Díaz, más conocido por su nombre de guerra: Albert Rivera. A Ti Jabeán le colocaron una camisa azul como le podrían haber puesto una verde o amarilla, al igual que a tantos miles de españoles que les tocó luchar en el bando franco-fascista. Y a Albert Rivera no sabemos a cuento de qué le pusieron tan desafortunado apodo, pues el partido que dirige es una formación liberal, de derechas, radicalmente opuesta a la ideología sindicalista y revolucionaria de la auténtica Falange, que tan furibundamente martilleó al liberalismo como a los movimientos derechistas. Como dice el refrán que “el buey no es de donde nace, sino de donde pace”, Alberto Carlos, pese a ser oriundo de la tierra de María Santísima, vio las primeras luces en Barcelona, la que “és bona si la bossa sona”. Por ello, catalanizó su nombre y siempre aconsejó a sus conmilitones: “Menjar bé, cagart fort y mai perser en la mort” (“come bien, caga fuerte y nunca pienses en la muerte”). Y puesto que “la pela es la pela”, tres pepinos le importan a él que donde dijo digo ahora diga Diego.

Buen pienso se zampó en tierras catalanas el amigo Álbert, lo mismo que esa derecha nacionalista que antes se llamaba Convergència i Unió y, actualmente, Convergència Democràtica de Catalunya. Si hace cuatro días denostaban y maldecían al Partido Popular, ahora, en todo un tinglado oscurantista, de sucio compadreo, de cambalache incalificable y propio de la polítiquería mangoneadora y ascosa, han aparcado sus desavenencias y se han morreado a tornillo para hacerse con la Mesa del Congreso o tener grupo propio. ¡Todo sea por la pela! Y es que la formación CDC (nacionalistas catalanes de derecha) se llevará de las arcas públicas 85.791,24 euros trimestralmente. Puesto que la legislatura dura cuatro años, resulta que se harán con un montante de 1.372.656 de euros, sin contar todas aquellas subvenciones variables que se suelen añadir a la suma final. CDC y Ciudadanos han pegado todo un giro de timón, un descomunal volantazo, importándoles un carajo la gente que les ha votado, con tal de tener al PP como “animal de compañía”. No es de extrañar que Ana María Pastor Julián, exministra zamorana e íntima del barbado Mariano Rajoy y recién nombrada Presidenta del Congreso de los Diputados, haya agradecido el apoyo prestado por los nacionalistas de derechas y por aquellos liberales (derecha pura y dura a fin de cuentas) que dirige el de la camisa anaranjada. Para los populares, las huestes de Francesc Homs ya han dejado de ser separatistas y antiespañoles y ahora son ya nacionalistas moderados.

Fabián Plata, al que le escribí varias cartas (él era analfabeto) dirigidas a sus hijos que residían en Barcelona, carecía de ideología pero enseguida captó el material de que estaban hechos aquellos catalanes que tuvo a su vera durante la Guerra Civil. Lo que les importaba eran sus prebendas, el continuar viviendo a cuerpo de rey a costa del sudor de los trabajadores y que sus bancos, fábricas y divisas siguieran haciendo bueno ese dicho tan catalán: “¿On vas diner? Allá on n,hi ha més” (¿Dónde vas dinero? Allá donde haya más”). Por ello, nuestro paisano los encontraba tan distantes como distantes eran de las clases trabajadoras de sus Països Catalans. Ególatras, egoístas y encerrados en sus torres de marfil. Por eso luchaban contra la República y el proceso revolucionario que se gestaba en aquellos años 30 del pasado siglo, cuando el proletariado español creyó que, por fin, su liberación había llegado.

Toda una conjura de la derecha de este país, porque también el Partido Nacionalista Vasco (PNV) tiene mucho que ver en este fangoso trapicheo. CDC necesita de seis senadores y el PNV de cuatro para tener grupo propio en la Cámara Alta. El PP se los otorgará con mil amores. Una vez más, la derecha ha forjado su monolítico bloque granítico. A ella no le importa que la vida política de este país de tahúres y trileros se regenere, sino que sus regalías y sinecuras queden a buen recaudo. La pela, siempre la pela. Entre tanto, nuestro insigne “bellotari”, Guillermo Fernández Vara, clamando a voces, como los aburguesados y enriquecidos dirigentes del PSOE, que este partido se abstenga a la hora de la investidura de Rajoy. ¿Por qué no consultan a los militantes? A lo mejor, “Gulliver” y sus amigos se tienen que meter la lengua donde las espaldas pierden su honesto nombre al ver que sus bases liliputienses crecen en estatura de la noche a la mañana y no hay quien las tosa ni las manipule. Abstenerse es pasar a formar parte del bloque monolítico y seguir el juego a la derecha. Esperemos que no vuelvan a orinar fuera del tiesto, como cuando se hicieron los suecos ante el plan “Ganemos el Senado” presentado por Podemos. El PSOE, y solo el PSOE, ha sido el culpable de que el PP haya copado de nuevo el Senado con mayoría absoluta. Ya se lo demandará la Historia algún día, que los que padecen hambre y sed de justicia aún no se han hartado, y hace ya tiempo que los apóstoles dieron a conocer las bienaventuranzas.

Ti Jabeán fue un modesto hortelano que nunca se sació con tal alimento. Cuando la muerte vino a por él en tiempos de la aceitunera, llevaba los bolsillos huérfanos de manjar tan apetitoso para el campesinado. Un infarto fulminante de miocardio le arrojó de bruces contra el cemento de la calle Santo Cristo, en su salida hacia Ahigal. Regresaba a su casa después de pesar las banastas de aceitunas en el puesto. El reloj acababa de dar las cinco de la tarde del segundo jueves del mes de los Santos. Ese mismo día, fiesta de San Cumián y San Leodegario, el ciclón tropical “Bhola” mataba a medio millón de personas en Bangladés. No sabemos que nadie de la burguesía catalana le enviara las condolencias a sus familiares. Seguro que si algún antiguo miembro de los “rabasaires” lo hubiera sabido, le habría hecho llegar un telegrama con un “Descansi en pau. ¡Salut, company!” Y nosotros, las de la bandera ondeada al viento y ensortijado y rojizo pelo y los que no hablamos catalán en la intimidad ni en público, desde la memoria, le cantamos, en estos tiempos en que la pela mueve los hilos de la democracia y a título póstumo, las vibrantes estrofas de “Hijos del Pueblo”.

Buenas noches.