Santibáñez el Bajo - Caceres

Este articulo de opinión es de FELIX BARROSO GUTIERREZ,que en el día de hoy 2/5/2016,a salido publicado en EXTREMADURA PROGRESISTA o DIGITAL EXTREMADURA

Pedro Montero Floriano, más conocido en el lugar por Ti Pedru “Chela”, era quinto de Julián Montero Hernández, al que todos los vecinos llamaban Conrado. Cuando ya fue un hombre maduro, pasó a ser Ti Conradu “El Tuertu”, hijo de Ti Ignacio Montero Montero y de Ti Josefa Hernández Jiménez, “La Choronga”. Sus ojos se asomaron a curiosear el mundo un 19 de febrero de 1901, siendo no solo la festividad de San Mansueto y San Agatón, que también se celebraba a San Conrado. De aquí que, en la partida bautismal, fuera inscrito por el párroco como Conrado (¡en qué estaría pensando!) y así dieron en llamarle desde el más chico al más grande, aunque su verdadero nombre fuera el de Julián.

Ti Pedro “Chela” me habló de aquel tórrido verano de 1937, en plena Guerra Civil. Cuatro hijos del pueblo salieron en busca de siega y, anda que te andarás, sus abarcas se dirigieron hacia la dehesa de “Las Corajas”, en términos del pueblo cacereño de Zorita. Se había iniciado el mes de junio y había que buscarse la gandalla. Tiempos con dulzón olor a sangre y a pólvora que se pegaba a la garganta. Pedro y su compañero Marcial Jimeno Alonso (Ti Marcial “El Bronqueñu”) no habían tenido militancia sindical durante la República, pero Conrado y Genaro Jiménez García (Ti Genaro “Canaleja”) rompieron su carné de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en cuanto escucharon los alaridos de los moros y los cornetines de la legión avanzando a paso ligero por Extremadura, en julio de 1936.

“Mi quintu Conradu -me refería Ti Pedru- era mu exaltau; él y Ti Genaru eran loh doh únicuh que ehtaban apuntáuh a la CNT de tó el pueblu. Venía un tal Ceprianu de Herváh a dal loh mítinih y traía únuh pedióricuh, que dicían muchu y güenu pa la genti baja. Conradu se loh leía de pe a pa y cumu ehtaba bien informau de tó, era el que le cantaba lah cuarenta a loh ámuh cuandu salíamuh a la siega”.

Pero aquellos cuatro lugareños nunca llegarían a la dehesa de “Las Corajas”. Se perdieron una noche en el frente de Extremadura, al cruzar el río Ruecas. Y para colmo de males, al hacer un alto en el camino para echar un cigarro, toparon con un obús de mortero. Conrado, bajo la luz de la luna, no tuvo otra ocurrencia que darle un golpe con la punta de la hoz. El obús explosionó a medias y le causó serias heridas, arráncándole un ojo de cuajo. Los otros compañeros, al estar más retirados, solo sufrieron heridas leves. La explosión alertó a una avanzadilla republicana. Fueron hechos prisioneros, pero, conociendo sus desventuras, el capitán de las milicias rojas, que era cenetista, se apiadó de ellos y les trató con gran humanidad. Durante casi dos meses, mientras Conrado se reponía de sus heridas, fueron acomodados en el pueblo de Alía y no les faltó de nada. Les buscó un corte en la siega y a Conrado le pagaron como si hubiera estado agachado sobre los surcos. A finales de julio de 1937, les dejaron marchar y fueron acompañados por dos soldados para ayudarles a cruzar las líneas.

Luego, vino otra historia muy diferente. Ti Conrado fue cogido por banda por unos frailes misioneros que se dedicaban a “regenerar a los que había sido rojos”. Ti Pedro, su quinto, nos lo contaba así: “Leh jadían il por la nochi a una ehcuela y allí loh pádrih misionéruh leh jadían arrenegal de lo que habían síu y, si llegaba el casu, leh jarreban tamién únah güénah óhtiah”. El mi quintu Conradu arrenegó de tó y cá vé que me vía me dicía: -`Quintu, ya soy un hombri nuevu, qu,ehtoy regenerau`. Y cumu l,habían ahsorvíu loh sésuh, por tóh eran vívah a Francu y a la religión”. De los tres hijos que tuvo, a uno lo metió en el seminario y, con el tiempo, llegó a ser canónigo en la catedral de Coria. Otra fue monja. Pero he aquí que, al franquear las sesenta primaveras, “volvió a las andadas”. “El mi quintu Conradu andaba to el día revacandu y na,máh jadía que mental a aquel capitán cenetihta, al que le llamaban Pereda, y venga a dali güéltah a lo de la CNT, y esu que entoavía vivía Francu, que güénah se lah gahtaba éhti, que t,afaitaba en secu en cuántih torciérah la cara”. Para evitar males mayores, se lo llevó consigo su hijo el cura al pueblo de Villa del Rey, donde se encontraba de párroco, a fin de regenerarle definitivamente.

¡Ay de la regeneración del nieto paterno de Ti Vicente Montero Caletrío y de Ti Gabriela Montero Montero! No cuajó como Dios y la gente de orden mandan. Lo mismo les pasa, en estos días de viacrucis electoral (el pistoletazo de salida ya resonó con gran fuerza en esta piel de toro), a políticos encorbatados y con el culo pegado a sus poltronas. ¿Quién puede creer en la regeneración del PP y el PSOE, partidos que han votado lo mismo más del 80% de las veces en el Parlamento Europeo? Y no solo en dicha cámara, sino, como hace escasos días, en la Asamblea de esta bellotera tierra nuestra, tumbando una iniciativa de Podemos que pretendía que los expresidentes de la Junta de Extremadura (Ibarra y Monago) rindieran cuentas de los 240.000 euros que se llevan todos los años de las arcas públicas. ¡Y encima tienen la desvergüenza y la cara dura de acusar a Podemos de “postureo con el fin de hacer ruido”! Se unen para defender los canallescos privilegios de los suyos. Es toda una afrenta para una región como la extremeña que suma más de la mitad de los nuevos parados que hay en España.

Si aquella regeneración del nieto materno de Ti Miguel Hernández Dosado y de Ti Juana Jiménez Gutiérrez dejó mucho que desear, no le queda a la zaga la del “bellotari” de Extremadura y de toda esa cuadrilla, y no de segadores, que recibieron el pasado 27 de abril, a pie de pista y con honores de jefe de Estado al jeque Mohammed bin Rashid Al Moktaum, que venía a visitar la finca que se ha comprado en Olivenza. Gente del PSOE y del PP, muy endomingada y muy hermanada, alabaron, aplaudieron y pelotearon a ese príncipe de Dubái, un emirato árabe donde la democracia brilla por su ausencia y que ha sido acusado repetidamente por los informes de Humas Rights Watch de no respetar los derechos humanos, donde impera la temible “sharia” y donde la homosexualidad se paga con la pena de muerte. “¡Bienvenido Mister Marshall!” ¡Qué triste y qué patético!

¿Todavía hay alguien que crea en la regeneración del PP y del PSOE, sin dejar atrás a Ciudadanos? Ese mismo día 27, en el Congreso de los Diputados, no pudieron ser derogadas las reformas laborales que aprobaron el PSOE (2010) y el PP (2012), auténticos flagelos contra las clases trabajadoras, al abstenerse esas dos fuerzas políticas ante una propuesta formulada también por Podemos. He ahí al PSOE tomando partido contra el mundo obrero, yendo de la mano de las derechas de este país. ¿A que juegan los dirigentes de estas históricas siglas, con Pedro Sánchez a la cabeza? ¿Por qué nos han estado mintiendo y mareando la perdiz desde las pasadas elecciones de diciembre? Hasta el mismo José Antonio Pérez Tapias, que fuera candidato a secretario general de tal partido, militante de Izquierda Socialista, ha dicho muy claro que, en el comité federal del PSOE del 28 de diciembre, ya se bloqueó la posibilidad de un pacto con Podemos. ¡Menuda inocentada! ¡Cuánto cinismo e hipocresía! Y todavía se empecinan en exhibir al PSOE como la única referencia de la izquierda, cuando la realidad demuestra que solo es una fuerza reformista de centro-derecha. Las mentiras tienen las patas muy cortas, que ya decía don Miguel de Cervantes que “la verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua”.

Tampoco se regeneran personajes como el presidente de PRISA (¡qué dictadorzuelo nos has salido nuestro barbudo Juan Luis Cebrián, el gran amigo del “portagiratorio” Felipe González Márquez, el “pinocho” de “OTAN, de entrada NO, al que se le llena la boca de sapos y culebras contra Podemos y, luego, dice que son otros los que insultan!). Asco nos da que, ante la expulsión de la cadena SER del periodista Ignacio Escolar, solo salgan en defensa del que fuera director de “El País” gente de tan ultramontana catadura como Salvador Sostres y otros de la misma trinchera. Es de esperar que el pueblo sepa distinguir en junio el grano de la paja y dé su voto a quienes de verdad quieren sumergir a España en toda una catarsis que produzca una regeneración sin abstenciones, vetos ni matices. Ti Conrado no se regeneró al completo porque aquella regeneración no era tal, sino algo regresivo y con profundas cargas fascistoides y propias del nacionalcatolicismo. Y cuando veía que las asistolias que le martirizaban le mostraban ya el abismo del que nunca se sale, estuvo más lúcido que nunca y murió en paz consigo mismo. Fue un viernes del mes de las flores, siendo el día de San Lucífero y San Talaleo, el mismo en el que moría en accidente automovilístico el torero mejicano Carlos Arruza.

Junio está a la vuelta de la esquina, esperando que las urnas revienten con votos democráticamente regeneradores. Ahora, a aguantar el chaparrón, que los medios de la caverna y bocas que no han dejado de ser estar lastradas por un pasado ultra, tal aquella de Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso, están afilando sus uñas y sus dientes. Sobre la izquierda alternativa, la única capaz de limpiar este país de arriba abajo, seguirán cayendo los chuzos “goebbelianos”. A palabras necias, oídos sordos. Nosotros seguiremos escuchando a aquella preciosa compañera de la universidad, de ojos más profundos que la mar océana, cuando, subida al estrado, pronunciaba con su bien modulada voz aquel texto con el que nos seguimos identificando a pleno pulmón y con absoluta convicción: “Don Quijote soy y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía. Y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es eso de tonto y mentecato?”. Allá donde estés, compañera, siempre tendrás mi cariño, mi comprensión y mi respeto. Aún tus palabras resuenan en mis oídos.

Buenos días.