MI PRIMA EULALIA. SEGUNDA PARTE. MI PRIMA EULALIA SEGUNDA PARTE Eulalia vive en Granada y espera licenciarse en biología pronto, a sus 19 años. Mi deseo: terminar veterinaria cuanto antes. Asi que seguiamos en contacto en la distancia. Sabia que ella tenia un pretendiente. A mi eso me preocupaba,aunque no parecia algo insalbable. Nuestra gran historia de amor se agranda en la distancia, hasta hacerse más sólida. Aunque el tiempo nos separa nuestras relación se consolídan más aún. El verano llegó y quedamos para vernos. No era conveniente en familia, asi que a una hora determinada quedamos en la Alhanbra y sus jardines. Era una mañana de junio, después de una larga separación, con sólo algún contacto fortuito en esa bella ciudad, me parecía una aventura fantástica. Nos encontramos, esa expléndida mañana de un caluroso sábado, bajo un cielo Azul turquesa. Ella apareció con un conjunto color malva, el cabello con su tono genuino, su naricilla respingona los labios de un rojo más intenso.. El abrazo fue largo y en silencio. El contacto de sus cabellos en mi rostro me trajeron el recuerdo de un aroma sugerente que no habia olvidado. Nos confundimos con los demás turistas, por los jardines, buscando un poco de , intimidad depués de semanas de separación. Eulalia estaba radiante y se sentia feliz, lo que me trasmitía, según notaba la presión de su mano en la mía. Los proyectos: los de dos enamorado, de no separarnos más, de vivir ese romance en cercana compañia. Los problemas que puedan surgir los afrontamos juntos. Me precupaban los desencuentros que habían surgido con Adolfo; su exnovio. Algo a lo que Eulalia intentaba quitar inportancia. Al anochecer me acompañó al hotel. Subimos a mi habitación, pero no pedimos nada de bebida. Aprovechamos ese tiempo de esperada intimidad, luego salimos a la calle; a esa hora muy cocurrida. La gente paseaba ante los iluminados escaparates en lo que era una avenida peatonal. La brisa de la cercana sierra refrescaba el hambiente. Allá en lo alto las luces de la Alhambra. Un marco incomparable para una historia de amor. La luna no nos defraudó, la misma que nos describe en sus, poemas G. Lorca, desde su Granada natal. “Por el cielo va la luna con un niño de la mano” 'Romance de la luna luna'. Ese sábado, se fue sin apenas darnos cuenta,'como el agua entre los dedos.' ya era tarde. Dejé a Eulalia con los suyos y me dirigí al al hotel. Al siguiente dia, domingo teníamos cosas que ver antes de emprender yo el regreso a Talavera.. El domingo, un día soleado salvo unas nuves en forma de cirros en la cuspide de Sierra Nevada, día ideal para dos enamorados. Cogidos de la mano por la amplia avenida ajenos a los demás viandantes. Un hombre nos interrumpió el paso con palabra entrecortadas. Eulalia esclamó ¡Adolfo...! Este esgrimia una pistola. Sonaron dos disparos, Eulalia se desplomaba con un impacto en el pecho, yo senti el golpe del proyectil en el hombro izquierdo, que me astilló la clavicula, sin dañar ningun organo vital, pero Eulalia se desangraba en el suelo. Senti la sirena de una ambulancia en la lejania mientras me desmayaba. Fueron unos segundos donde toda mi vida desfilaba con rapidez, hasta hundirme en un profundo abismo, tan negro como la noche. emirey |