El Libro Verde de Gadhafi Quien no sepa quién es Muammar Al Gadhafi, desconoce como es un loco que se cree un dios destinado a llevar al pueblo libio al Paraiso de su mano. Por regalo de un amigo que vivía en Trípoli conseguí el Libro Verde de Gadafi (en Libia todo es Verde) y se compone de tres partes: “El poder del pueblo”, “El socialismo” y El fundamento social de la Tercera Teoría Universal”, pues bien, sin la pretensión de cansar a los foreros con sus argumentos voy a exponer aquí un fragmento de su libro donde habla de la mujer (que ninguna forera se sienta ofendida, pues es el pensamiento de un loco). Dice así: -Todas las sociedades consideran a la mujer ahora como un bien de consumo, sin más. En Oriente se la considera objeto de placer, apto para la compra y la venta. Y en Occidente no se la considera como tal mujer. Impulsar a la mujer para que desempeñe el trabajo del hombre es una agresión injusta contra su condición femenina, que la Naturaleza le ha proporcionado para una finalidad necesaria para la vida. El trabajo del hombre desvirtúa los bellos rasgos de la mujer, a quien la Naturaleza dotó de cualidades que no corresponden sino a su condición de hembra. Es exactamente como la función de la flor, creada para atraer al polen. De desvirtuarse esta función, su papel de planta tocaría a su fin. Y las plantas son el adorno natural. Cuando la mujer realiza el trabajo del hombre, se ve obligada a renunciar a su papel y a su belleza. A las mujeres les corresponden derechos plenos, sin necesidad de recurrir a su transformación en hombre o de renunciar a su condición de hembra. La propia construcción física es totalmente distinta entre hombre y mujer, lo que hace que las funciones de las partes de la mujer sean distintas a las del hombre. Ello conduce, a su vez, a una diferencia de funciones para los diversos órganos del hombre y de la mujer, que deriva, en otra diferencia de temperamento, psicosis, nervios e, incluso, forma de cuerpo. La mujer es tierna, es bella, es de fácil llorar, tiene miedo y normalmente, naturalmente, la mujer es delicada y el hombre rudo. Ignorar las diferencias naturales entre hombre y mujer, mezclar sus papeles, constituye una tendencia no civilizada, contraria a las normas de la Naturaleza, destructora de la vida humana y verdadera razón para la existencia de la miseria en la vida social del hombre. Las sociedades industriales modernas, que han obligado a la mujer a adaptarse a los mismos trabajos de fuerza que los hombres, en detrimento de su feminidad y de su papel natural en lo que concierne a su belleza, su maternidad y su tranquilidad, no son civilizadas. Estas sociedades son sociedades materialistas. Quererlas imitar es tan absurdo como peligroso para la civilización de la humanidad”. Como veréis se califica solo con sus argumentos, y este no es de los más crudos que tiene el libro. Así cuando ha venido a España se trajo a su harén de guardaespaldas femeninas que dormían en su haima. Espero que no me demande por publicar parte de su libro, aunque ahora debe estar muy ocupado en salvar su famosa cabellera. Saludos a tod@s |