Mesas de Ibor - Caceres

RADIACTIVIDAD DE JAPÓN A CÁCERES 01.04.11 - 00:04 -
A. R. R. | BADAJOZ.

Según los expertos, viajaron desde el país nipón gracias al transporte meteorológico y su llegada estaba prevista

Detectadas partículas radiactivas procedentes de Fukushima en cantidades inocuas para la salud

El 11 de marzo un tsunami seguido de un terremoto de 9 grados de magnitud en la escala Richter sumieron a Japón en el caos y la destrucción. Como consecuencia, la central nuclear de Fukushima Daiichi registró graves daños en cuatro de sus seis reactores. El resto del mundo contempló en directo la catástrofe dividido entre la sorpresa y el horror. Ayer muchos de esos espectadores se dieron cuenta de que estamos más cerca del país nipón de lo que parece. La atmósfera, un elemento de globalización indiscutible, ha transportado hasta Europa una cantidad «insignificante» de partículas radiactivas procedente de la central japonesa, «inocuas» para la salud, pero suficientes, sin embargo, para dejar claro que no estamos tan lejos.
Extremadura desayunó ayer con la noticia de que parte de esa radiactividad ha llegado hasta Cáceres. Una estación de la red de vigilancia radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) situada en dicha ciudad ha detectado «ligeros» aumentos puntuales de la concentración de yodo y cesio en el aire procedentes del país nipón, pero son valores «muy bajos» y por tanto inofensivos para el ser humano, según aseguran los expertos.
Rosario Salas, jefa del área de Vigilancia Radiológica Ambiental del CSN, explicó ayer que dichas partículas son «insignificantes», ya que no tienen incidencia ni para la salud ni para el Medio Ambiente.
«Estamos miles de veces por debajo de los límites establecidos, que a su vez ya son unos límites muy conservadores fijados para proteger a la población», subrayó.
Las estaciones de medición de gran sensibilidad detectaron en Barcelona, Bilbao, Cáceres y Sevilla, unos índices que van desde los 0,9 miliBequerelios por metro cúbico a los 0,002 miliBequerelios por metro cúbico, entre el 16 y el 29 de marzo.
De momento, según explica Salas, se han detectado tres isótopos radiactivos, que son yodo 131, cesio 137, y cesio 134. Estas mediciones eran «previsibles», en base a los modelos de dispersión atmosférica y los datos meteorológicos de los días anteriores. Gracias a los mismos, se sabe que proceden de las emisiones de Fukushima porque se esperaba que llegara una «nube» procedente de Japón en la que habrían viajado las partículas hasta el continente europeo. Las redes de muestreo las detectaron a partir de la fecha prevista, gracias a que contaban con esa información.
A partir de ese momento, según refirió ayer Rosario Salas, se detectaron unos picos de esos isótopos radiactivos que coinciden con las emisiones de la central nipona y que también se constataron «en valores análogos» en el resto de Europa.
Extremadura cuenta con una Red de Alerta Radiológica Medioambiental compuesta por una unidad móvil de vigilancia, donde se encuentra el laboratorio central al que llegan todos los datos, y la estación de muestreo de Fregenal de la Sierra, al sur de Extremadura para detectar cualquier posible anomalía radiológica.
En España existen diferentes redes de vigilancia con distintos objetivos. Algunas de ellas cuentan con muchos puntos de muestreo que recogen datos de manera continua y automática, aunque Salas precisó que estas redes están diseñadas para detectar casos de accidente por lo que, en este caso, como las concentraciones que han alcanzado la Península son «tan bajas» no se midió nada.
En este sentido, ayer se dio a conocer que los niveles de notificación obligatoria al Consejo de Seguridad Nuclear se sitúan en los 400 miliBequerelios, una cantidad muy superior a la registrada en España.
No obstante, las organizaciones Ecologistas en Acción y Greenpeace criticaron ayer al CSN por la «falta de transparencia» y por no informar «puntualmente» sobre los niveles de radiación.
Ambas han reconocido que las cantidades registradas son muy pequeñas, pero precisamente por ello, recriminan que no se hayan dado a conocer los datos que se manejaban. Advierten de que todo apunta que es probable que la radiactividad no deje de aumentar en la central accidentada, por lo que también puede crecer la cantidad que llegue a España. En base a ese supuesto, aconsejan al CSN vigilancia exhaustiva e información en tiempo real. «Lo que la gente tiene que tener claro es que la radiactividad va a estar viajando durante un tiempo por todo el mundo», precisó el portavoz antinuclear de Greenpeace, Carlos Bravo.
El organismo regulador español afirma que continúa realizando un seguimiento de la situación en Japón, en coordinación con los organismos internacionales.
Anuncia que las zonas hacia las cuales está previsto que viajen las masas de aire desde Fukushima en las próximas 48 horas serán la costa este de Japón y el océano Pacífico.