Alcollarín - Caceres

Ya ha sido condenado a presidio,
ya está contando los días
que le quedan de libertad,
ya por fin va a pagar
por todas las cosas que hizo por maldad.


Ya no se pasea por las calles del pueblo
ni sale a los bares a chatear,
y quienes eran antes sus "amigos"
le vuelven la cara, ahora,
a la hora de la verdad.

Ahora que no tiene mando
ahora que para el pueblo es uno más,
la gente con libertad sonríe, se divierte
y se alegran de su mal,
aunque no lo demuestren delante de los demás.

Bueno amigos, aquí acabo mi relato
sólo deciros que escribiendo esto,
me he divetido un rato.

Muy bueno, si señor, bueniiiiiiiiiiiiiiisimo. Bravo Correveidile. Yo también me he divertido mucho leyendo tu poesía. Cierto, muy cierto, todo lo que en ella describes.


Saludos.