Alcollarín - Caceres

Con más de un 20% de parados y con el dedo de la Comunidad Europea apuntando después de a Grecia, a España y a Portugal de las posibles consecuencias que puede haber por nuestras crisis, nos llega el “día de la Fiesta del Trabajo”, el uno de mayo.

Ya me diréis si es posible festejar este día, como Dios y la tradición manda. Lo incomprensible es que con cuatro millones seiscientos mil parado, con casi 1,3 millones de hogares que tienen a todos sus miembros en paro, a los sindicatos no les dé un cierto reparo para salir a la calle. A ver que nos dicen ¿A quién buscar como culpables? me supongo que ahora no se puede disculpar a nadie.

Por todo ello ¿no es mejor que en lugar de festejar la “Fiesta del Trabajo”, se hablara de “Fiesta de los Sindicatos”. La impresión que hay es que los obreros están más bien solos. Esto es lo nunca visto.

La “Fiesta del Trabajo del 1º de mayo pasó con más pena que gloria. Hubo poca gente en los actos programados por los sindicatos y no hubo ni danzas ni gimnasia en el Bernabeu como se hacía en tiempos de Franco. Cuando no se tiene nada que decir, que festejar o que ofrecer pasan estas cosas. Y es que con doscientos veinticinco mil millones de euros de deudas publica que hay, la gente desconfía de todo y se tiene poca ganas de juerga.
Para los sindicatos UGT y CC.OO se puede llegar a los cinco millones de personas desempleadas si el Gobierno no toma medidas. A que se espera ¿Qué se puede hacer? Más razones para hacer algo no se encontraran en muchos años.