Alcollarín - Caceres

Da vergüenza que los sindicatos estén más de acuerdo con los gobernantes que con la clase obrera. Están que no hacen nada, y al no tener enemigo al que hostigar disimulan gritando contra nadie, contra unas sombras. La única línea que ven, para la situación existente, es el aumentar el déficit público, y de este, ya se puede sacar poco.

Nunca antes se habían registrado 800.000 parados en un trimestre, nunca antes había caído el PIB a ritmos del 7,2 por ciento intertrimestral anualizado. Ante estos datos ya me diréis, sino es para que se haga algo o se diga algo.

La pregunta que nos hacemos es: pero y los sindicatos ¿A qué se dedican? Dan la sensación que lo que pretenden es convertirse en instituciones dependientes del gobierno, protegidas por el gobierno y con derecho a subvenciones. En una palabra unos distinguidos funcionarios, con los que se puede prescindir por falta de función; este es el riesgo que corren con la actitud que tienen hoy día.

Aquí hay mucho despacho, muchos librados de trabajo, mucho peloteo, mucha ayuda estatal, poca ayuda al obrerro, poca revolución y mucho apartamento en la playa, y estos es incompatible con la función sindical.

Aquí, lo que se dice aquí, es que el verdadero Obrero es el que está en el paro y este es al que necesita ayudar.

Un saludo a todo

No quieren saber nada. Estan comiendo del caduco padre estado y desean seguir así.