Pensando en los carnavales de Ahigal Ya salió el último número de la Revista Ahigal, así que leña al mono, que es de goma. Digo, leña a la Revista, que es de papel. Bromas aparte, puesto que no me parece oportuno jugar con las cuestiones culturales, he de decir que cogí la publicación esta mañana y me la he leído de un tirón. Hace unos minutos acabo de cerrar la página final. Esto me recuerda las buenas comidas: cuánto cuesta elaborarlas, qué rápidamente se comen y qué pocas veces se acuerda uno de la cocinera o del cocinero. Me han gustado prácticamente todos los artículos. Pero uno me ha llamado poderosamente la atención. Se titula algo así “Como de pozo en pozo y tiro porque me toca: El Pozo Pedro”. Lo firma Antonio P. G. Os aconsejo su lectura completa. En él se da cuenta de la historia de este hoyo, más que pozo, excavado en el camino del Cardaol, al inicio de las cuestas que nos llevan al Maleno. En el artículo en cuestión leemos que Pedro, conocido por Pericu Sinati, fue un ahigaleño de armas tomar y que, en castigo de haber robado una oveja, fue condenado a cavar el pozo que lleva su nombre. Puesto que no cesó en sus desmanes, el pueblo en masa lo agarró, lo juzgó y terminó con él. Esta leyenda se convirtió en mito, que cada año fue rememorado en carnavales. En esos días se representaba el juicio, la condena, la muerte y el entierro de Perico Sinati. Lógicamente Pericó tomaba la forma de un muñeco relleno de bálago. ¿A quién no le recuerdan estas actuaciones las que se ejecutan en torno a los peleles que configuran el Peropalo o el Manolo? Son dos representaciones carnavaleras cuya popularidad ha traspasado las fronteras de nuestra provincia. En Ahigal tenemos mimbres, pero lo que existen son pocas ganas de hacer el cesto. El articulista, esa es su intención, procura (cito textualmente) “marcar unas pautas para la recuperación de una muestra de nuestro folklore carnavalero”, pero al mismo tiempo pone a la luz su temor más que fundado. En este sentido van orientado sus dos últimos párrafos, que me tomo la licencia que no he pedido y que paso a escanear: “Pero que nadie se preocupe, porque en Ahigal los munícipes o concejales no están para atender sugerencias, y en pocos días empezarán a derretirse los sesos pensando a cuánto pagar los premios de la carroza y a cuánto asciende el gasto de las sardinas y otros condumios. Es decir, ideando la parodia del propio carnaval. Conclusión: los carnavales de Ahigal giraron sobre dos ejes primordiales. El uno era la actuación de la Hermandad de las Ánimas, y el otro, la dramatización de Pericu Sinati. Ese Periquillo que, según la tradición, hizo el pozo que lleva su nombre y que, una vez más, cuando llegue la fecha de su conmemoración, volveremos a olvidar. ¡En Ahigal olvidamos demasiado!”. ________________________________________________________________________ Creo que no le falta razón en su profecía. Los carnavales están al caer y, cuando pase el susodicho martes, muchos volverán a discutir en quien ganó un premio y quién lo perdió o lo hicieron perder. Es decir, discutiendo por algo que de carnaval no tiene absolutamente nada. Y los viejos como yo, que sabemos que los carnavales de Ahigal no son antruejos ni algo que se le parezca, seguiremos pensando que en estas cuestiones los tiempos pasados sí que fueron mejores. Y salían más baratos. Salud en este año, y si viene acompañada de dinero, mejor que mejor. Yo asé la manteca.
|