Salazar - Burgos

De forma aséptica, por elocuente, se transcribe parte del contenido del libro apócrifo "El Guzmán de Alfarache" (editio princeps 1606:
"Pero conforme al oficio que tenía, parecían en su boca las cosas de risa y juego, aunque era un mozo de muy buenas costumbres, recogido y dado a lección de libros, como dije. En habiendo comido nos llamó nuestro amo y quiso oír las razones que Jáuregui — así se llamaba el lacayo— quería alegar por su parte, y prometiole, si le daban gusto, de darle unos libros de historia que tenía, lo que sabía que estimaba mucho el buen Jáuregui, el cual, por tratarse materia tan de su gusto y en la cual estaba muy previsto, y teniendo ojo al premio, se hizo fuerte en los estribos y dijo las cosas siguientes: " materia tan entendida y grave como esta de probar que cualquier vizcaíno por serlo es hidalgo, con sólo ser natural de las villas y encartaciones, y de los pasos y lugares del señorío de Vizcaya, y que se le ha de dar ejecutoria como muestre y pruebe ser originario de vizcaíno y su descendencia y parentela inmemorial por línea recta de varón de su origen, no se pueden hacer los argumentos que hay muy fuertes y claros sin presuponer muchas cosas y antigüedades que dan luz y son introducción para inteligencia de todo. Pues, primeramente, hemos de presuponer la descripción de Cantabria, la cual trae y pone curiosamente Esteban de Garibay Zamalloa, en su Compendio historial de España, primera parte, libro, seis, capite veinte y siete, adonde dice que Cantabria es provincia setentrional de España, que declina a oriente, teniendo hacia el setentrión al Océano, llamado Cantábrico, y al occidente las Asturias de Santillana, y al mediodía las aguas del río Ebro, con los llanos que de la ciudad de Logroño corren por Navarra hasta los montes Pirineos, y al oriente a Francia. Tomó su nombre de la ciudad de Cantabria, la cual solía estar en la ribera de Ebro, entre Logroño y Viana, cabeza del principado llamado Viana, del reino de Navarra, en un cerro alto que agora está lleno de viñas, que hoy día se llama Cantabria. Y como por el discurso de tiempo viniese a ser esta población la mayor de sus comarcas, vino a dar a toda la tierra del Ebro y al mar Océano su nombre. En esta Cantabria hay diversas provincias, y las más notables son cuatro: Guipúzcoa, Vizcaya, Alava y la Montaña, con las demás tierras contenidas en sus límites; y esto pienso que es lo más verdadero, aunque el licenciado Poza en su libro Del antiguo lenguaje de España hace la descrición de otra manera.
Y pues sólo tratamos de la provincia y señorío de Vizcaya, donde se ha conservado más la pureza de la nobleza, es notorio por dicha historia de Garibay que los cantabreses fueron fortísima gente, y de sobrado, alto y pertinaz ánimo; y así comenzaron a embestir en las tierras sujetas a Roma en compañía de los asturianos, por no ser amigos del imperio romano, y fue tenida por gente valerosa. Échase también de ver en que ofreciéndose al emperador Octaviano César en aquella era otras guerras, conociendo la de los cántabros por más peligrosa, a las otras envió capitanes y a ésta vino él por su persona. Y venido a Tarragona año de 26 antes de la natividad de nuestro redentor Jesucristo, según Orosio, historiador español discípulo de San Agustín, comenzó la guerra contra gente tan belicosa y fuerte, y se ocupó en ella cinco años, y al cabo se fortalecieron cántabros y asturianos en un monte que se llama Eduleo, y otros dicen Medulio, y los cercó con un foso que tuvo quince millas, y aunque se defendieron con ferocidad grande, al fin, con la fuerza del emperador, fue tomada Cantabria con mucha efusión de sangre, y viéndose sin remedio, los más se mataron con veneno, hierro y fuego, porque no les pudiesen llamar vencidos. Estimó tanto esta victoria Augusto César, que en demostración desto, y triunfando de que había señoreado el mundo por haber rendido los cántabros y que había puesto paz general a toda la redondez de la tierra, hizo cerrar las puertas del templo de Jano en Roma.
Hizo la conquista con tres ejércitos por tierra y una gran armada por mar para los lugares marítimos, y en Vizcaya no había más que infantería. Y en tanto tuvo este vencimiento, que con ser Cantabria tan poca tierra respecto de la grandeza de España, se preció de llamarse cantábrico, como después Cipión, de la África sujeta y cartagineses, se llamó africano. Pues si la nobleza proviene de hechos famosos y notables, esfuerzo y valentía en guerra, como es cosa averiguada, ¿quién más nobles, fuertes y animosos que estos cántabros? Y especialmente los de Guipúzcoa y Vizcaya, en donde hay tanta abundancia de armas de todas suertes, que no hay región de su tamaño en el universo que la venza en esto; y así realmente ha sido cámara de munición y sala de armas de todos los reyes de España. Y vemos que se dijo con razón que la montaña cantabriana es academia de guerreros y origen de caballeros, de do mana toda España.
Fue la primera población que se hizo en toda España por Túbal y su gente, aunque el doctor Arias Montano larga y curiosamente pretende probar que no fue Túbal el que pobló a España, sino algún otro sucesor, propinco de los descendientes de Noé, llamado Sefarad, y que su venida a España pudo y debió de ser por las tierras de África, atravesando el estrecho que hay entre Gibraltar y Tánger, y que la tierra primera en que, según esto, paró, fue la Andalucía. Mas Garibay tiene por más verdadero lo de Túbal, que es común opinión, y procura encordarlas entrambas diciendo: " Túbal comenzó sus poblaciónes primeras por la parte de Cantabria, y que Sefarad las vino a hacer por la parte del Andalucía; y que después del diluvio universal vino la seca a España, dejando de llover veinte y seis años — lo que si antes se despobló por las aguas generales del diluvio, entonces fue por la gran sequedad de la tierra— y que después llovió"

¡Pobre Jáuregui!

De nuevo te ofrezco otros consejos (que bien te pudiera vender): sal más de casa, y frecuenta más a tus congéneres, que te hace falta. Intenta oír y escuchar, si pudieras, a quien algo quiere decirte, porque, evidentemente, lo necesitas. Si eso te supone gran esfuerzo, ahí están los especialistas y oficiales. No desprecies este consejo que me harto de dar en lo que ahora es tu pueblo.