El Prat de Llobregat - Barcelona

La dama en su laberinto
va contenta a trabajar
al lado de un obrerito
que un día se negó a estudiar
cansado ya de aprender
saberes incongruentes
que no le daban de comer.

La dama inquiere curiosa
siempre queriendo saber
los cómo, cuándo y porqué
para algún día ascender.

La dama no es una rémora
sino una hembra con poder
que está hambrienta por saber
qué es lo que hay que hacer
para hacerlo mejor o igual.

La dama tiene bemoles
igual o más que yo o usted.

Bonita foto Jaramagos, pero tendrás que mejorar un poquito más en la cosa esa de las poesías.

Dale tiempo esparraguero, que nadie nace enseñado.

GRECIA Y SUS MUJERES:

Aunque nos pueda parecer que en la Grecia clásica, tan civilizada, las mujeres debía vivir como reinas, la verdad es que no está la cosa tan clara.

No tenían ningún derecho político.
En el gobierno de las ciudades participaban sólo varones.
Las leyes les deban muy poco apoyo.
Sus matrimonios eran concertados por el cabeza de familia.
No podían heredar.
Si eran herederas naturales, su herencia le era entregada al pariente masculino más próximo.
El que optara a la herencia, debía casarse con ella, previo repudio de su esposa si ya estaba casado.
La mujer vivía recluida en su casa.
Dentro del hogar, había habitaciones específicas para las mujeres.
Si salía de la casa, tenía que ir acompañada de un varón, normalmente un esclavo.


Eso sí, en la religión tenían un papel importante, tanto en los ritos familiares como en las fiestas públicas.
Las extranjeras y las esclavas, con frecuencia eran tomadas legalmente como concubinas y a veces, se prostituían. Las prostitutas gozaban de más libertad que sus conciudadanas y, normalmente, eran mujeres mejor formadas que tenían cierto control sobre sus propiedades.