Badalona - Barcelona

Pajín se lía el burka a la cabeza por la Alianza de Civilizaciones

Gracias a la ausencia de algunos senadores socialistas y a que CiU está tan crecida que le sobra músculo para jugar a dos bandas, con el PSOE por la mañana y con el PP por la tarde, gracias a esta conjunción planetaria imprevista el Senado aprobó ayer que se prohíba el burka y el velo integral en los espacios públicos. Ni que decir tiene que la iniciativa está condenada al más perfecto fracaso. Si en lo que va de Legislatura el Gobierno ha pasado olímpicamente de hasta 25 propuestas aprobadas por el Congreso, alguna tan relevante como la supresión de tres carteras ministeriales, es fácil prever qué pasará con ésta del burka.

Sin embargo, lo más revelador del debate en el Senado fue la argumentación de los socialistas para oponerse a la prohibición. La voz cantante la llevó Leire Pajín y en su discurso afloró con toda su plenitud la empanada mental que aqueja a la izquierda sobre este asunto. Hasta ahora, la partitura de las feministas era, aunque algo simplista, muy clara, muy progre y muy corajuda: el burka era una cárcel para la mujer que había que derribar como fuera. ¿A qué habíamos ido a Afganistán, si no a quemar burkas?

Pero hete aquí que, por no se sabe qué motivo, los socialistas han empezado a titubear, se les traba la lengua y se le atoran las ideas. El planteamiento de Leire Pajín, que seguramente es el canónico del partido, resulta asombroso: no se debe prohibir el burka en los lugares públicos porque eso incrementa aún más el aislamiento de quien lo viste. Es tanto como decir: permítase fumar en los hospitales y locales públicos porque de lo contrario el fumador sufrirá aún más intensamente el síndrome del tabaco y su maldición.

Detrás de este pobrísimo argumentario de Pajín, que una socialista inteligente como Elena Valenciano parece compartir como una catequista párvula, se oculta la perplejidad de los dirigentes del PSOE, atenazados entre la espada y la pared: porque no quieren incomodarse con el millón y medio de musulmanes que hay en España y porque prohibir el burka y el velo integral le daría la puntilla a la Alianza de Civilizaciones. ¿Con qué fuerza moral podría presentarse Zapatero ante sus grandes socios de la Alianza de Civilizaciones, como Turquía e Irán, si prohíbe el velo islámico en España?

Así se explica que cada portavoz socialista dé una respuesta distinta y mientras Caamaño es partidario de regular el uso público mediante la Ley de Libertad Religiosa y Pajín aboga por dormir el asunto, sus compañeros catalanes, los del PSC, han emprendido una carrera frenética en los ayuntamientos donde gobiernan para erradicar la prenda islámica de plazas y calles. Pero claro, a Montilla y demás socialistas de Cataluña la Alianza de Civilizaciones se las trae al fresco, sobre todo cuando todos los días los musulmanes de Badalona, Reus, Hospitalet, etc, ocupan las aceras por centenares a la hora de la oración. En las ciudades catalanas el burka no es un entretenimiento de diletantes, sino una agobiante realidad que va tomando cuerpo día tras día.

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