09-03-10 13:15 | #4867659 -> 4867087 |
Por:Acaymo ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: Se las trae la poesía Muy buena,aqui tenemos un ejemplo muy claro del refran que dice que la que se come las gallinas cambia de pelos pero de costumbres no,tambien nos damos cuenta que al igual que otras cosas ,esto tanpoco es algo nuebo y ademas perduro en el tiempo. Nota:lo de las gallinas es porque el sistema del foro no deja poner el nombre del animal correspondiente. Saludos | |
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10-03-10 16:38 | #4876228 -> 4867659 |
Por:Antonio Dávila Garci ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: Se las trae la poesía Frase de Sir Bernard Shaw, premio novel de literatura, año 1.925, también ganó un oscar por el guión de la película " My Fair Lady" " Los politicos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos." El tio tenía buen ojo y bastante mala leche. Desde San Sebastián. Un ilipense de la diáspora. ¡¡¡ZALAMEA CAPITAL CULTURAL DE LA SERENA!!! | |
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10-03-10 22:13 | #4878827 -> 4876228 |
Por:somu ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: Se las trae la poesía Y lo peor de todo es que son leyes perpetuas, y ese es el motivo por el cual hay tantos candidatos al poder, tanto gubernamentales como en los Ayuntamientos, esas leyes no las cambian a no ser que sea a mas. Fijemosnos en el señor Zapatero, quiere poner la jubilacion a los 67 años, pero no dice nada de los 7 años que necesitan ellos para tener el 100x100. Abra políticos que irán con sus mejores intenciones, claro que si los abra, pero se pueden contar con los dedos de la mano de uno que le faltaban 9 dedos, y no nos engañemos, cuando vayamos a votar queramos o no votaremos a individuos que van con la convicción de aprovecharse de ese sistema, y ese es el motivo de que eso nunca cambie. Estamos metidos en un circulo vicioso. Que no sea este el motivo por el cual no durmáis esta noche, saludos para todos. | |
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12-04-10 20:52 | #5077568 -> 4878827 |
Por:somu ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: Se las trae la poesía MI CANTO A EXTREMADURA Desde la tierra profunda. La que labraron mis viejos Y regaron con sudores Cada surco del barbecho. Hasta la humilde espadaña Donde la cigüeña anida Y reposan las campanas De bronce y hierro fundidas. Hermanas de los cencerros Y madres de las esquilas. Las que llamaron a misa A bodas y nacimientos Y tañeron de dolor Cuando sonaban a muertos. Desde la humilde cabaña La que cobija al cabrero. Hasta el palacio ducal Elevado en alto cerro Con más trazas de castillo Que de un hogar solariego. Desde la agreste montaña Donde se cría el rebeco Las águilas poderosas Los millares de conejos La z0rra y el jabalí La serpiente y el vencejo. Hasta la fértil llanura Imponente en campo abierto Hogar de la vieja encina Con las piaras de cerdos Las charcas y los regatos Las manadas de borregos. Desde la seca Siberia A los pantanos inmensos Donde navega la trucha La tenca, el lucio, el cangrejo Desde las Urdes a Zafra Desde La Mancha a Alentejo Cruzan miles de senderos Caminos y carreteras Veredas y vericuetos Con posadas y mesones Al servicio del viajero. Es en esta tierra brava Donde nacen mis ancestros Los que me dieron el ser El cuerpo y el pensamiento Y las ganas de vivir Y la fuerza de mis versos Siempre hablando claramente Como me enseñó mi abuelo. Aquellas gentes de bien Que ganaban el sustento Paso a paso tras la yunta Con el hocino o el liendro Cosechando de la tierra Con sudores de su cuerpo El pan para hacer las migas El tocino de los cerdos Medio saco de patatas Y un buen puñado de berros Esas gentes que en domingo Cepillaban el sombrero Y con el traje de pana Van de la plaza al paseo Parándose en la taberna Que es la diversión del pueblo. Con cuatro vasos de vino Un poco de pestorejo Las fichas del dominó El discutir de toreros Así pasaban domingos Los esforzados braceros Aquellos que no conocen Ni se preocupan por ello Lo que pueda suceder Mas allá de los confines Que son las lindes del pueblo. Aquellos que enamoraron Mirándose en los espejos De las orillas del río Y los llorones de en medio Le tapaban con sus ramas Lo que sus fuertes deseos Se derraban por la hierba Guardándole los secretos Esos hombres que miraron Un triste día a su cielo Y lo encontraron vacío Sin esperanzas ni sueños Por la avaricia del amo Por la codicia del dueño Y cargaron en sus espaldas Solo lo que tenían puesto Y marcharon a otras tierras A otros horizontes nuevos Dejándose muy dormidos Sus más puros pensamientos Tragándose la saliva Muy amarga del destierro. Esas gentes que emigraron Que vaciaron los pueblos Que se sintieron extraños Que se sintieron ajenos Que amontonaron sus cosas En cuatro palmos de suelo En cinturones de hambre De los barrios periféricos. Los que secaron sus ojos En horizontes de hierro Donde nunca se ve el sol Donde no canta el vencejo Ni anida la golondrina Ni el azor levanta el vuelo Sólo muros de hormigón Sólo paisajes de acero. Esos hombres que marcharon Son ahora forasteros En las ciudades que viven Y aún en sus propios pueblos. Allá en la tierra quedaron Solamente cuatro viejos Que se asoman al portal Cuando oyen al cartero Y se meten cabizbajos En la habitación de adentro Si la carta que traía Hoy tampoco es para ellos. En las plazas se pasea Con su gran sombrero nuevo El amo de aquellas tierras El señoriíto del pueblo El que mira descarado Aquellos senos tan tiernos De las niñas de uniforme Caminando hasta el colegio Y se le nubla la vista De los mas turbios deseos. Hoy despierta Extremadura Tu honra no tiene dueño Y voto a voto en la urna Quieres escribir tu sueño Para que tornen tus hijos Todos cargados de nietos Y que se escuchen los cantos Y se se escuchen los ecos Que en la nueva Extremadura Todos tenemos un hueco Donde aprender a luchar Donde levantar el pecho Donde escribir nuestra historia Donde sentirse extremeño. Los caminos se han tornado En veredas de cemento En carreteras de asfalto En los raíles del viento Ondean en Extremadura Nuevas banderas al cielo Nuevos sueños de colores En los nuevos extremeños. Es nuestras gentes sencillas Las que besarán tu suelo Las que llevan con orgullo El sacro nombre extremeño Los que merecen la gloria Del despertar de tu sueño En el cantar de tus campos En las aulas del colegio En los nuevos desarrollos De nuestros nuevos inventos. Ellos moverán la ruada Del vehículo moderno Ellos curaran heridas Ellos serás nuestros médicos Y enseñaran a los niños Lo que vale un extremeño Cuando le dejan pensar O cuando pone el empeño De conquistar otras tierras Lejos, muy lejos, tan lejos Ellos llevarán tu nombre Lo sacaran del infierno Y con la cabeza erguida Dirán ¡ Yo soy extremeño! Duro como el pedernal Flexible como el acero Y cuando se pone el caso Tierno, muy tierno, tan tierno. Amigo de los poetas Que cantaron vuestro empeño Con los versos de Valhondo De Lencero y de Pacheco Los que supieron poner En los versos a sus sueños. El alma de Extremadura Aunque muchos no quisieron. Hoy se levanta mi tierra Como de un mal triste sueño Y va gritándole al mundo ¡¡ AQUÍ ESTAN LOS EXTREMEÑOS!! (Autor: Paco González) | |
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