Zahínos - Badajoz

Todos sabéis, porque ya lo he dicho otras veces, de mi fascinación y mi cariño por Mirloblanco. Tengo que reconocer que al principio no me impresionó gran cosa y no compartía la admiración que notaba en el resto de los foreros. Me parecía demasiado dulce (empalagoso) y comedido para mi gusto, pero poco a poco me fue subyugando.
El misterio que le envuelve le convirtió en un mito; la sensibilidad y la serenidad que le imprimía a todos sus mensajes, en un hito... Creo que no me equivoco al pensar que esta opinión es bastante general entre los que coincidimos con él en el foro.
Éramos muchos los que soñábamos con descubrir quién estaba detrás de este personaje tan singular, pero cualquier día… se despidió “a ritmo de bolero” y se llevó nuestras esperanzas de conocerle y lo que es peor, ¡el alma del foro!
Un día se me ocurrió una idea descabellada: ¡me encantaría hacerle una entrevista a Mirloblanco! Y como las ideas, muchas veces, por descabelladas que sean, a fuerza de tratar con ellas acaban siendo como de la familia (el roce hace el cariño), encontré el valor necesario para pedírselo. Recurrí a los mensajes privados, pero tuve que esperar a que un día se le ocurriera entrar y lo leyera (se ve que no entra mucho). Me respondió que le hiciera en privado las preguntas que quisiera, que él, si era posible, me contestaría…
Este ofrecimiento en sí, ya era bastante (creo que demasiado) para que me hubiera sentido satisfecha, pero (la prudencia tampoco está entre mis virtudes) le pedí que me las respondiera en público, que sería bueno para el foro, y sobre todo, una atención con los foreros, que tanto le habían estimado.
Podría decir que me ha sido muy fácil conseguirlo, que le gustó mucho la idea y desde el principio se mostró dispuesto, pero… no fue así. Tuve que esperar a que con el tiempo y la perseverancia (así se llama finamente a la pesadez) él también se familiarizara con la idea. Un día, inesperadamente, accedió a mi petición.

Abro este hilo de conversación con el propósito de hacer la “entrevista”. Me voy a atrever a pedir que lo respetemos y lo reservemos para ello y si queremos comentar algo de lo que se diga, lo hagamos en conversación paralela. Yo le formularé la pregunta y él la responderá cuando pueda, en el mismo día o no, eso no dependerá de él.

Al fin lo has hecho. Sólo puedo dar las gracias por tu interés, Calpurnia, no me creo digno de estas atenciones. Es cierto, has insistido mucho y si se pudieran contar los privados, no sé cuantos necesitarías para escribir ese párrafo de más arriba. Soy una persona normal y corriente, carente de interés, cada día veo a miles igual tomar el metro. Si acaso poseo alguna rareza, es la de presumir de acento zahinero después de muchos años fuera, convivir con un pájaro raro con quien comparto aceitunas y de añorar Zahinos cada día.
Accedo a que se me pregunte lo que gusten, con una única condición, igual libertad que otorgo para las preguntas, espero que se me conceda para las respuestas y no adquiero ningún compromiso de revelar mi identidad. En este foro sólo soy Mirloblanco y fuera de este foro, un zahinero.

Esa ha sido una de las constantes de Mirloblanco. Has preservado a toda costa tu anonimato. Lo has defendido y has sido capaz de conseguir que no te hayamos descubierto. Sigues sin querer que sepamos quien eres y supongo que eso reducirá las posibilidades de esta entrevista. Intentaré no tocar puntos muy delicados, pero si se me va la mano, no te enfades demasiado y entiende que la curiosidad es mucha. ¿Naciste en Zahínos? ¿Viviste aquí mucho tiempo?

Sí, en Zahinos o en el campo debí nacer, y ahí permanecí hasta un 20 de enero, lluvioso, cuando Manolo Méndez me llevó en su furgoneta hasta la estación de Renfe de Badajoz, con mi talega y vine a trabajar a la construcción a Madrid. Después me incorporé a la mili, me casé y durante algún tiempo regresé a Zahinos por los veranos, hasta que, una vez desaparecidos mis padres, vendida la casa, no tenía donde pasar una noche y permanecí muchos años sin ir a Zahinos. No siempre he vivido en Madrid. Recorrí también algo Cataluña, hasta que encontré el trabajo en el que espero y deseo jubilarme bien pronto. Utilizo jubilarme como lo que es, júbilo de alegría.

Dices que te casaste, pero te defines como un viejo solitario. Alguna vez, incluso has saludado desde la soledad y la distancia y siempre, en todos tus mensajes, destilas una profunda tristeza. Tristeza y soledad.
No sé si querrás hablar de tu situación personal… Te hago la pregunta y tú decides. ¿Sigues casado?

Rompí hace mucho tiempo un contrato de tristeza compartida. De resultas de ese contrato tengo una hija a quien adoro.Es lo único que me atará a Madrid cuando me jubile.

Hemos especulado mucho sobre ti; quien será, como será… cogíamos la información que dabas y la convertíamos en pistas a seguir… (Ahora, al recordarlo, me doy cuenta de ¡cuánto trabajo nos has dado!)
El verano pasado, por un comentario que hiciste en relación con tu reciente viaje a Zahínos, pensamos que debías haber vivido por el Arroyo Judío, idea que descarté a raiz de tu felicitación de Navidad. Aproximadamente, si no quieres concretar ¿por qué zona vivías y como lo recuerdas?

Viví en la calle el alto, fui temporal vecino de tío Amaro, de los de “la muerte”, “los aguja” y de la partera zahinera, en media casa y corral entero, pero viví mucho tiempo en el campo; siempre fui algo misántropo y solitario, estaba “abraviao”, pero me gusta recordar mis buenos ratos pasados en la carpintería de Adolfo Marquez, escuchando la más descarnada historia de nuestra guerra civil a sus protagonistas; en la zapatería de Celestino Bufito, charlando de lo divino y de lo humano, tomando algún vinillo y escuchándolo hablar sobre música, manifestando su pesar por la escasa consideración que tenía, cuando es un arte y una forma de educar a la juventud. Vicente "el enterrador", el zapatero, también era buen contertulio en su zapatería. Ventura “el forestal”, una magnifica persona, en cualquier lugar del pueblo o del campo, siempre era una alegría hallarlo, siempre amable y cordial. A Ventura, durante algún tiempo lo llamé “manos mágicas”, por deleitarnos una noche sin luz en el casino de “tío” Jacinto, realizando sombras chinescas al tenue resplandor de un candil. En nuestro forzado ocio, sin televisión, y muy pocas radios, era la capacidad de cada uno para narrar alguna historia o entretener al resto de cualquier modo. Los nombrados son mi jerarquía, a quienes les reconozco autoridad sobre mi y como suelo decir “conmigo van”.
¿Cómo lo recuerdo? Como si cada vez que volviera, fuera a cruzármelos y a saludarlos, como si no se hubieran ido del todo. Recorrer las calles de Zahinos y en especial la calle el alto, es volver a escuchar a mi madre cantar, mientras tendía la ropa en el corral. Como si su presencia hubiera quedado impregnada en las casas y en las calles y aún pudiera verse el halo de su existencia en cada rincón frecuentado por ellos. No es fácil encontrar tan buenas personas y no debemos olvidar a nuestro ramillete de buena gente.

Esta no es la primera vez que recuerdas a tu madre cantando, ni la única que manifiestas tu afecto por estas personas. Tienen mucha suerte; hay alguien que les permite seguir viviendo en la memoria de todos.
Pero tampoco has podido olvidar, porque también nos has hablado de ella al menos un par de veces, a la muchacha de los ojos profundos como un océano, con quien nunca pudiste bailar. Creo recordar que dijiste, incluso, que no te importaría encontrarla aunque solo fuera para que te volviera a rechazar. ¿Fue una pena de amor? ¿Un amor imposible y, por ende, eterno?

Sobre el amor preferiría no hablar. Pero a la mujer de ojos de profundos la reencontré pasados muchos años y creo que es una magnifica persona, dueña de si, y por mucho que fantaseara yo, mejor es ella. Creo que sabe que la aprecio y que no me considero digno de ella.

No fui consciente de haber invadido una de tus parcelas prohibidas, ya que no he dicho nada que no hayas contado tú en alguna ocasión. Discúlpame de todas formas.
Además, ya llevamos tiempo suficiente leyéndonos los unos a los otros, para que sepas que, pese a los intentos por evitarlo, seguramente rozaré algún límite. ¿Te acuerdas de una conversación “La rana y el escorpión” en la que te llamé Mirloblando? Cuando abrí el foro y vi que me habías respondido (creía que estarías enfadado), pensé ¡¿por qué tengo que provocar que se enfade, si no le conozco, que parece que tengo vicio con buscarme conflictos?! Pero es que suponía que tu postura amable y dulzona era impostada. Me equivoqué como tantas veces. A lo largo del tiempo, has demostrado que no es blandura, porque eres capaz de expresar todo tipo de opiniones sobre todo tipo de cuestiones. Lo que pasa es que puedes hacerlo sin alterarte y sin que se altere nadie.
Te voy a hacer pensar un rato... ¿Quién es Mirloblanco?

Entiendo que no se me pregunta por mi identidad, puesto que desde un principio me negué a desvelarla, creo interpretar que la cuestión es otra. Mirloblanco es un sentimiento respecto a Zahinos; es más, no me importa en absoluto que cualquiera se atribuya ser Mirloblanco, si es para gritar que “quiere a Zahinos con toda su alma”, con todas sus carencias pasadas y presentes, con sus virtudes y con sus defectos, con lo que adoro y con lo que detesto, pero es mi lugar, donde me reconozco andando por la calle, donde no necesito nada para ser yo, donde me nombran por mi apodo, sin ánimo de ofender, como si fuera mi nombre. Es mi sitio, porque es el lugar donde siempre regreso,donde no necesito ni casa, ni familia, ni motivos para ir, es donde me identifico con el motivo del viaje.
El forero J.Pitera calificaba a los apodos de “casi título nobiliario” y tiene razón.
Con los recuerdos de mi paso por Zahinos, utilicé el vieldo y como si la vida fuera una tarde de buena "marea" en la era, los fui lanzando al viento y sólo guardé el grano, dejando alejarse a los sinsabores, los llantos y las penurias como molestas pajas que un día fueron.
Mi insistencia en el anonimato carece de motivación interesada, no es exceso de "ego" ni de vanidad, es únicamente pudor y mucha vergüenza a decir publicamente lo expresado lineas más arriba y no podría decirlo de otro modo. Aunque posiblemente nadie recuerde mi nombre ni mi cara.
Respecto a lo de alterarme o no, no le veo sentido a entrar en un foro a insultar, no tengo por qué estar de acuerdo con todo el mundo, puedo discrepar desde el respeto. Aunque a veces, haya tenido la tentación de contestar de forma más enérgica.

Realmente eres un gran zahinero.
Un saludo.

La expresión de tu añoranza nos ha dejado a veces sabor a sal: “Zahínos será siempre para mí, el lugar donde debía de vivir y del que salí sin maldita gana”.
Pero esta nostalgia también inspiró las que, para mí, han sido las más bellas frases que se han escrito en este foro: “Mi barrio linda por un lado con el Arroyo Judío y por el otro con el Manzanares. Desde mi casa veo la Casa de Campo, pero siempre le digo Garciálvarez…”
Mirloblanco, ¿Por qué te fuiste?

El porqué, entonces, ni pude planteármelo. Zahinos es el lugar donde debería de vivir, por ser de allí mi familia, al menos hasta dos o tres generaciones hacia atrás. Padres, abuelos y bisabuelos son zahineros, por ambas partes, aunque a temporadas han vivido fuera del pueblo acomodados, pero siempre trabajando el campo. Mi destino natural era continuar la tradición familiar, pero... la gente marchaba a Alemania, Suiza, Barcelona, Madrid, Bilbao y regresaban con un bienestar evidente, en sus ropas y en las reformas de sus casas y hablando con una satisfacción que facilmente puede ser recordada. Unos con la idea de regresar, comprar o arreglar la casa, otros, en cambio, llevándose a toda la familia.
Las condiciones de trabajo en el pueblo a principios de los años sesenta, no necesito explicarlas, mucha gente las recordará y la gran diferencia que se observaba con los emigrantes retornados en los veranos de vacaciones y por navidades. De modo que sin necesidad de buscar me encontraron trabajo en la construcción en Madrid. Jornal diario, seguro y con muchas horas extraordinarias, se me pasó el año y poco más que me faltaba para entrar en quintas.
Caí en la trampa de crearme necesidades, medio organicé mi vida con gente totalmente extraña a Zahinos y se me fueron los años sin darme cuenta. Transmigré de nuevo, Cataluña, pero era más de lo mismo. Pero el regreso a Zahinos siempre lo he tenido en mi cabeza como una posibilidad que las necesidades y obligaciones surgidas en la gente que me rodeaba, me obligaba a postponerlo. Lo digo con todo el pesar que muchas veces me invade, los obreros, aunque tengamos nuestro corazoncito, no podemos permitirnos ni elegir el lugar de residencia. Las economías liberales, pretenden y consiguen que subordinemos nuestros sentimientos y necesidades a las de la rentabilidad de las empresas y las propias.
Aunque he tenido oportunidad de realizar cosas, safisfacer, curiosidades, estudiar de mayor, cepillarme un poco la corcha, creo que hoy si pudiera agarrar de la solapa al joven de veinte años que, el viente de enero del año sesenta y cuatro, subió a la furgoneta de Manolo Mendez, le diría que regresara a su casa, aparejara su mula y echara su prevención en el tarro, porque en ningún lugar iba a encontrar el calor de lo propio y que la felicidad nunca se la iban a reportar las cosas materiales de las que muchos llegaban presumiendo. Pero mentiría si dijera que aquel muchacho no salió ilusionado... con volver.

¡¡¡¡ole¡¡¡¡ madre mia eso si que es bonito,asi he pensado yo muchas veces

Fue un día memorable. Nos mostraste un Mirloblanco furioso, malhumorado y con ganas de emprenderla contra los vecinos, que aquellos días te hacían la vida imposible:
“No creo en ningún Dios, pero a veces echo de menos a Herodes Antipas. Seguro que a los niños del piso de arriba les daba un tratamiento especial. Tratamiento para niños cafres, madre histérica y padre ausente”.
Fue para mí muy revelador y divertido descubrir que eres humano y que, llegado el momento, haces gala de una buena ración de mala uva. Decías, asimismo, que en tu entorno tienes fama de insociable, así que la pregunta viene cantada: ¿tienes muchas de estas salidas de tono? (¡Por favor, por favor, di que si!)

Si, me reconozco bastante insociable. Tengo un grupo de íntimos, muy reducido, y fuera de ahí, no cultivo el trato social. Con los años me he convertido en un viejo cascarrabias, con muy malas púlgas, carezco de comprensión hacia la bestialidad de la juventud y de la infancia. Del comportamiento de esos niños, mis vecinitos del alma, me enfado con sus padres, no con los niños. No saben qué papel corresponde a un padre, ni mucho menos, las obligaciones. Pero si conocieráis a los papás, los niños os parecerían más víctimas que cafres.
Contestando a tu pregunta, si, tengo muchas salidas de tono, con palabras que no aceptaría el foro; en mi trabajo he montado cada bronca de órdago; cuando los compañeros me ven arrugar un papel y tirarlo con fuerza a una papelera, más de uno se levanta y se marchan por no oirme.

No sé si tus esporádicas visitas al pueblo permiten que conozcas a mucha gente. Sorprendente me parecería, teniendo en cuenta estas palabras tuyas:
“No he visto a nadie. He pasado y paseado por Zahínos pero a horas solitarias, de cuatro a cinco de la tarde…” “Me he hospedado en Fregenal, en Jerez me fue imposible. No me he cruzado con nadie conocido y a pesar de eso, la sensación al pasar de la puerta de la piscina hacia las primeras calles, es la de entrar en casa…”
¿Te encuentras a veces en Madrid con gente de Zahínos? ¿Qué sientes? ¿Demuestras que les conoces? ¿Les saludas, o les rehúyes?

Cada vez conozco a menos gente en Zahinos. Pero hace unos cuantos veranos, en una de mis esporádicas y solitarias visitas, tuve el privilegio de saludar a "tía" Rosa, vecina de la calle el alto, a quien recordaba con casi cuarenta años menos, pero la conocí y me conoció.
Cuando me encuentro con algún zahinero en Madrid, depende de quien sea, lo saludo o no. Arrastro conmigo algunas manias, hoy quizás trasnochadas, pero para nosotros los viejos, dificiles de erradicar. Pero para decir verdad, casi siempre soy yo quien saluda y quien recuerda, debo de haber cambiado mucho más que ellos y por eso no me reconocen. Son pequeños placeres, sorpresas, que, de vez en cuando, me llevo.

Nosotros, los que vivimos aquí, creemos que el pueblo no cambia, pero desde el principio se han puesto muchas fotos en el foro en las que podemos apreciar que, aunque sea poco y lentamente, si que se notan los cambios. Tú, en diferentes conversaciones, has recordado muchas cosas: personas, lugares y hasta costumbres de antes de irte de Zahínos:
“…al cartero repartiendo las cartas; de forma invariable empezaba por la carretera de Higuera y continuaba hasta terminar en la calle Castillo. Las mujeres, novias y críos se amontonaban en la puerta…”
Todo esto ya no existe; también las costumbres y con ellas, la vida del pueblo, han sufrido muchas modificaciones. El tiempo que pasas aquí ¿te sientes cómodo? ¿Te gustan los cambios que se van operando a lo largo de los años? ¿Qué te gustaría que hubiera permanecido igual que en tus tiempos, qué agradeces que haya cambiado y qué cambiarías, si estuviera en tus manos?

Claro que me encuentro cómodo. He visto crecer el pueblo en ambos Garcialvarez, casas preciosas y bien equipadas, con servicios, entonces impensables, como el agua en las casas, recogida de basura, etc. También han desaparecido casi todos los animales de las casas y ahí no sé decir si es bueno o malo, a mi no me molestaba ni su presencia ni su olor, pero puede que existan razones sanitarias para sacarlos de donde se reside. Echo mucho de menos cuando voy el empedrado de las calles, pero tampoco puedo decir si es mejor o peor. Sé que es una obviedad lo que voy a decir, pero es que es verdad, para mi Zahinos, son sus gentes, las personas con las que tuve la inmensa suerte de coincidir, de quienes tuve la oportunidad de aprender y me ayudaron a formarme una escala de valores (tenían que salir) no tanto con su prosa, de la que carecían, como con su ejemplo. Sé que no pueden volver la mayor parte de ellos y para que no sean siempre personas mayores que yo, voy a citar a unos cuantos más jóvenes como Ricardo Lopez, Luis Gallego y Quico Jorobeta, tres muchachos entonces con un coraje y bondad fuera de lo común. Sólo ellos saben los sacrificios pagados para conseguir estudiar, pero entonces yo era analfabeto y lo que le veía hacer a ellos me parecía inalcanzable, con un sacrificio del que no me creía capaz. Ellos fueron quienes me motivaron para estudiar, lo poco que he estudiado.
Si pudiera, me gustaría que Zahinos tuviera Escuela Oficial de idiomas, una biblioteca más grande que la Biblioteca Nacional, un instituto de secundaria, un centro asociado de la uned, para que cualquier sueño de cualquier niño, pudiera cumplirse sin que sus padres tuvieran que decirle a ningún muchacho "hijo, no puede ser, tienes que trabajar". Me gustaría que los niños de Zahinos, pudieran soñar su futuro como algo realizable, con esfuerzo y sacrifio, pero sin llevar siempre sobre sus costillas el fatalismo de la imposibilidad por vivir en Zahinos.
Y si pudiera, desterraría el clasismo.
En definitiva, cosas de viejo solitario.

Decías un día, elogiando el foro:
“En estas páginas he hablado con paisanos con quienes nunca hablé en el pueblo, por razones de edad, o de vecindad”
¿Cómo te enteraste de la existencia del foro y qué te impulsó a entrar, escribir, compartir con tus paisanos tus poemas favoritos...? ¿Qué encontraste aquí? ¿De qué manera llegabas a enterarte de quiénes éramos los que has llegado a conocer? :
“Creo que no conocería a nadie, aunque a ti, Calpurnia, sí sé que tu verdadero nombre empieza por M”
“a Cromato67 la emparento con un señor jubilado de la benemérita institución y con dos hermanos o primos también funcionarios”
Nosotros consultamos unos con otros, nos preguntamos, compartimos la información que vamos consiguiendo… pero, en tu caso, ¿cómo llegas a la certeza de quién es un forero determinado?

En primer lugar, rectificarme, cuando puse en el anterior párrafo instituto de secundaria, pensaba en instituto donde cursar bachillerato. Y con las premuras del escaso tiempo, también olvidé poner otro deseo quizás igual de importante, como un poligono industrial más grande que el pueblo, donde los zahineros pudieran trabajar en empresas que dejaran al menos parte de su valor añadido en Zahinos.
Del foro me enteré de pura chiripa, suelo entrar a leer el periodico "hoy" y mientras lo leía ví publicidad sobre foros y entonces entré y me encontré el emocionado saludo de una vecina de la calle de pardaleras, a quien recordaba de verla jugando en la calle, mientras fui de forma regular los veranos. Y el saludo emocionado de Avelina, me pareció toda una declaración de principios, de cariño desinteresado por Zahinos.
Preguntas por CERTEZAS, no tengo ninguna. Mis referencias son de los veranos de los años sesenta, cuando pasaba allí casi todo el tiempo y aunque de forma confusa, siempre relaciono a los nombres con sus familias y con los apodos familiares, pero ya digo, certeza ninguna.
Contigo, por ejemplo, te tuve por hija de quien al final resultó ser tu tio Jacinto, pero como él también tiene hijas, de ahí mi equívoco. Me alegré mucho de ver a Margarí en el retrato circular, a otros foreros me atrevería a identificarlos por su enorme parecido con sus padres o tios, cuando tenían la edad que hoy tienen ellos. Además los retratos antiguos, como el de "tia" Eduarda "la morena" en la calle el cuerno, para mi es como una ventana al tiempo de mi vida en Zahinos. Es el tiempo amarillo en los retratos, cuales hojas perennes que han brotado de este árbol de afectos que, para mi, es el foro. Otros retratos me han permitido ver y reconocer a gente que entonces la consideraba muy alejada de mi.
Alguna forera, como Magirre, me explicó quien era en un privado y aunque mi recuerdo de ella es difuso, con ayuda de los retratos, en algunos por lo menos sé quien es.
Compartir los poemas que más me gustan, es mi forma de invitar a mi vicio, ya que no tengo posibilidad de invitar a nadie a tomar un vinillo o una cerveza, es mi forma de decir "disfrutemos juntos este manjar, ya que otros no podemos".
¿Qué encontré aquí? Afecto por Zahinos. Eso es lo que me llevó a seguir entrando y escribiendo.

Estoy convencida de que cuando te marchaste, de un día para otro y sin que lo esperáramos, te llevaste el alma del foro; más aún: eras el alma del foro y mira como quedó cuando te fuiste, desangelado, ¡desalmado!
Las razones parecen haber quedado claras:
“Como pájaro endeble, no apto para peleas, abandono la jaula, abandono el foro, levanto el vuelo”
¿Te fuiste por el cariz que tomó?
¿Por qué nos dejaste?

Por temor a resultar cansino y pesado y por no considerarme apto para disputas, careciendo de información actual sobre la situación de Zahinos y por ignorar la mayor parte de las identidades y de las intenciones.
También por carecer de tiempo suficiente para leerlo con detenimiento y por la masificación al menos de nueveos nicks, no sé si de tantas personas como nicks, pero sobre todo por falta de tiempo. Alguna vez entro y leo los privados y las conversaciones más reciente, pero poco más.

Mirloblanco...

Calpurnia...

¿Quién eres?

Espero no haber resultado gego a nadie. Mis mejores deseos para todos los zahineros, foreros o no; que sean felices.
Como un brindis imaginario, sin vino y sin tapas, levanto mi copa de versos viejos y aquí va:

Cómo me dejas que te pienses!
Pensar en ti no lo hago sólo, yo.
Pensar en ti es tenerte,
como el desnudo cuerpo ante los besos,
toda ante mí, entregada.
Siento cómo te das a mi memoria,
cómo te rindes al pensar ardiente,
tu gran consentimiento en la distancia.
Y más que consentir más que entregarte,
me ayudas, vienes hasta mí, me enseñas
recuerdos en escorzo, me haces señas
con las delicias, vivas, del pasado,
invitándome.
Me dices desde allá
que hagamos lo que quiero
-unirnos- al pensarte.
Y entramos por el beso que me abres,
y pensamos en ti, los dos, yo sólo.


Pedro Salinas (1891-1951)
¡salud y suerte a todos!

Siempre he querido saber quien eres. Te lo he preguntado de todas las formas que sé y siempre me has dejado, ¡muy amablemente!, con dos palmos de narices. Eso, a veces me inquieta y levanta mis sospechas. ¿Recuerdas el día que te dije: te guardo el secreto, siempre, claro está, que no seas… (perdona que no ponga aquí el nombre que te di)? Me aseguraste que no, pero tampoco eliminaste la posibilidad.
Me digo que no es posible, porque, aunque soy consciente de mi extraordinaria capacidad de error, sería errar más de lo que estoy dispuesta a perdonarme…
Además, a estas alturas, ya habrías aprovechado mi baja guardia para darme un estacazo que, con toda seguridad, me habría dejado en el sitio.
Pero, sobre todo, porque no cabe ni la mínima duda de que quien escribe bajo el seudónimo de Mirloblanco, tiene un corazón.
Si, a pesar de todo esto, finalmente lo eres, ojala no me entere nunca… Sería el desengaño más grande de mi vida y ¡mira que llevo!
(Te pido perdón por estos pensamientos porque sé que no tengo derecho a tenerlos; siempre he recibido de ti un trato exquisito y te lo agradezco profundamente.)
Muchísimas gracias por estos impagables ratos de conversación. No nos olvides del todo y vuelve de vez en cuando, aunque solo sea para regalarnos un poco de serenidad. A veces, es tan formidable la crispación del foro, que un paréntesis de calma le vendrá de perlas.
Y recuerda siempre que, seas quien seas, te queremos, Mirloblanco.

No os quepa la menor duda, de que Mirlo Blanco es una de las personas
más emblemáticas de Zahinos y tiene un gran corazón que no le cabe en
el pecho, aunque de pequeño era muy pero que muy travieso. ¡Saludetes a todo el forete!

Quién le escribia versos dime niña quién era
quién le mandaba flores por primavera
quién cada 9 de noviembre
como siempre y sin tarjeta
le mandaba un ramito de violetas

mirloblanco existe.inventado o no pero existe.

¡Cómo pasa el tiempo. ¡Diez años!
Lo que disfrutábamos del foro, qué pena...

Es verdad...