09-10-08 20:47 | #1275143 -> 1274666 |
Por:po y ahora ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: EL ENTIERRO Esta bien saber como se hacian las cosas antes. Un saludo | |
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10-10-08 14:02 | #1277499 -> 1275143 |
Por:cantaclaro1970 ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: COMO SE HACIA EL PAN COMO SE HACIA EL PAN CUANDO MI ABUELO ERA UN NIÑO: En el pueblo habia varios hornos y sus locales eran un tanto burdos. Junto a la pared había sujetas unas artesas de madera que quedaban más o menos a la altura de la cintura de las mujeres. El horno era de ladrillos con una puerta de hierro para poder meter el pan. La cocción del pan se hacia con leña dentro del horno que una vez hecha brasas, se amontonaba en una esquina, y con un trapo húmedo, envuelto en un palo grueso, se limpiaba el horno de ceniza. En todos los hornos habia un artefacto, llamado <<cilindro>>, que unas veces era tirado por un burro, y otras habia que hacerlo girar con una rueda. El cilindro estaba fabricado, con unos soportes, en los que montaban unos rodillos, y en los cuales se introducía la masa. En un lateral se encontraba la rueda que dependiendo del horno, hacia, girar el burro o las mujeres. Al cuidado de estos se encontraba una mujer que se le decía la hornera. Según iban llegando las mujeres, (que previamente habia pedido turno), se vaciaba la harina en la artesa, después hacían un hoyo y echaban agua y sal, y con una paleta, lo mezclaban. La hornera les daba un poco de levadura dependiendo de la cantidad de harina que iban a amasar, (ellas le decian <llua> o algo parecido). Cuando la harina y el agua se habían hecho una pasta uniforme, era transportada hasta el <cilindro>, para su refinamiento. Efectuado este trabajo, volvían a la <artesa> con la masa. Con la pala partían la masa a trozo, y los pesaban en una romana. El pan pesaba alrededor de dos libras unos 800 gramos, aproximadamente. Acto seguido comenzaban a hacer el pan y los iban señalando, para saber cada una cual era el suyo; después los iban colocando en una estantería de madera que ellas les decian el <estrado>, lo tapaban con una sábana blanca muy fina y unas mantas, o cobertores. Alli permanecía hasta que se ponía a punto (o como ellas decían que se <lluara> bien). Ese proceso duraba más o menos hora y media. Después la hornera cogía la pala y lo iba colocando dentro del horno para su cocción. A todo este proceso le decian, meter el pan en el horno. Terminada la cocción del pan, las mujeres se colocaban en fila al lado de la hornera con un trapo en cada mano, para no quemarse y al mismo tiempo limpiarlo. En el suelo descansaba unos cestos de mimbre o de esparto, y como el pan tenia la señal que habia sido hecha previamente, cada una depositaba el suyo dentro de su cesto. Cuando el cesto estaba repleto, se colocaba una rodilla encima de la cabeza para llevar el cesto, y con aquel exquisito olor a pan caliente se marchaban: y si a la salida se encontraban con alguien, no pasaban sin ofrecerle un <cachito> de su pan. La cocción del pan solía hacerla cada ocho o diez días. Decía mi abuelo ¡¡Que bonito era ir con mi abuela a amasar el pan!!. Conservo vivo en mi retina, ese olor exquisito a pan de trigo puro y caliente. Ver a mi abuela dándome la mano y su cesto a la cabeza, es algo que jamás olvidaré. EL QUE LO QUIERA LEER QUE LO LEA; Y EL QUE NO QUE PERDONE LA PESADE SALUDOS PARA TODOS. | |
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10-10-08 17:51 | #1278346 -> 1277499 |
Por:cielogris ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: COMO SE HACIA EL PAN Me encanta tu forma de describir las cosas que te contaba tu abuelo yo como soy ya un poco mayor hay cosas que recuerdo, de lo del entierro se te ha pasado que era en latin. Felicidades a mi no me aburren al contrario me distraen y me hacen volver a tiempos pasado. GRacias. | |
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16-10-08 12:32 | #1297864 -> 1277499 |
Por:antolina ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: COMO SE HACIA EL PAN gracias por contarnos esas cosas, a mi me encanta tambien. Contanos màs. Si puede precisar tambien aproximadamente en que anõ era.SALUDOS PARA TODOS | |
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16-10-08 16:31 | #1298790 -> 1297864 |
Por:cantaclaro1970 ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: PERICO EL LAÑADOR Perico el <<lañador o ojalatero>>, era un hombre atento y trabajador. Como trabajaba para mucha gente procuraba hacer bien su trabajo para así dar gusto a todos sus clientes, por lo que el <<lañador>> iba de un lado para otro sin parar, para ganarse la vida. Al llegar a un pueblo, lo primero que hacia era, con su vozarrón pregonar su llegada. Para realizar su trabajo Perico llevaba una caja de madera, sujeta por una correa, cargada a la espalda. Allí guardaba todas las herramientas para poder trabajar. En una de sus manos un <<anafre>> (como el decía). Era más o menos parecido a una pequeña estufa de forma redonda, en la parte superior, una rejilla, en donde ponía el carbón para calentar los soldadores. La parte inferior tenia una pequeña puerta para extraer la ceniza que caía de la parte superior. Un asa lo suficientemente sólida, hecha de alambre, para poder sostenerla en la mano, abajo unas patas para ponerla en el suelo. En el pueblo pronto se ponían todos al corriente de la llegada del <<lañaor o ojalatero>>, porque él, herramienta en ristre, pregonaba para que todos pudieran oírlo, y con su voz fuerte y potente decía: ¡¡Se arreglan platos, cazuelas, barreños, cacerolas ollas y cantaros de lata!! ¿hay algo que arreglar?. Cuando a Perico le daban un barreño de cerámica, partido por la mitad, sacaba de su caja de herramienta, una especie de taladro manual, con una bola que él hacia girar hacia arriba y hacia abajo; comenzaba haciendo unos agujeros en ambas partes del recipiente y una vez hecho este menester lo iba ajustando con lañas que las dos mitades quedaban unidas; terminado este proceso echaba una pasta blanca y el barreño quedaba listo para ser usado con toda tranquilidad. Para las cacerolas, pucheros y recipientes de latas usaba estaño o remaches; eso dependía del lado en que se encontraba el agujero. ¡¡ Lo cierto es que Perico, lo arreglaba casi todo!!. Perico trabajaba en la calle sentado en la puerta de todas aquellas mujeres que requerían sus servicios. Una vez que había terminado su trabajo Perico recogía su herramienta para volver a pregonar: ¡Se arreglan pucheros, cacerolas, y baños!. De esta forma recorría una y otra vez el pueblo buscando algo que arreglar y poder ganarse algún dinero. En todo este deambular Pedro era seguido por los niños del pueblo a los que les encantaba ver como trabajaba. Para muchos de ellos fue una experiencia inolvidable conocer a Perico el <<lañaor>>. Así que gracias a todos aquellos niños el <<lañaor>> no queda´ra en el anonimato. Hoy todos somos abuelos; pero recordamos con gran ternura a quien todos llamábamos <<Perico, el del chimchimporro>>. Un lañador es el que a través de lañas compone objetos rotos. Una laña es una pieza metalica usada para unir y sujetar dos cosas. | |
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16-10-08 17:26 | #1298987 -> 1298790 |
Por:cantaclaro1970 ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: Mi abuelo materno nace en Ribera del fresno un Martes 2 de Octubre del 1.909 en la calle Larga, y fallece en Sevilla un Lunes 3 de octubre de 1.994 a la edad de 85 años y horas, estos lo escribe por la de cada de los años 20, tiene aproximadamente 80 o 90 años los escritos, su bisabuelo era según tengo entendido muy aficionado a leer y a escribir su abuelo y mi abuelo sigue los pasos de su ante pasados como curiosidad, tengo crónicas del pueblo datadas en el 1.823, tengo otra anteriores de dificil lectura, tenemos en casa de mis padres cuatro arcones creo que son porque a pesar de que tienen borriquetes como los baúles estos son cuadrados y tienen tres borriquetes cada arcón, son bastante grande como están ahora llenos de papeles se necesitarían por lo menos seis hombres para moverlos, cuando mis padres falte lo mas lógicos que se depositen en algún lugar en Ribera, casa de la cultura , museo histórico de costumbres populares o algo por el estilo. | |
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17-10-08 16:41 | #1302950 -> 1298987 |
Por:cantaclaro1970 ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: LA MONTANERA El haber nacido en Extremadura, es quizás lo que me ha hecho amar tanto la naturaleza, pues toda ella invita a soñar. Ver sus paisajes indescriptibles por su belleza, hace que me sienta como en el propio Edén. Los trigales, el romero, la higueras, sin olvidarme de la encina. Los encinares de mi tierra, han sido y son uno de los mas bellos poemas que jamás se ha escrito. Contemplarlas me ha despertado ternura y me han dado inspiración. Así que ellas no podrían faltar en mi recuerdo. A primero de Noviembre el fruto de la encina había madurado, y se encontraba listo para ser recogido. Entonces, el amo de la finca ordenaba al encargado buscar los braceros necesarios, para la recolección de la bellota. El equipo se componía de hombres y mujeres. Como bien es sabido, en Extremadura hay muchas dehesas, pero quiero referirme a una en concreto. La finca de la que hablo, se llamaba y se llama <<Radrojo>> y se encuentra a unos pocos kilometros de Ribera. El equipo contratado por lo general, se componía de jóvenes, aunque no faltaban gente mayor con experiencia. Todos madugraban, pues aunque alguien disponía de burro donde poder montar, la mayoria hacian el camino a pies y tenían que estar en la finca a las nueve de la mañana. No iban muy alimentados, ni bien calzados, pero todos caminaban con gran ilusión de poder trabajar en la <<montanera>>. En la dehesa después del capataz había un hombre que se le decía el <<aperao>> y él era quien deba la orden de iniciar y finalizar la jornada. Por la mañana se comenzaba a trabajar a las nueve y no se paraba hasta la hora de la comida. Solía ser entre la una y media o dos de la tarde, y para comer se disponía de media hora. Despue de la comida se reanudaba el trabajo hasta el anochecer. Los braceros llevaban su comida en una tartera, que aunque no era abundante, eso no les restaba nada para ser feliz. Los hombres a los que se conocía como los <<vareadores>>, porque vareaban con una vara gruesa y larga que estaba enganchada por unas correas a otro más corto que giraba, y al golpe se caía el fruto. A aquel artefacto le llamaban <<Zurriaga>>. Las mujeres estaban debajo de la encina con unas espuertas o esportillas. Con las manos recogían las bellotas y las echaban en la espuertas, que una vez repletas eran trasvasadas a unos cortarles, que un hombre iba atando y le llamaban el <<atador>>. Los sacos eran cargados en un carro de bueyes y llevados a un almacén para después exportarlos. Radrojo es una dehesa grande, que en aquella época acogía a una cuarentena de familia y casi todas fijas, las cuales vivían en los chozos, pero a los que venían de fuera sólo temporalmente se les daba un chozo para vivir el tiempo que duraba allí su estancia. Cada obrero de la finca tenia su misión : primero el administrador que vivía en casa del amo. Después, el guarda, el aperao, los pastores, y les seguían los cabreros acompañados del zagal y finalmente los porqueros y los gañanes. El cometido de estos últimos era hacer toda la faena del campo durante todo el año. Al terminar la montanera llegaban los temporeros, descuajaban todas las maleza y podaban las encinas, a los que se le denominaba hacer la corta. La leña que habian talado, era empleada para hacer el carbón de encina; ya que aquellos años era imprescindible por tener gran variedad de usos. Uno de los mas aplicados era el de la cocina, pues en todas las casas había fogones con unos hornillos de hierro y ahí se echaba el corán y se guisaba. Por entonces en la finca había gran cantidad de cerdos, y eran cebados con las bellotas. Todos de color negro. (de ahí el denominado jamón de pata negra) Como en la finca casi todos los que trabajaban fijos eran gente joven, el tiempo que duraba la montanera, se convertía en una fiesta para ellos. Todas las noches después de cenar, se juntaban << los mozos y mozas>> hacían una gran hoguera y alrededor de ella, se ponían a tocar la <<zambomba>> y a cantar canciones, romances, o coplillas que ellos mismo inventaban. Su diversión era excelente y todos lo hacían, con una alegría que era transmitida a todos los demás. Sus coplas, romances, y canciones decían más o menos esto: ¡Madre, Francisco no viene, madre Francisco ya tarda! ¡Calla tonta, calla boba no seas disparatada, que en tiempo de sementera anda la gente ocupada! Este romance se cantaba mucho en el pueblo antes de las vanidades y se tocaba la zambomba. Tambien esta cancion era muy popular: Ya está el pájaro bobo puesto en la esquina, esperando a que salga lagolondrina, del terebol cara cara col la golondrina. O esta otra que bailaban: Hay chunda la Maria cachunda hay chunda la del polisón hay chunda la la, señoritas que llevan el polisón era cosa de reir, era una sartén sin rabo, una escoba y un badil. Los cantos eran interminables, ademas de que en ellos transmitian sus decires, sus alegrias, sus amores y sus risas. Me pegó mi maire, me pegó mi güela pur andar anochi de ronda y de juerga. Molo, molondrón molondrón, molondrera. Así pasaban algunas horas yuntos a la hoguera con sus canciones y bailes, asando bellotas, que era todo lo que comían o bebían. Pero creo que aquella juventud de la dehesa fue extremadamente feliz. No podía falta mi recuerdo y mi cariño para todos ellos. | |
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18-10-08 21:44 | #1306982 -> 1302950 |
Por:MEILA ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: LA MONTANERA Hola, Gracias por los relatos de tu abuelo. Eso me lleva mas a como era el pueblo de mi familia, abuelos, madre, tias, tios..... Al leer las canciones mi madre las iva cantando.... Ah! mi abuelo era Cano el de los pozos Hasta pronto! Besos | |
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19-10-08 20:38 | #1309337 -> 1302950 |
Por:cielogris ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: LA MONTANERA Yo de esto no recuerdo nada, lo que si recuerdo es a una señora que vendia bellotas por las casas o las cambiaba por otros alimentos, mi madre cambiaba por garbazos y otras cosas y mis hermanos y yo las asabamos en el brasero de cisco o en la candela que había en la cocina. Gracias por contarnos estas cosas, son recuerdos que debemos mantener. | |
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19-10-08 23:39 | #1310155 -> 1302950 |
Por:cantaclaro1970 ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: EL AFILADOR El afilador solía venir con frecuencia al pueblo. Era alto, un tanto delgado y vestía un delantal de tela bastante fuerte y largo, con un bolsillo grande en la parte delantera. Traía una especie de cajón de madera, con una rueda grande y dos patas que sujetaba, para empujar y andar por todo el pueblo. Para que todos supieran que había llegado, tocaba un silbato y todo aquel que tenia algo que afilar, bien tijeras, cuchillos u otras alguna cosa, se lo dejaba perfecto. Se paraba en todas las puertas, donde le llamaban, para realizar su trabajo. Las dos patas, con que empujaba su artilugio, las apoyaba en el suelo,daba la vuelta a la rueda que se ponía en pie, ya que en la parte superior se encontraba la piedra de afilar. La rueda llevaba una correa que él hacia girar con el pie desde un lateral y asi efectuaba su trabajo. El silbato del afilador tenía unas notas tan suaves y peculiares que casi siempre estaba rodeado por los niños. Al oírle éstos iban tras él como si se tratarse del <<flautista de Harmelin>>. Los afiladores casi todos venían de Galicia. Al contrario que los hombres de otros oficios, que venían al pueblo y dialogaban con los clientes, este afilador era muy parco en palabras, todo lo decía a través de su silbato. La última vez que vi al afilador fue una tarde de otoño que había llovido. El suelo estaba mojado y el sol brillaba un tanto débil. Pero en el cielo se veía el arco Iris con sus bellos colores. El afilador se perdió calle abajo al son de las cálidas y melodiosas notas de su silbato. Con frecuencia he vuelto a ver afiladores, que al igual que todo, ellos también han evolucionado. Pero no puedo olvidarme de aquella tarde de otoño en la que por última vez oí las notas del silbato del afilador. | |
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21-10-08 17:19 | #1316957 -> 1302950 |
Por:cantaclaro1970 ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: EL MOLINERO Andrés, el molinero, era un hombre de mediana edad. Vestía un pantalón de pana color miel y una chambra de un gris oscuro. Se cubría la cabeza con un sombrero de paño negro que debido al polvo de la harina tenía su color un tanto confuso. Ver a Andrés por el pueblo con su borrico cargado con costales de harina y parado en las puertas, atado a las ventanas de las casas, era habitual; por lo que me biene a la mente el dicho: <<Te para más que el burro del molinero>>. Cada mañana Andrés corria las calles del pueblo en busca de grano para moler. Su trabajo no era pagado en metalico sino en trigo, cebada, avena o centeno. Si molia un quintal de trigo, él se quedaba con un celemin. El nombre que se le daba a la forma que tenia el Molinero para cobrar era <<maquila>> . Andrés gozaba de una clientela por lo que nunca le faltaba grano para moler. A unos le molia una fanega (46 kilos), a otros media fanega (25 kilos). Tambien tenia clientes que solo podían moler una cuartilla (12 kilos). Los costales para el grano eran de lino y los elaboraban las mujeres mayores del pueblo, las hilanderas. ¡Era admirable contemplar como manejaban la rueca y el huso!. Cuando las hilanderas habian terminado, éstos eran transportados a los telares que habia en el pueblo. ¡ Las tejedoras eran de lo mejor!. Después que el lino habia sido tejido, otras mujeres se encargaban de la confección de los costales, que servian para varios menesteres. El molino de Andrés era artesanal. Funcionaba con dos ruedas de granitos y una aspas; una entrada de agua y otra de salida, que era lo que hacia girar el <<rodesno>>, es decir, las ruedas. El molino se encotraba situado no muy lejos del rio, del que canalizaba agua a lo que llamaban <<cauce>> El molinero y su familia habitaban una casita al lado del molino. En la puerta habia una higera y un frondoso sauce. Los atardeceres en el molino. oyendo el murmullo de las aguas del rio y los arboles agitando sus hojas cuando habia un poco de viento, daba la sensacion de haber salido de un cuadro de vivos colores para posarse en la naturaleza. Andrés trabajaba sin descanso y cuando habia molido trigo u otra clase de grano, si era mucha la cantidad, lo trnsportaba en dos mulos y el burro. Los clientes recogian su harina y al dia siguiente, algunas mujeres, iban al horno para amasar ellas misma el pan. De esta forma tan sencilla pasó su vida Andrés, el molinero; pero eso no le impidió ser un hombre honrado y afable con los demas, ni cantarse una copla que otra cuando venia de camino hacia el pueblo para recoger el grano. No vayas al molino a media tarde, que de ti el molinero puede prendarse. Andrés se fue haciendo mayor, y llegó un dia en que no pudo volver a trabajar. En el pueblo montaron una fabrica de harina y, poco a poco, todo empezó a cambiar. ¡¡De esto hace ya muchos años!!. Pero creo que aquel hombre, que fue un luchador nato, es digno de mención y respeto. | |
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21-10-08 17:59 | #1317148 -> 1302950 |
Por:cielogris ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: EL MOLINERO Cantaclaro me encantan sus historias, me gustaría que contaras algunas sobre las lavanderas del pueblo, si esas señoras que se ganaban la vida lavando la ropa de otros en el rio, el pilar o el "peo". Seguro que su abuelo también le contaba historias sobre estas personas. Muy agradecido | |
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25-10-08 19:57 | #1334039 -> 1302950 |
Por:cantaclaro1970 ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: LA LAVANDERAS Los Pilones es un salto que tiene el rió en el camino de los Santos, no está lejos del pueblo, todo el camino esta lleno de huertas y es donde mayor mente lavan las hortelanas y demás gentes del pueblo, a primera horas del dia se ve un ir y venir de carros y burros, con un agua cristalina que es una gozada verla caer con un olor a higuera y azahar. Siendo niño solía acompañar allí a mi abuela. Ese día para mí era maravilloso. Otros lugares donde la mujeres ban a lavar son: El Peo en el camino de Hinojosa al lado del tejar que esta en el rejago, otro a la salida del cerro en el teja de la zorita, otro rejagito abajos donde se une con el rió en la Pesquera pasando el pasil frente al pozo de la bomba, donde se coje el agua sin cuerda con el cubo sola mente y, otro en el Pilar de las monjas a la salida del camino de Villafranca. Sus bellos entornos siguen vivos en mi retina y, al cerrar los ojos, aún me perece ver a las lavanderas, agitando sus brazos al enjabonar su ropa y la espuma caer al agua. El murmullo de sus voces, el canto de los pajaros y el olor de los huertos invitaban a soñar. Todas las mañanas las mujeres que tenían ropa que lavar se cargaban a la cabeza un cesto de mimbre o cañas y debajo una rodilla y, sin sostenerlo con la manos, portaban su carga con gracia y soltura. La <<rodilla>> es una rueda que las mujeres hacían de tela bastante gruesa para que el cesto no le lastimase la cabeza. Resultaba preciosas ya que las hacían de colores y ponían una especie de tira para poder colgarla en las paredes de sus casas. Según la medida del cesto se hacía la <<rodilla>>. Como en aquel tiempo todas las casas carecían de agua corriente se podía ver a muchos hombres con sus burros cargados con aguaderas y cuatro cántaros ir a buscar el agua a los pozos o a los pilares. Cuando las lavanderas llegaban al lavadero lo primero que hacían era coger <<pradera>>. Esto consistía en reservar sitio en el suelo, en el que debido a la humedad de la ropa siempre había hierba y verdaderamente todo alrededor del lavadero era una hermosa pradera. Priemero enjabonaban la ropa y la tendían mojada para que pudiera darle el sol, así era como quitaban las manchas. A esto lo llamaban <<echar un grano>>. Esta operación se repetía dependiendo de la suciedad de la ropa. Cuando estaba limpia, la aclaraban y la ponían a secar, bien en las paredes de los huertos, en algún zarzal o arbusto. Pero en los días de primavera y verano se llevaban a casa la ropa seca y doblada. Era admirable ver la ropa tendida en la pradera. Todo aquello parecía como si una bandada de paloma blancas se hubiesen posado allí para descansar antes de iniciar su vuelo. A medida que las mujeres lavaban la ropa no faltaba los comentarios de todo lo que acaecía en el pueblo; unas veces lo contaban tal como había pasado y, otras algo desfigurado o exagerado. ¡ Pero allí todo se sabia!. Pasaron los años y con ellos llegó el progreso. en las casas se instaló el agua corriente y se compraron lavadoras. Para el bien de todas las mujeres. Pero si se va a esos lugares donde se lavaba, en una apacible noche de primavera, cuando la luna se baña en los solitarios lavaderos, es muy probable poder oír susurar las voces de todas aquellas lavanderas. | |
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25-10-08 21:57 | #1334423 -> 1302950 |
Por:CIELOGRIS ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: LA LAVANDERAS Muchas gracias por atender mi petición, ha sido muy grato recordar estas cosas sobre las lavanderas. | |
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25-10-08 23:05 | #1334603 -> 1302950 |
Por:cantaclaro1970 ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: GUILLERMO EL TRAPERO El viejo Guillermo caminaba por pueblos y calles, aunque contaba muchos años, pero eso no le impedía ser tenaz y trabajar día a día, con una ilusión muy peculiar en él. ¿Cuantos años contaría el viejo Guillermo?. Vestía un traje de pana negro, las mangas de su chaqueta un tanto raídas y en el lado derecho de la pierna del pantalón llevaba un remiendo cuadrado, que, por lo vivo de su color, denotaba que el traje tenia bastante tiempo. Su piel arrugada y tostada por el sol y el viento de los duros y fríos inviernos. No tenia más compañía que una mula a la que llamaba <<cascabelera>>, y un carro medio destartalado que, al andar, daba la sensación de que sus ruedas gemían, pidiendo ser engrasadas. Guillermo era uno de esos tantos traperos que hace años iban por ciudades y pueblos, recogiendo Alpargatas, gomas y trapos viejos. A cambio, daba unos cacharros de escaso valor o unas algarrobas, todo dependía de la cantidad de trapos o gomas que cada uno tuviera para cambiar. Por tanto los niños, como las mujeres, se sentían felices, ya que las circunstancias de aquellos dificiles años no permitían exigir mucho más. El anciano caminaba por carreteras, camino y angostas veredas. Si la noche le sorprendía lejos de algún pueblo se cobijaba en el interior de su carro, que estaba cubierto por un toldo de lona, sujeto por unos hierros en forma de arco iris. Eso le permitía resguardase del frió y del calor. El carro de Guillermo era algo especial; llevaba un bonito atalaje, estaba pintado de un marrón confuso y lleno de unos remaches color oro que le daba un realce un tanto alegre. En el cuello de <<cascabelera>> había una correa, de la que pendían unas campanitas, las cuales tintineaban al paso del animal. Cuando Guillermo llegaba a los pueblos, todos los niños corrían a darle las gomas y los trapos viejos que habían ido guardando para cambiarlos por lo que el trapero llevaba dentro de su carro. Así pasaba la vida el viejo trapero. Consumía sus años trabajando con gran esfuerzo y en soledad, desde que su mujer murió. Tenia hijos, pero debido a la situación que estos atravesaban poco podían ofrecerle, y el anciano prefería trabajar y no ser una pesada carga. Un dia el trapero llegó a un pueblo que no era muy grande ¡ pero era tan bonito!; ¡¡sus casas blancas, y sus calles tan limpias, le daban aspecto de una estampa navideña!!. Los habitantes del pueblo se encontraba contentos porque daba la casualidad que era el día de Nochebuena. Al ver a Guillermo todos le saludaban con una cordial bienvenida y los niños corrían con gran alborozo detrás del carro. Aquella tarde después de dar vueltas por el pueblo el trapero se dirigió a la posada en la que por costumbre se hospedaba; era humilde, pero tanto <<campanera>> como él estaban cobijados por un techo. El posadero al verle, dio muestra de alegría y le ofreció una silla junto al fuego. La mujer del posadero le obsequió con dulces que ella había elaborado con motivo de las fiestas. Con una cena sencilla y rodeado de atenciones pasó el trapero esa hermosa y significativa noche. Amaneció el dia de Navidad; un dia frió pero soleado. El trapero se disponía a abandonar el pueblo para continuar su camino. ¡De pronto, oyó el griterío de los niños que llegaban para despedirle!. El anciano notó que entre todos ellos faltaba uno, que era muy amigo del suyo. Así que preguntó: ¿dónde se ha quedado Julian?. Los niños casi a un tiempo respondieron: es que su madre ha muerto, y él está solo en casa. El trapero se quedó un tanto pensativo, con la mirada fija en el horizonte, sin tan siquiera reflexionar, echó a andar calle abajo y se encamino hacia la casa de Julián. Guillermo encontró la estancia fría y casi sin luz, y sentado frente a la apagada chimenea a un niño de unos diez años, con los ojos enrojecidos por el llanto. Julian tenía parientes pero ninguno de ellos rebosaba en la abundancia, así que había determinado llevarle a un orfanato. Guillermo le rodeó con sus brazos y acariciándole, dulcemente, saco un pañuelo de uno de sus bolsillos y secó el llanto de su mejillas. Entonces con voz firme le preguntó: <<¿quieres venir conmigo?>>. No tengo mucho que ofrecerte pero al menos ninguno de los dos nos sentiremos solos. El niño con un hilo de voz respondió que si, que iría con él a recorrer los caminos. Cogido de la mano echaron a andar hacia donde se encontraba el carro y <<Campanera>>. Guillermo con una sonrisa y un tanto emocionado le decía: <<¡voy a enseñarte ciudades, hermosos atardeceres, la luna cuando sale!, ¡¡ y verás a los jilgeros, a las palomas torcaces y oirás a la perdices cantar por los olivares!! ¡ Y de paso por el río, entre juncos y zarzales, viven patos que se bañan cuando declina la tarde! ¡¡ Si miras a las estrellas sentiras cómo tu madre, se esconde detrás de ellas y no deja de velarte!!. Pasó tiempo y el trapero no habia vuelto por el pueblo. Una mañana oi a los niños en la calle y me asomé a la puerta. ¡Alli parado ante mi puerta estaba él!. Julián habia crecido mucho y por su sonrisa se adivinaba que era muy feliz. Guillermo habia envejecido, pero conservaba aún sus energias para trabajar. Así que no pude evitar que las lagrimas nublaran mis ojos al ver cono se alejaba calle abajo feliz con Julian pregonando. <<¡Niños qué llega el trapero, dadme trapos que os cambie!>>. | |
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26-10-08 11:47 | #1335243 -> 1302950 |
Por:CIELOGRIS ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: GUILLERMO EL TRAPERO MARAVILLOSO. | |
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26-10-08 20:19 | #1336367 -> 1302950 |
Por:antolina ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: GUILLERMO EL TRAPERO muchas gracias te leo siempre con mucho placer y se lo leo a mis padres y tio que viven muy lejo de ribera. MI padre se acuerda de un lañador que se llamaba cecilio. Puedes contarnos algo de las bodas y de navidad. GRACIAS | |
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27-10-08 18:03 | #1339421 -> 1302950 |
Por:cantaclaro1970 ![]() ![]() | ![]() ![]() |
EL PORQUERO DEL CONCEJO Y EL CABRERO Aún hoy resuena en mís oídos el ruido de aquella caracola, que cada mañana muy temprano, se oía en el pueblo. Era la caracola del porquero avisando a los que tenían cerdos que llegaba la hora de recogerlos. El porquero era un hombre ataviado con unos pantalones de pana, una chambra, una gorra, una especie de mochila de tela en bandolera (llamada morral) y una garrota colgada de un brazo, pues las manos las llevaba ocupadas por la caracola, que hacia sonar con fuerza, hasta que había recogido a todos los cerdos que guardaba en su manada y él, lo mismo que todos los del pueblo, les dábamos el apelativo de <<guarro>>. Los dueños de los cerdos al sonar la caracola, les abrían las zahúrda de los corrales, y las cuadras, era curioso de cómo aquellos animales corrían detrás del porquero. Cuando les había reunido a todos en el descampado del Cristo Viejo se los llevaba a una dehesa cerca del pueblo. El porquero pasaba todo el dia con los cerdos, como si de una guardería se tratase. Algunos llevaban una señal (lo que no recuerdo es si todos iban señalados). Lo sorprendente de todo esto es que, a la caída de la tarde, volvían de nuevo al pueblo y cada uno se iba entrando en su casa a todo correr. Los dueños les tenía preparada la comida que ellos engullían a toda prisa. Luego cada uno era encerrado, bien en la cuadra o en la zahúrda del corral, hasta el dia siguiente que tocaba de nuevo la caracola. Siempre me admiré y aún lo pienso de cómo aquellos cerdos sabían ir solo a su destino. Con las cabras había otro hombre pero aquél no tocaba la caracola. Las reunirá a todas y al igual que los cerdos sabían volved solas a casa. El rebaño, contaba con un macho, al que le decía <<el macho de la cabra>> su misión era la de cubrir a las cabras, para que pudieran tener descendencia. En casa de mi abuela había una cabra que echaba a <<la cabrá>> como ella decía. Era entre blanca y marrón y tras ordeñar la tomaba su leche en un baso de lata blanco o otras veces rojo. La encontraba tan exquisita que aún hoy añoro su sabor. He querido tener un cariñoso recuerdo para el porquero y el cabrero, ya que guardar el ganado era su oficio y su forma de vivir y para ellos, no había domingos ni días festivos. trabajaban con lluvia frió y con calor. Lo que antaño para mi fue una distracción se ha convertido en admiración y cariño, por el porquero y el cabrero, espero que donde se encuentren disfruten de un merecido descanso. | |
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27-10-08 18:27 | #1339564 -> 1302950 |
Por:cantaclaro1970 ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: EL LEGAJO DATA DESDE 1.917 A 1.930 Estos escritos los tiene mi abuelos fechados entre mil novecientos diecisiete y mil noveciento treinta, en este legajo de antiguos oficio están todos los oficios de esa fechas de artistas y campesinos, es como se titula el legajo. P.D. Conjunto de papeles reunidos por tratar de una misma materia. | |
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01-11-08 19:46 | #1359693 -> 1302950 |
Por:cielogris ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: EL LEGAJO DATA DESDE 1.917 A 1.930 Cantaclaro 1970 hace varios días que no escribes las historias que te contaba tu abuelo, ahora que estamos en la fiesta de la chaquetía podrias contarnos algo sobre esta tradicción. MUY AGRADECIDO | |
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03-11-08 17:45 | #1365119 -> 1274666 |
Por:rubiopayeta ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: EL ENTIERRO Gracias por su historia que fue muy real y sincera de como eran aquellos tiempos. Un saludo | |
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21-11-08 08:58 | #1436857 -> 1365119 |
Por:cantaclaro1970 ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: ME LO CONTABA MI ABUELO: OFICIOS PERDIDOS El otoño, poco a poco, se aleja para dar paso al invienrno; los árboles, desnudos, parecen gemir al ser azotados por el viento. La lluvia golpea los cristales de mi ventana; sentado ante el fuego, oyendo el crepitar de la leña, he cerrado los ojos y me ha parecido que el tiempo esta detenido en la década de los años de principio de siglo (1.900). Por unos instantes he crído ser de nuevo un niño que corria por las calles de mi querida Ribera.Ensimismado en aquellos recuerdos he tenido la sensación de oír en la calle las voces de los hombres que con frecuencia visitaban el pueblo para ganarse la vida con los distintos oficios que de niños había aprendido. Con senciller y cariño a tan grato recuerdo quiero hacerles, a todos ellos, un homenaje, y sacarles del baúl del olvido, aunque sólo sea por unos instantes, y así poder dejar constancia de todo lo que trabajaron a lo largo de su vida. | |
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