La Coronada - Badajoz

La realidad de las familias cada vez es más compleja, ambos padres trabajan largas jornadas fuera del hogar, horarios escolares amplios con multitud de actividades extraescolares para los niños, vecinos a los que apenas saludamos ni conocemos, familias rotas...

Nuestros hijos, se encuentran muchas veces solos, a menudo las familias no saben qué hacer cuando tienen que recogerlos del colegio.

En esta compleja situación aparecen los abuelos. El abuelo puede regalar a sus nietos el don más precioso, tiempo y dedicación. Los abuelos siempre están ahí, son pacientes, cariñosos, sacrificados, están cuando se les necesita y se retiran discretamente cuando “sobran”.

En no pocas ocasiones sufren la incomprensión de nosotros, raramente les damos las gracias por su disponibilidad y entrega, simplemente nos acordamos de ellos cuando hacen falta y punto. Usamos su casa como si siguiera siendo la nuestra aunque ellos no usen la nuestra como si fuera la suya.

El nieto encuentra en el abuelo a la persona que le quiere como es, que no le juzga, que está siempre cuando le necesita. Y cada vez más el nieto recibe de los abuelos la comprensión que quizás no vean en sus padres, que lamentablemente por la falta de tiempo de las largas jornadas de trabajo no les pueden dedicar.

¿Qué haríamos sin ellos?


Saludos.

Cuanta razón llevas en tus comentarios, yo al menos así lo veo desde mi perpectiva como abuelo que soy.
Escribí unos versos en los que trato de entender el entendimiento entre los balbuceos y llantos por parte de los nietos y la palabra y el gesto de los abuelos/as.
Al final siempre aparece el entendimiento con forma de sonrisas.

CARICIAS DE NIETOS

Me miraba el chiquitín
dibujando pucheritos
y una lágrima infantil
resbala de sus ojitos.

No sabiendo yo que hacer
para ahuyentar su quebranto
mis manos entrelacé
como palomas volando.

La carita compujida que
que al principio me mostraba
se ha pintado de alegría
y de mariposas blancas.

Cinco lobitos bailando
tiene el abuelo en su mano
y el querubín sonriendo
amaneceres de mayo.

Cuantas cosas me pregunta
con sus ojos entornados
cuando aproximo mi cara
a sus diminutas manos.

Me dibuja una caricia
con la yema de sus dedos
y una lágrima resbala
de los ojos del abuelo.

Como poder describir
un sentimiento tan viejo
tan sencillo de sentir
cuando te acaricia un nieto.

Bonito poema Antonio, sin duda desde tu perspectiva de abuelo estas más sensibilizado de este gran problema.

Ya hemos hablado de la inestimable labor de los abuelos como cuidadores o canguros de sus nietos, y a veces se ven sobrepasados por una responsabilidad que, en realidad, no les corresponde a ellos.

Lamentablemente, no solo se tienen que hacer cargo de los nietos, debido a la crisis que nos asola, también se están haciendo cargo de muchas familias

A la luz de esta realidad, está claro que, ya sólo por hacer de cuidadores de sus nietos, los abuelos constituyen un aporte económico importante para las familias españolas, pero, cada vez son más los casos en los que nuestros mayores, además, contribuyen a la subsistencia del núcleo familiar ayudando con lo poco de sus pensiones en los pagos de hipotecas y créditos, pagando la alimentación o las actividades extraescolares de los nietos, o asumiendo gastos de ropa y calzado.

Según un estudio realizado por algunas asociaciones, sus reducidas pensiones se convierten en el único ingreso del núcleo familiar.

Esta situación se repite también en las familias sin nietos, son muchos los adultos de entre 30 y 50 años que se encuentran en situación de desempleo y no tienen más remedio que volver al domicilio familiar y vivir gracias a la ayuda paterna.

Nuestros mayores están acostumbrados a arrimar el hombro y salir airosos de las dificultades, sin embargo, es una verdadera pena que estén pagando las consecuencias de esta crisis justo cuando, después de todo lo que les tocó vivir, parecían haber alcanzado una situación de mayor bienestar. Por suerte, ellos se lo toman con mucha filosofía y, sobre todo, con mucho amor, para ellos lo primero es su familia, incluso por encima de su propia salud.

¡¡Que haríamos sin los abuelos!!




Y cuando no los necesitamos “PUERTA”



Saludos.

Triste historia. Por suerte todavía hay muchas familias en que los abuelos no estorban, bien al contrario, además de ser una gran ayuda, también se les quiere y se les respeta.

Saludos