Para los que no conozcan el pueblo, vamos a comentar un poco como eran estas fuentes, todas ellas parecidas a la que aparece en esta fotografia.
El autor nos presenta una toma vista desde arriba. Los alrededores del pueblo estan llenos de estos pequeños manantiales, que afloran desde la tierra durante todo el año; se puede decir que en casi todos los cortijos y fincas existe su manantial correspondiente. Tambien es normal verlos cerca de los caminos mas frecuentados. Para distinguirlas mejor, tal como aparece en la fotografía, alrededor de la fuente tienen cuatro paredes lucidas y pintadas de blanco; muchas de ellas tienen una pared principal, que sobresale del terreno un metro aproximadamente, con una alcayata en el centro, donde se colgaba el corcho para beber. Cada caminante que lo usaba, tiraba el agua sobrante después de haber saciado su sed, fuera de este pilón y continuaba su marcha, como si fuera un peregrino.
Todas las fuentes del pueblo tienen su identidad correspondiente y muchas de ellas tambien tienen su historia. En cuanto a la calidad de sus aguas, muchas de ellas tienen aguas ferruginosas, ó jerrumbrosas, como decimos aquí. Las que peor lo pasaban eran las amas de casa, ya que a la hora de hacer la colada usaban montañas de jabón para lograr que su ropa quedase blanca.