La Codosera - Badajoz

En este mes de Agosto que se nos va, he visitado el cementerio un par de veces. Los mas allegados del difunto tenemos la costumbre de permanecer en el campo santo hasta que el albañil ha terminado su trabajo, cerrando el nicho correspondiente.

Otra costumbre que tenemos es la de visitar otras tumbas de gentes conocidas ó de familiares, que reposan en este lugar. El nuevo aire que el ayuntamiento le ha dado a este espacio lo dignifica, y desplazarse por sus calles, estrechas las antiguas y amplias las más recientes, es una practica cada vez más habitual de muchas gentes.

Me llamó la atención el orden de los enterramientos. Son filas de cuatro unidades, que van de arriba hasta abajo. Unas a continuación de las otras. Ultimamente es costumbre de colocar en la lápida, la fotografía del fallecido ó fallecida. Mirando hacia los últimos enterramientos, tienes conocimientos de los más recientes que se fueron de una forma cronológica.

Parece ser que los familiares, en el momento de comprar el nicho, no pueden adquirir el que se encuentra a distinta altura, es decir del primero hasta el cuarto, si no que ha de ser el que esté a continuación del anterior en ser ocupado. Ahora bien, el ayuntamiento le puede vender una sepultura vacía a cualquieras antes de morirse, solo aquellos que lo deseen, y así eligir el piso de arriba ó los que están más cercanos.


Esto mismo es lo que decidió un vecino, que no estaba dispuesto a que lo pusieran allí tan alto. Es más compró el nicho en vida y también la lápida. Le mandó poner todas las letras que se escriben en estos casos, incluido su nombre claro está, a falta solo de la fecha de su muerte. Esto último se lo dejó encargado a sus herederos, que así lo hicieron.