La Codosera - Badajoz

Actualmente se está discutiendo en el Gobierno de la Nación un nuevo modelo de financión para las autonomías. Lo que es lo mismo, el dinero que el Estado va a repartir en los próximos años a cada Comunidad. Y ahí estamos nosotros, nuestra región y nuestro pueblo.

Se trata de que los servicios públicos lleguen por igual a cualquier rincón de nuestra geografía.

El siguiente reportaje es del diario Hoy, y trata de este tema precisamente. ¿Que va a pasar con los pueblos rurales, pequeños, donde la población enveje por día?

"A los líderes de opinión que viven en las grandes ciudades se les llena la boca de buenas intenciones cuando hablan del mundo rural. Lamentan que los pueblos europeos se estén despoblando, que en España solo viva en el 'campo' el 30% de la población, que no haya políticas efectivas para que los vecinos no emigren. A la hora de la verdad, esas palabras se quedan en mero envoltorio de celofán. El campo no interesa y las políticas rurales se quedan para las charlas de sobremesa. En ese contexto, es lógico que la realidad extremeña les moleste porque les exige más decisiones que palabras: aquí se invierten las tornas y el 70% de la población sigue viviendo en el ámbito rural, pero esa ruralidad tiene un coste que los líderes urbanitas se resisten a pagar. Así, cada vez que aparece un estudio en Cataluña relacionado con la financiación autonómica, se plantea con criterios urbanos. Allí deben de pensar que todo es Barcelona, donde en 100 kilómetros cuadrados viven 1'6 millones de personas; no reparan en que en Extremadura viven 1'1 millón de habitantes en 41.000 kilómetros. Para ellos, incluidos los sociólogos y economistas de la Universidad catalana, la dispersión es una variable que no se toma en cuenta en los proyectos de investigación. O sea, para planificar el futuro de la sanidad no reparan en que en el área metropolitana barcelonesa viven dos tercios de la población de Cataluña (5 millones), mientras que un tercio de los extremeños viven en pueblos de menos de 2.000 habitantes con casi un 60% de población dependiente y distando de la capital en algún caso lo mismo que Barcelona de Huesca, Zaragoza o Castellón. Mantener vivos los pueblos es bonito, pero hay que pagarlo".