Barcarrota - Badajoz

Un pacto de recuerdo sobre la Guerra Civil

Una enorme novela (en todos los sentidos) sobre la contienda que reventó España hace tres cuartos de siglo ofrece una solución para sosegar de una vez su memoria.
Incitatus
27/11/09
Escribía Pepe Oneto hace muchos años la anécdota de aquella manifestación, o algarada, o reunión de cualquier género, que debió de tener lugar muy poco después de la muerte de Franco. Vigilaba el asunto la Policía Armada, o sea los entonces célebres grises, una gente por lo general de pocas lecturas que, en el ejercicio de su trabajo, demostraba hacia el resto de los “españoles todos” cualquier cosa menos cariño maternal.

Parece que uno de los reunidos profirió un grito no demasiado amoroso hacia el caudillo recién fallecido. Uno de los guardias aquellos apretó las fauces, desenfundó la porra e hizo el gesto de abalanzarse hacia el blasfemo. Pero su jefe lo atrapó a tiempo: “Tate quieto, Quintanilla. ¿No te das cuenta de que es como si se hubiese cagao en la madre que parió a Carlos IV?”.

Han pasado 34 años desde que aquel señor se murió, esto es, apenas dos menos de los que él mandó en España desde que terminó la Guerra Civil, y la frase de aquel policía sigue sonando casi como un milagro. O nos sigue sonando a algunos, cada vez a menos: casi la mitad de la gente que hoy vive en este país (unos 20 millones) ni siquiera había nacido el 20 de noviembre de 1975. Otros diez millones no habían cumplido los diez años, lo cual quiere decir que unos 30 millones de ciudadanos no pueden tener de Franco y del franquismo más que una referencia escolar, bibliográfica, familiar o recibida a través de los medios de comunicación... y eso dando por supuesto que los niños que entonces tenían entre 11 y 15 años (otros tres millones muy largos, todos los datos son del INE) eran listísimos y se enteraban de todo, lo cual me parece mucho suponer. Los exámenes de Historia de España que se producen hoy en los institutos de bachillerato hacen ver que un escalofriante porcentaje de los chavales no es que no sepan quién fue Franco; es que no están seguros de en qué siglo vivió. Y hay, claro está, respuestas insuperables, como la del esforzado muchacho que sostiene con toda su alma (me mandaba esto por correo anteayer mi amigo Juan) que Franco fue el general que se sublevó contra los franceses y que descubrió la penicilina.

A los críos de hoy (incluido este hacha hiperestresado que debería estar en el libro Guinnes, ¡suspendió dos asignaturas en un solo examen!) les importa bastante menos Franco que Carlos IV.

Pero la Guerra Civil sigue viva. Es uno de los asuntos preferidos de nuestros cineastas. Se siguen publicando libros sobre ella, yo creo que cada vez más. Unos son verdaderos ejercicios de encanallamiento impreso, como los de Pío Moa y los de otro señor, traumatizado y grafómano, al que mucho me abstendré de nombrar; pero otros son magníficos, como la novela La noche de los tiempos que acaba de presentar Antonio Muñoz Molina.

De los primeros hay, en rigor, poco que hablar. Se trata del mismo fenómeno que se da en los escritores o pedagogos nacionalistas, pero en sentido contrario. Unos se emperran en enseñar a los niños que el País Vasco fue invadido y sojuzgado por España, sin darse cuenta de que esos niños van a vivir en un mundo informativamente globalizado y que, en cuanto le hagan dos caricias al Google, les va a entrar la risa floja por la cantidad de tonterías que les metieron en la cabeza en la ikastola. Los Moas vuelven a contar la misma historia que nos enseñaron a nosotros en el cole, repleta de falsedades, de buenos y malos que no lo eran y de patrioterismo nacionalcatólico y de las JONS. Es exactamente lo mismo: manipular los hechos en propio beneficio. Mentir.

En bien de todos y de la verdad.
No le voy a estropear a mi amigo Juan Soto Ivars la espléndida entrevista que ha hecho al autor de la gigantesca La noche de los tiempos y que ustedes podrán leer dentro de muy pocos días en Tiempo, pero es que lo que dijo esa noche el buen Muñoz (flaco y barbado como un rey visigodo de esos que los bachilleres confunden con Franco en los exámenes) es de una lucidez que estremece.

La Guerra Civil está viva, sí. Mucho más viva de lo que debiera, mucho más viva de lo que estuvo jamás cualquier otra guerra civil que haya tenido lugar en España (y son unas cuantas), y esto, creo yo, por dos razones. La primera es que no fue una guerra civil más, en la que unos ganaban, otros perdían, cambiaba el Gobierno y, a la vuelta de unos pocos años, quedaba claro que aquí no había pasado nada irreparable. El siglo XIX fue una antología de ese curioso fenómeno.

Aquella vez no. La guerra que acaudilló Franco fue una guerra (y posguerra) de exterminio, tanto en lo ideológico como, podría decirse, en lo estrictamente demográfico. Se trataba de arrancar al otro, de raíz y para siempre, de la patria de todos; de la que hasta entonces había sido patria de todos, pero no en esa ocasión: por primera vez en la historia de nuestro país los de un bando negaron a los del otro su condición de españoles. Eso no había ocurrido jamás.

La segunda razón para la pervivencia, hoy, de aquella catástrofe, es que no concluyó del todo. La muerte de Franco dio paso a un pacto de olvido (quam tabulam rasam) que fue, es obvio, por completo necesario para que se instaurase en España, con la debida prontitud, una democracia sensata. Pero se dejaron algo olvidado atrás: los miles de muertos que poblaban las cunetas.

Eso no tiene vuelta de hoja. A los chavales de ahora puede que Franco les importe un rábano, pero su bisabuelo sí que les importa. Como les importa a sus padres y a sus abuelos, que no han olvidado que el viejo fue asesinado y tirado a una fosa... que todos han sabido siempre, generación tras generación, dónde está. Y por qué. Es imposible pedirle a nadie que se conforme con eso.

Muñoz Molina propone un nuevo pacto que él llama “de recuerdo”, no de olvido. Me atrevo a interpretarlo.

Primero, pongamos esos viejos huesos, viejos pero no olvidados, en el lugar donde están todos los demás: una tumba digna bajo cuya losa no hierva ya la memoria de la indignidad.
Segundo, reconozcamos todos que aquel policía de 1975 tenía razón: estamos hablando del pasado, y de un pasado del cual nadie con un mínimo de honor y de sensatez tiene derecho a sentirse albacea. En cuando los muertos puedan descansar en la memoria de sus biznietos, ningún señor de derechas del siglo XXI debería tener valor para sentir que aquellos franquistas de hace 80 años eran, de algún modo, de los suyos, y ningún señor actual de izquierdas podría hallar verdadero motivo para odiar a nadie de hoy por lo que pasó entonces. Porque lo mismo nos sucede con Carlos IV, y con Felipe de Anjou, y con Viriato. El recuerdo del pasado, necesario, no puede reventarnos el futuro. Si es así, ¿dónde hay que firmar, buen Muñoz?

Esta Revista no tiene desperdicio, interesante e imprescindible lectura. La compró desde hace muchos años y la recomiendo. Edito este articulo con todo el respeto para su autor y para sus editores, les ruego me disculpen, pero creo que respeto sus derechos.
pueden leerlo directamente en:
https://ww.tiempodehoy.com/default.asp?idpublicacio_PK=50&idioma=CAS&idnoticia_PK=59295&idseccio_PK=614&h=091106

Estas opiniones bien argumentadas y escritas sin odio, pueden contribuir a reflexionar y a pensar. Buen sábado. Santiago M. Cuadrado.

Dice Santiago al final

“Esta Revista no tiene desperdicio… bla, bla, bla… sin odio, pueden contribuir a reflexionar y a pensar…bla, bla, como siempre él “Santiago M. Cuadrado””.

Y digo yo, porque no te dedica mejor a escuchar la radio del día 02/11/2009.

El miércoles estuve escuchando a Alfonso Macías en la radio, y te dio un autentico repaso de arriba abajo y te lo demuestra en temas…

* De la wiffi dijo que es mentira todo lo dices aquí en el foro, que no es ILEGAL, que lo has quitado porque te ha dado la gana, pero que seguramente la pondrás cuando estén cerca las elecciones.

* Con el tema de jole-jole, que será fallo tuyo o del secretario, pero no le eches la culpa al juez.

* Con el tema del dinero, eso de “no hay dinero” Alfonso te reta y te lo dice bien claro, por activa y por pasiva, y te propone hacer una AUDITORIA.

* Con el tema que surgió en la ultima corrida de toros celebrada en Barcarrota y los 36.000 euros que entregaste a la empresa.

* Con el tema de los parados, sobre todo hizo hincapié en el tema de los enchufados.

Y no comentare mas cosas, como dice Alfonso Macías, que cada uno saque sus propias conclusiones. Saludos foreros.

Lo de la Wifi está contestado ya, no existió proyecto, no se contrataron los equipos debidamente, no se solicitó ser operadores, se contrató de forma dudosa al técnico, etc, etc, etc,
Lo del Sr. Jole ya sabemos que tipo de contratado era, de personal de confianza, es decir terminaba con la legislatura, pero a alguien se le ocurrió que este señor recibiese alguna indemnización y al firmar el contrato D. Alfonso, el responsable es él, ya que el SR, Secretario le indicó que ese contrato no era el correcto, si no otro, denominado administrativo.
En cuanto a las deudas, las facturas no pagadas y mal gestionadas de la época anterior, están a disposición de quién quiera en el Ayuntamiento.
Sobre la auditoria, es decir análisis de situación económica, la Diputación está finalizando el proceso y la llevaremos a un pleno cuando nos entreguen la documentación los técnicos provinciales.
En cuanto a los parados y a las plazas que se han convocado, siempre se han seguido los procedimientos adecuados y cualquiera los puede ver en el ayuntamiento.
En lo demás, claro que cualquiera debe sacar sus conclusiones, pero desde luego, cuando quién hace valoraciones como las que ud., hace sin firma, no valen nada, ya que quién no respalda con su nombre sus juicios, apenas merece crédito.
Buen sábado y fin de semana. Santiago M. Cuadrado.

soy el mismo, y bla, bla, bla y todo es MENTIRA

Eso es responder al Alcalde, bla,bla,bla todo mentira, y un
insulto no quedaría bonito, no se mentiroso, cobarde.
No se porque este hombre se molesta en contestar.
Es cierto que Barcarrota normalmente bota al PSOE, pero al
otro día les Llueven puñaladas.

Saludos.

Santiago cuando vas a dejar de hacer el ridículo en el foro. No pareces el alcalde, sino un enfermo mental, que no hace lo que debe donde debe hacerlo. Dejate de jugar a los críos y ponte a gobernar el pueblo para todos. Me da verguenza decir que soy socialissta teniendo un alcalde como tu

A esto me refería cuando decía lo de las puñaladas, Siento
vergüenza ajena de leer un comentario de esta indole.

saludos.

QUE VERGUENZA QUE SEAS MI ALCALDE

¿TE REFIERES A CELDRÁN?,

Que verguenza la vuestra, que le pedis que responda en el foro y cuando lo hace con verdades como puños no sabeis decir otra cosa que es un mentiroso y que hace el ridiculo en el foro, sois pateticos.

Galgo eres mi ídolo.



Saludos y repetos.

tu si que eres patetico, que ni aportas ni dices nada en el foro. pero como te dije con cazurros como tu no pierdo el tiempo.

PERO LE CONTESTAS, ESO QUIERE DECIR QUE TE JODE.

BUFFF NADA MAS QUE HAY QUE VER SUS ARGUMENTOS PARA JODERME A MI. PERO SI SOIS UNOS ANALFABETOS Y MUCHAS VECES OS CONTESTAMOS POR PENA.ANDA DEJAD DE HACER EL RIDICULO YA.

MAS RIDICULO QUE HICISTES TU QUE DECIAS Y JURABAS QUE ERAS UN TIO Y A LA PRIMERA DE CAMBO TE DESCUBRES TU SOLITA, LA QUE NUNCA MENTIA, LA QUE NUNCA IBA A VOLVER AL FORO, DAS PENA.