Alburquerque - Badajoz

El Ayuntamiento de Villanueva de la Vera, condenado por el ruido de un bar
Debe indemnizar a dos vecinas de la localidad con 12.000 euros a cada una y vigilar que el local esté cerrado si sigue molestando

La sentencia es novedosa y, si sirve de ejemplo, implicará que bastantes ayuntamientos de pueblos de Extremadura pueden ser condenados a indemnizar a vecinos que sufren las molestias de bares, que están aparentemente fuera de todo control ante la posible dejadez de los ayuntamientos.
La sentencia es del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Cáceres, y el Ayuntamiento sentenciado es el de Villanueva de la Vera. El tribunal ha condenado a la Corporación Municipal a que indemnice a dos vecinas con 12.000 euros para cada una, a razón de 1.000 euros por cada año que han soportado las molestias de un bar con terraza que está junto a su vivienda.
El Ayuntamiento también es condenado a que controle que el bar molesto haga, «en un breve espacio de tiempo» las obras correctoras pertinentes para evitar la producción de niveles sonoros o vibraciones superiores a los fijados en la normativa vigente. Indica que la actividad del local debe terminar mientras no se hagan esas obras. Recalca el fallo que si las medidas correctoras no terminan con las molestias, «se debe clausurar definitivamente la actividad de bar-restaurante-terraza que tenía.
Esta sentencia da la razón a dos vecinas de Villanueva de la Vera que han sido representadas por el abogado Carmelo Cascón Merino, decano del Colegio de Abogados de Cáceres.
Las dos mujeres llevaban protestando por el ruido del bar y su terraza, desde que se abrió en 1999. Desde esa fecha insistieron ante el alcalde año tras año, que debido a los ruidos y vibraciones del bar no podían descansar ni por el día ni por la noche; y que, entre otras cosas, les colocaban las mesas y sillas de la terraza hasta la entrada de su vivienda, que le orinaban en la fachada de su casa, les colocaban bebidas en las ventanas, que no se cumplía el horario de cierre y le dejaban desperdicios ante su casa. El bar comenzó a ejercer sin licencia mientras las vecinas se fueron quejando a otras instituciones. El 19 de mayo de 2000 y el 1 de octubre de 2010, técnicos de la Junta procedieron a la medición de ruidos en su casa, emitiendo un dictamen negativo «al resultar un nivel sonoro intolerable». Lo mismo indicó un informe del Seprona tras hacer las mediciones en la casa el 30 de agosto de 2009, si bien indicaba que en la plaza en donde está la vivienda, hay cuatro bares con terraza que pueden ser considerados como fuentes sonoras, aunque el denunciado es el más próximo al domicilio de las denunciantes.
El tribunal condena al Ayuntamiento al considerar que es manifiesta su inactividad para frenar las molestias y cumplir la normativa. Llama la atención a que además llevaba desde el año 2005 asegurando que estaba realizando una ordenanza para regularizar las terrazas. Hace hincapié en que la administración autonómica le indicó la ilegalidad del local y aun así no lo clausuró.