Alburquerque - Badajoz

La Junta desahucia a otra familia de Suerte de Saavedra
Llevaban más de 23 años sin pagar el alquiler de la vivienda social
A. GILGADO | BADAJOZ.

Los desahucios en el barrio de Suerte de Saavedra están dejando de ser algo excepcional. La semana pasada se ejecutaron dos, ayer por la mañana otro y todo apunta a que el próximo no tardara mucho.
El de ayer se efectúo a las ocho y media de la mañana en el 3ºA de la calle Ricardo Carapeto Burgos número 2, en el último bloque de la avenida donde se colocaba el mercadillo los domingos.
A esa hora se presentaron en casa de Antonio Torres y Manuela Ortiz representantes de la consejería de Fomento, varios policías, una cuadrilla de albañiles y otra de una empresa de mudanzas.
Al padre de la familia, que lleva más de veinte años sin pagar los poco más de 60 euros de alquiler, la visita le pilló por sorpresa.
Sabe que la Junta le ha requerido en varias ocasiones, pero argumenta que lleva más de diez años en paro y no cuenta con recursos para pagar los 10.000 euros que ahora le reclaman por más de 286 mensualidades que no ha pagado.
Primero contactó con un abogado del turno de oficio, pero hace meses acudió a uno privado para que le intentara solucionar el conflicto. Según explica Antonio, su abogado le tranquilizó porque le dijo que el desahucio no se consumaría.
Las previsiones de la familia no se han cumplido y ayer por la mañana tuvieron que hacer una mudanza exprés. Recogieron todo y lo sacaron a la calle antes de que los albañiles empezaran a tapiar la puerta del piso.
A la recogida de pertenencias le ayudaron algunos vecinos y conocidos. En la puerta se fueron acumulando bolsas con ropa, jaulas de pájaros y enseres de cocina, mientras que los operarios de la mudanza se encargaron de subir al camión los muebles.
Ahora tienen entre diez y veinte días para recoger las camas y el mobiliario del almacén de la empresa. El agente encargado de la patrulla policial les aconsejó que se llevaran todo al almacén por si llovía, pero prefirieron quedarse con las bolsas de ropa en la calle. Más tarde, las metieron en una furgoneta de una vecina.
Antonio cuenta que en el piso de poco más de 60 metros cuadrados vivían catorce personas porque acogían a cinco de sus seis hijos, cinco nietos (entre ellos uno de pocos meses), una nuera y un yerno. Sin embargo, en la nota que envío la Delegación del Gobierno sobre el desahucio se explica que cuando los policías llegaron a las ocho y media había cinco adultos y un menor de edad.
Ninguno de los ocupantes opuso resistencia. Se limitaron a recoger las pertenencias y a llamar al abogado para informarles de la notificación.
Desde la Delegación del Gobierno aclaran que el desahucio se ha producido tras «el grave y reiterado incumplimiento de las obligaciones derivadas el contrato de arrendamiento». Especifican que se le han acumulado 286 meses sin pagar, casi 24 años, y que no ha respondido a los «reiterados requerimientos» que le hizo la consejería de Fomento.
Antonio aclara que no tienen sitio dónde ir ahora que le han tapiado el piso de Suerte de Saavedra y reitera que no tiene dinero para hacer frente al alquiler porque todos viven con 400 euros de ayuda social.