Sotillo de la Adrada - Avila

Viajero soy en esta tarde queda.

Con luz tenue, casi extinta, supero el alto.

Puerta fronteriza abierta a mis ojos.

En ojos de infante, límite infranqueable;

de adulto, sueño y regreso.

Al cruzar la cima, el cierzo avienta el recuerdo:

Cielo limpio, olor a heno; sol inmenso besando

las crestas de Gredos.

¡Dios mío qué valle tan bello!

Castañar altivo, pinar longevo,

cañada verde y florida;

fuente silenciosa donde empieza a brotar la vida.

Vida nacida en el serpear del incipiente Tiétar.

Caminando paralelo a tus aguas,

en los carrizos de Santa María, aminoro el paso;

ritual obligado en tantos años...

¡Qué felicidad!, Jara mediana en mi flanco izquierdo,

y a lo lejos, la espadaña de la Santísima Trinidad.

Paso a paso me deslizo carretera abajo,

dejando tras de mí, viñas, olivares, huertos y prados.

Por fin penetro en tus calles, saludo a tu gente;

eterna compañera de viaje.

Llegando a mi hogar, me detengo un instante,

observo ensimismado tu semblante, y de la voz,

embargada por la emoción, brota mi canto:

¡Cómo te tengo Sotillo!¡Sotillo cómo te llevo!

La luz de la vida, descubrí en tu seno.

Me meciste y mimaste;

me arrullaste en el desvelo.

Infancia colmada de sueños, juegos y amigos;

días sin freno.

Juventud bendita, añorada;

entre tus hermosas hijas encontré a mi amada,

y el amor a tus rincones;

a tu gente entregada.

Alegrías y penas, sonrisas y lágrimas;

vertidas a raudales, entre tus calles serranas.

Y ahora, en el ecuador de mi vida, te sigo teniendo y llevando,

Sotillo, como enseña enarbolada,

anunciando por doquier, que eres mi tierra del alma.

Es la más bonita de las poesias dedicada a Sotillo que yo haya leido, y que muchos sentimos pero que sabemos escribirlo tan bonito.

LAS PALABRAS ESTÁN AHÍ, EL ARTE ESTÁ EN ELEGIR LAS APROPIADAS PARA DEFINIR LA ESENCIA DE LAS COSAS Y, ESO NO ESTÁ AL ALCANCE DE CUALQUIERA SOLO DE AQUÉLLAS PERSONAS ADORNADAS CON GRAN SENSIBILIDAD.
TUS POEMAS HACEN MÁS GRANDE A SOTILLO.