Buscando a Amy Aunque suene triste decirlo, entre tanta corrupción que asola este país, ya iba siendo hora de que apareciera un personaje casi salido de un cómic que animara al menos a leer los periódicos y los digitales. Nos referimos, ni más ni menos, que a Amy Martin, o lo que es lo mismo, a Irene Zoe Alameda, una chica de 38 años que, sin tener estudios de Comunicación, ha demostrado a los periodistas españoles, que han menguado con la crisis -10.000 al paro-, que, con tesón y enchufes, se puede llegar muy lejos, o mejor dicho, hacer fortuna a falta de gloria, porque a su alter ego no la conocía nadie, vamos, solo ella. Oeso es lo que asegura a pies juntillas, aunque no ha salvado su tardía confesión -24 horas después- a su ex, Carlos Mulas, que fue cesado de la dirección de la Fundación Ideas y al que se le acaba de abrir un expediente para echarlo del PSOE, con piropo incluido -«golfo», al más puro estilo Julián Muñoz- del secretario de Organización, Óscar López. Yes que cuesta mucho tragarse que el pobre esposo no supiera de los tejemanejes de su otrora mujer que, en una reflexión muy intelectual, y en un comunicado que envió al periódico que destapó todo el escándalo, dijo que, desde 2009, no estaba unida «ni espiritual ni físicamente -solo le faltó decir que ya no conocía bíblicamente a ese varón- a Carlos Mulas», que, por cierto, tenía registrado el nombre y el logo de Amy Martin, a la que vio «una sola vez», o eso fue lo que dijo a sus superiores. También compartía con su chica -como gestor hasta el pasado 13 de diciembre- la productora Storyline Projects, que chupó de la teta del Gobierno Zapatero todo lo que pudo. Hasta el último BOE socialista... Yes que, justo antes de llegar Rajoy y por obra y gracia de la por entonces ministra de Sanidad, Leire Pajín, se embolsó 15.000 euros por un cortometraje bendecido por el Instituto de la Mujer. Alameda y el que subdirector de la Oficina Económica de La Moncloa entre 2004 y 2006 formaron un tándem perfecto. Durante el mandato de Ángeles González Sinde en Cultura, recibieron tres suculentas subvenciones por sendos cortos, uno de ellos protagonizado por Cayetana Guillén Cuervo. Total, más de 106.000 euros. Uno de ellos, Uniformadas, que obtuvo 67.000, optó a un Goya. También hay que reconocer que esta doctora en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Columbia en Nueva York, donde realizó un master, tenía una capacidad de trabajo increíble. Por eso, durante su estancia, en 2009, en Estocolmo al frente del Instituto Cervantes -¡con solo 35 añitos!-, donde pudo haber estado un lustro pero solo aguantó uno al ser cesada por incompetente, fue capaz de sacar tiempo para empezar a colaborar con la fundación dependiente del PSOE y creada en el verano de 2008 por José Luis Rodríguez Zapatero. Así, su alter ego se embolsó por sus artículos de 3.000 euros la pieza, y durante los tres ejercicios que estuvo, 40.000; 8.000 y 10.000 euros, respectivamente. Es, sin duda, Irene Zoe una mujer de 1.000 caras, al estilo del mítico espía Paesa, ya que también tenía otro nombre de guerra: Galatha. Su rubia melena se escondía bajo pelucas de distintos colores o simplemente aparecía calva y se transformaba en un alien con adornos de Swarovski y trajes estrafalarios. Este personaje es la voz del grupo Reber Band, o dúo de electropop, que tiene con su hermano Daniel, de nombre artístico Handsome Golem, que viene a significar, más o menos, monstruo bonito. Los videoclips de esta banda dejan poco espacio a la improvisación y son un auténtico despliegue de medios y dinero. Curiosamente, uno de ellos se grabó en la propia Ideas -tranquilos, que Jesús Caldera, su vicepresidente y brazo ejecutor, no sale cantando-, destacando sobre todo los tres que se rodaron en Nueva York, donde ficharon a Rick López, iluminador de las películas de Angelina Jolie. |